Luis Britto prohibido

Desde La Pava Macha, bajo la dirección de Kotepa Delgado, hasta la revista Reventón, supieron de prohibición y cárcel. Pedro Duno, director de Punto Negro y Miguel Capriles vieron confiscados sus medios y tuvieron que salir al exilio para zafarse de la prisión.

El grito en el cielo habría puesto la "intelectualidad" oposicionista si Chávez tan siquiera insinuara al gobierno colombiano la prohibición de algún autor del vecino país.

Esto ciertamente ha ocurrido, pero al revés. El canciller neogranadino ha expresado su disgusto por algunos textos escritos en Venezuela. El autor que desde Bogotá se desea ver silenciado es Luis Britto García, dos veces premio Casa de Las Américas y Premio Nacional de Literatura. Ante la censura que se quiere imponer desde el otro lado del Arauca al autor de Rajatabla y Abrapalabra, los celosos intelectuales de la derecha y de la exizquierda se han hundido en "un vasto silencio de leones". La doble moral de la libertad de expresión y pensamiento ha aflorado como esas plantas que apestan para atraer moscas que las polinicen. Ni por disimulo han abierto la boca para darle algún matiz de sinceridad a sus publicitados, falsos y frecuentes discursos por el inalienable derecho de los creadores a escribir y expresar sus opiniones.

No pocos de esos pensadores del antichavismo ejercieron de censores durante la cuarta república. No pocos de los censurados de entonces, hoy están a su lado, en una aberrante convivencia entre perseguidos y perseguidores, algo de ninguna manera nuevo en la historia universal de la infamia. El odio, la impotencia y la envidia hacia Hugo Chávez conforman la saliva de loro que une al que escribió el poema, pintó el cuadro o dirigió la película y al que prohibió la obra y enjuició al autor.

La llamada democracia representativa, bajo los "principios" del Pacto de Punto Fijo, cerró periódicos y encarceló periodistas desde el gobierno de Rómulo Betancourt hasta la segunda administración de Rafael Caldera, cuando incluso un astrólogo, filósofo y profesor de la UCV fue encerrado en la Disip. Desde La Pava Macha, bajo la dirección de Kotepa Delgado, hasta la revista Reventón, supieron de prohibición y cárceles. Pedro Duno, director de Punto Negro y Miguel Capriles, propietario de la cadena que lleva su nombre, vieron confiscados sus medios y tuvieron que salir al exilio para zafarse de la prisión. El crítico de arte y periodista José Ratto Ciarlo, entonces director del Suplemento Cultural de Últimas Noticias, fue enjuiciado por ilustrar un cuento de Argenis Rodríguez con unos dibujos que la censura puntofijista consideró pornográficos. (El pornógrafo autor de los dibujos se llamó en vida Pablo Picasso). Por un cuento titulado "El inquieto anacobero", la justicia de la cuarta república sentó en los tribunales a ese gran novelista venezolano que fue Salvador Garmendia. La película El último tango en París fue prohibida porque la moral puntofijista consideró que el pueblo venezolano no estaba preparado para ver las imágenes de un desatado Marlon Brando y su chica. Luego de ganar el Premio Municipal de Cine por la cinta El Caso Mamera, los censores de la cuarta desconocieron la decisión del jurado, prohibieron el largometraje y acusaron al cineasta y poeta Luis Correa de "instigación a delinquir".

Es apenas un botón de una muestra demasiado larga y vergonzosa para la cultura venezolana. Que un alto funcionario de Colombia pida la censura para un escritor venezolano de la talla de Luis Britto García y que la derecha y oposición intelectual guarden penoso silencio, es perfectamente comprensible en este contexto y no resulta ninguna sorpresa. Por el contrario, los perseguidos y perseguidores de ayer, maridados hoy por el antichavismo visceral, siempre encuentran su Portero de Noche. Esta vez, en la figura de un censor y canciller, vea.


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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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