ALMENAR

“Hay muchas ovejas fuera de la Iglesia,
y muchos lobos dentro”
Italo Calvino

Estamos en épocas de referendos. Anda en todas las bocas. Algunos hablan de éste como si fuera la tabla de salvación frente al “tirano” de Sabaneta y su “oprobioso régimen castro-comunista”, olvidando que fue propuesta de Chávez su incorporación en la actual Carta Magna. En otras oportunidades hemos preguntado: si el referendo revocatorio siempre estuvo allí, como consulta constitucional para opinar sobre la gestión de un determinado gobernante, ¿por qué hubo, entre otras tantas locuras, Golpe de Estado y saboteo a nuestra principal empresa, PDVSA, con las consecuencias conocidas por todos nosotros? Hasta ahora no hemos encontrado respuesta. Si alguien puede justificar el impacto social y económico recibido por Venezuela y sus habitantes en aquellas acciones terroristas, le agradeceríamos hacerlo llegar por esta misma vía.

Dentro de la presunta oposición existen elementos plenamente identificados con la derecha más reaccionaria del mundo. Y esa derecha no tiene escrúpulos ni miramientos. Es cruel y sanguinaria. El Opus Dei, una de las sociedades secretas del Vaticano junto a la logia masónica P2, también tiene sus representantes dentro de la fulana. Curas y obispos, con caras de santos, pertenecen a ese clan religioso. Y si desde allí también se plantea revocarle el mandato a Chávez, nosotros colocamos en el tapete para la discusión pública un planteamiento: ¿por qué no realizamos referendo revocatorio, o procesos constituyentes, en otras instancias de la vida nacional? Por ejemplo: un revocatorio para los medios de comunicación, Fedecámaras, Universidades, organizaciones sindicales corruptas y la Iglesia Católica, entre otros.

Podríamos medir cuánta credibilidad tienen estos actores en la opinión ciudadana. Pues ellos, su mayoría, son responsables –por omisión o participación-- del progresivo deterioro de la sociedad venezolana. Han sido agentes desestabilizadores. Han promovido el caos y la desobediencia. Han hecho de la violencia, la droga y el sexo ejemplos a emular. Han escrito una nueva apología de la muerte. Han atentado contra la paz colectiva. Secuestraron todos los espacios de participación ciudadana. Han asumido roles distintos a su esencia. No tienen argumentos distintos a sus propios intereses. Responden a motivaciones contrarias al bienestar de los marginados y excluidos. Son apátridas por naturaleza. Congénitamente aborrecen el ideario bolivariano.

Les encanta el modo de vida yanqui y la sociedad consumista. La democracia, según éstos, sólo significa mantener las cosas como han estado siempre. El gobierno del pueblo fue puro slogan. Los pobres no tenemos ningún derecho. Debemos seguir siendo sus serviles. Fieles guardianes de la riqueza de una minoría. Nuestros deberes deben reproducir la eterna relación entre explotadores y explotados. Han hecho de la mentira su fuente de vida.

En nombre de la libertad de expresión, falsean la realidad. En nombre de Cristo, mienten. En nombre del desarrollo económico del país, engañan. En nombre del desarrollo individual, engatusan. Su objetivo es: falsificar, aparentar, enredar, inventar, callar y desorientar. Y muchos caen en esa trampa. Creen en los medios de comunicación que se han transformado en apéndices de los partidos políticos opuestos al proceso bolivariano; creen en la palabra del obispo que hace rato dejó de ser la voz del Cristo redentor; creen en esos sindicatos con líderes que tienen toda la vida al frente de tales desorganizaciones; creen en la profecía universitaria que repite la misma historia del mismo libro desde hace décadas, y que en nombre de una autonomía intenta seguir siendo un estado dentro del Estado.

Como pretendemos acercarnos a la verdadera realidad, proponemos mecanismos legales para revocarle el poder y el mandato a quienes han hecho de la mentira un instrumento perverso de sus mezquinos intereses. La consigna debe ser: ¡Revocatorio para todos!