Decálogo para defender la Reforma Constitucional con un SI tan grande como Bolívar

Se acerca la fecha del plebiscito para que el pueblo venezolano apruebe la reforma constitucional y con este acto supremo imprima un nuevo impulso a la acción transformadora de la Revolución Bolivariana. Son muchas las ideas que pueden esgrimirse para ver con realismo el proceso eleccionario y defender con el voto unido y mayoritario los intereses presentes y futuros del país. Les aporto éstas glosas, basadas en ideas de José Martí, que considero estratégicamente decisivas.

Las épocas de reformas no permiten reposo. Movilizarse ahora para hacer conciencia en torno al SI y luego votar masivamente para obtener una victoria contundente, deben ser signos de la actividad consciente de cada persona y de todo el pueblo.

Todo reforma origina un cambio. Esta reforma constitucional de ahora profundizará y permitirá los cambios que hoy no son posibles, pero que una vez aprobada, permitirá que al pueblo no le queden caminos vedados por donde transitar en su marcha difícil hacia la felicidad y una mayor libertad y justicia.

Todo cambio lastima intereses ilegítimos de las clases explotadoras. Pero los cambios que propicia la reforma beneficiarán a las grandes mayorías de Venezuela, y no sólo a los que son ahora partidarios de la reforma, sino incluso beneficiarán a muchos de quienes se le oponen por reflejos condicionados, por miedos azuzados a través de diversos resortes ideológicos, institucionales, mediáticos, etc.

Los comprometidos con la explotación defienden intereses espurios y se opondrán siempre tenazmente no sólo a la actual reforma constitucional, sino a cualquier clase de reforma que se identifique con los intereses sacrosantos del pueblo. Esos no quieren pensar ni hablar de nada que tenga el sello popular y, por lo tanto, que sea real y profundamente democrático.

Para que las reformas triunfen su necesidad tiene que ser visible incluso para aquellos que se niegan a aceptarlas. Y actualmente eso está claro para las grandes mayorías del pueblo venezolano, y, por supuesto, para la clase minoritaria que siente que tiembla el basamento sobre los cuales entronizaron su reino de privilegios y de vida regalada.

Quienes se sientan espantados por las reformas, como parte integrantes de un pueblo, estarán confirmando sus debilidades ante el futuro. Confesarán que sus intereses no tienen nada que ver con las propuestas planteadas a la Constitución de su país. Estarán vencidos de antemano.

Las reformas buenas, como son las propuestas para la modificación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tienen entrañas de justicia y de libertad, aunque afecten intereses de castas de minorías egoístas y explotadoras.

Las grandes reformas constituyen un estímulo para recorrer el camino por donde transitan las revoluciones. La reforma venezolana tiene la trascendencia de abrir la brecha para construir el socialismo del siglo XXI, primera y significativa experiencia de la construcción de un modelo nuevo y autóctono de sociedad socialista en América del Sur.

Las grandes ideas contenidas en las reformas, si prenden en almas de amor, que es decir en la gran masa del pueblo, serán trascendentes y perdurables.

Las reformas a la Constitución serán fecundas en la medida en que penetren en el espíritu del pueblo venezolano. Ahora es la etapa de la movilización popular, el día 2 de diciembre será la hora de decisión en las urnas, y luego vendrá la era de plasmarlas en la realidad para construir el futuro. Largo y difícil el camino que queda por delante, se pensará, pero así han sido siempre los caminos que salvan a los pueblos.

wilkie@sierra.scu.sld.cu


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