Los dueños de Caracas

De Veroes a Catedral, de Catedral a Veroes. Son apenas 100 metros de bulevar peatonal. Una cuadra. Allí se puede conseguir pilas de todos los tamaños, medias de todos los colores, chucherías, dulces criollos, discos, películas, franelas de beisbol venezolano y de grandes ligas, lotería, maletas, maletines, bolsos, ropa de mujer, pan andino, zapatos, ropa de niños, artesanía, ropa intima, empanadas, refrescos, teléfonos celulares, sándwich de pernil, refrescos, libros, comida, café y… motorizados.

De Veroes a Catedral, de Catedral a Veroes. Por ahí se llega al estacionamiento de la moribunda Alcaldía Mayor, a la plaza Bolívar (siempre llena de palomas y del ruido de megáfonos y micrófonos “calientes”), a la sede de la Alcaldía de Caracas, a la Asamblea Nacional y a la Catedral de Caracas. Es el lugar de nacimiento de Caracas. Vale decir, el centro de Caracas.

De Veroes a Catedral, de Catedral a Veroes. En esas esquinas se conjugan muchos de los males de la capital. Pero hay uno muy notable y particularmente fácil de resolver: impedirle el libre tránsito a los motorizados. Recorrerlas significa toparse al menos con 20 motorizados en acción, con 20 motorizados en 100 metros de bulevar peatonal, casi “escoltando” a los carros que entran al estacionamiento de la Alcaldía Mayor. Se observa a otra veintena de motos de la PM estacionadas, a una docena de tarantines de buhoneros y a unas 200 personas caminando, vendiendo, comiendo, comprando. ¿Qué le parece la dinámica que se vive en apenas 100 metros de bulevar, la entrada al lugar de nacimiento de Caracas?

De Veroes a Catedral, de Catedral a Veroes. Ahora imagínense a esos veinte motorizados tratando de atravesar esos escasos 100 metros a 40 km/h. Mentadas de madre, frenazos, atropellos, gritos, empujones. Piiiii, piiiiiiii. Corneta abusadora. No hay lugar allí para el orden. Para el respeto. Falta verlos haciendo caballitos en plena plaza Bolívar.

De Veroes a Catedral, de Catedral a Veroes. Los motorizados se han adueñado de esos cien metros. Y del resto de la ciudad (menos Chacao, oh paradojas). No respetan las leyes de tránsito. Ninguna. Usted lo sabe. Usted lo sufre. Todos lo sufrimos. Las autoridades lo saben. Las moribundas y las que gozan de buena salud. ¿Habrá tiempo de hacer algo? ¿O nos vendrán con que es un problema estructural?

mechacin@cantv.net


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Mercedes Chacín


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