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¿Mala práxis médica y mala práxis periodística?

El texto constitucional consagra la preeminencia de los Derechos Humanos de todos los habitantes del país por sobre otros derechos, y la obligación del Estado a respetar y hacer cumplir el pleno goce y disfrute de los mismos.

Para asegurar el cumplimiento de tales derechos fundamentales, el Gobierno Nacional ha implementado diversos planes, como el Bolívar 2000, Programa de Salud (PROSA), Plan Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA), Misión Robinsón, por nombrar algunos de los más conocidos. Dentro de esos planes, la alimentación y la salud son materias preferentes.

Sin embargo, esos planes que favorecen a los venezolanos más desposeídos, son objeto de “despiadados” ataques por parte de los medios comerciales de difusión masiva, cuyos dueños son miembros de grupos opositores al Gobierno Nacional.

En estos momentos, el objeto sobre el cual descargan toda su furia, es el Plan “Barrio Adentro”, más concretamente, la presencia de médicos cubanos, acusándolos de una presunta “mala praxis médica”.

Antes de analizar los ataques a los médicos cubanos, es importante aclarar algunas interrogantes, tales como: ¿Por qué el Gobierno Nacional tuvo la necesidad de implementar este plan de emergencia? ¿En qué consiste el Plan “Barrio Adentro”, ¿Por qué hay médicos cubanos ejerciendo su profesión aquí en Venezuela?

El actual Gobierno, al asumir el poder encontró con un sistema de salud en “estado de coma”. El origen de ese lamentable estado tiene, entre otras causas, algunas muy visibles e innegables, como la persistente escasez de recursos que desde hace mucho sufre el sector salud, debido a que los gobiernos anteriores fueron año a año reduciéndole el porcentaje dedicado en el presupuesto nacional. A esa escasez se sumó la falta de un riguroso control por parte de las autoridades de las instituciones responsables de esta área. El poco dinero destinado para los centros de salud se despilfarraba o perdía en los abruptos caminos de la burocracia, y los pocos instrumentos o insumos que se adquirían, desaparecían rápidamente sin explicación y sin responsables.

Otorgar escaso presupuesto y permitir que fuese desbaratado, obedecía a la causa principal del calamitoso estado del sistema público de salud. Deteriorarlos al máximo era la tarea, para poder justificar la aplicación del verdadero objetivo: PRIVATIZARLOS.

La estrategia de privatizar los servicios de salud y educación obedece a los mandatos del Fondo Monetario Internacional de inicios de los ’90, en los cuales se señalaba clara y taxativamente, que para superar la “crisis”, los países latinoamericanos debían, entre otras medidas, colocar la prestación de los servicios de educación y salud en manos privadas. Las razones dadas por ese organismo internacional eran, por una parte, la necesidad de reducir el Estado “liberándolo de algunas tareas” que podía desempeñar el sector privado, y también que los Estados latinoamericanos habían demostrado en su mayoría ser malos administradores. La verdadera razón de esa recomendación era la búsqueda de los mecanismos necesarios para entregar estos servicios a poderosas corporaciones internacionales dedicadas a esa área, que le exigían ese “derecho” al organismo internacional.

El Plan “Barrio Adentro”, es un plan integral. En el área de salud contempla instalar en los barrios consultorios médicos que puedan atender de manera rápida las emergencias que presenten sus habitantes. Los vecinos de la zona que disponen en sus casas de una habitación que sirva de consultorio y otra como vivienda para el médico, colaboran así con esta iniciativa. Por su parte, Fundacaracas se encarga de acondicionar el lugar de acuerdo a determinados requisitos.

Para implementar este plan, se solicitó el concurso de médicos venezolanos, pero desafortunadamente esta iniciativa no contó con receptividad por parte de los galenos de nuestro país, por lo que los organizadores se vieron en la necesidad de buscar una solución alterna.

Contando con las disposiciones que ofrece el Convenio de Salud firmado con las autoridades cubanas y considerando los requisitos establecidos en la Ley del Ejercicio de la Medicina, más la aceptación de estos profesionales de asumir este trabajo, la Alcaldía procedió a solicitarlos formalmente. Esa es la razón por la cual estos consultorios son atendidos por médicos cubanos.

Es importante señalar que el nivel de la medicina cubana cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud, y que la preparación de estos médicos está dirigida a desarrollar su ejercicio profesional como una función social. Brigadas de médicos cubanos se han desempeñado en 23 países del mundo, y en esos países hay palabras de agradecimiento hacia su labor. Además, no es la primera vez que vienen médicos cubanos a ejercer la medicina en el país.

Por el cuestionamiento que están haciendo ciertos grupos sobre la preparación de los médicos cubanos, es bueno preguntarse: ¿Están los médicos venezolanos preparados para ejercer su profesión como una función social? ¿Están dispuestos los médicos venezolanos a ejercer en consultorios de los barrios y lugares apartados? La realidad indica que son muy pocos los médicos dispuestos a abandonar las grandes ciudades, prueba de ello es la gran cantidad de ambulatorios en el interior del país , que pasan años sin un profesional.

Denunciar la “mala praxis médica” tanto de médicos extranjeros como venezolanos, es un derecho y un deber de todos los ciudadanos, pero manejar esas denuncias a través de los medios comerciales de difusión masiva para manipular con objetivos políticos, no es ética ni legalmente correcto.

Esas denuncias deben ser hechas por los canales regulares que existen en los colegios profesionales, que son los que cuentan con los conocimientos para investigar y calificar si hubo o no “mala praxis médica”.

La polémica fabricada por los medios de difusión golpistas con las acusaciones de presunta “mala praxis médica” a los médicos cubanos, ha despertado el interés y la preocupación del ciudadano común.

Afortunadamente, como ha quedado demostrado en estos últimos años, el ciudadano venezolano aprende con mucha rapidez. Eso significa que dentro de muy poco tiempo estará denunciando en los canales respectivos “la mala praxis médica” de cualquier profesional de la medicina, sin importar si éste es venezolano o de otra nacionalidad.

Acoger, difundir y hacer escándalo con la denuncia de “mala praxis médica” de los profesionales cubanos, sin verificar la información y condenando sin pruebas, simplemente por una posición política, deja en evidencia que aquí en Venezuela existe de parte de los profesionales de la noticia una “mala praxis periodística”.

Boletín MCI-CNTI


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