Con una mano en el corazón, y la otra en el pizarrón.

Hoy compré una caja de tiza, cinco docenas por caja, es decir, cuarenta y siete tizas. Tantas tizas como necesitaba para escribir nuestros anhelos para con nuestros pequeños y el tipo de educación que las madres que si queremos a nuestro país exigimos, oigase bien, e-xi-gi-mos para todos los niños y jóvenes venezolanos.

Llegué tempranito por la mañana, con aroma de café y arepitas, como dice William Echevarría, no había casi nadie, pero no vengan a pensar que era porque no somos mayoría, es que es domingo y hay que ir a misa, o dormir un poco mas de la cuenta, porque nosotros si trabajamos, no como los típicos venezolanos, que no saben sino beber caña y, bueno, esas cosas que no voy a nombrar porque acabo de confesarme y esta tarde debo comulgar.

Llegué, como dije, temprano, con el alma limpia y el corazón acelerado. ¡Que responsabilidad, Dios mío! Dibujar el futuro de nuestro futuro en un pizarrón de mentira, pero que parece de verdad. Pero una madre no se detiene ante la tiranía, así que mis manos sedosas acariciaron la áspera tiza, con rabia, con decisión, con un poco de crema de manos Neutrógena para evitar la resequedad y escribí, escribí como poseída...

Tanto que expresar en un país sin libertad de expresión, tanto que decir y tan poco pizarrón.

Para comenzar debo sacarme del alma este grito que tenemos dentro todos y cada uno de los venezolanos: ¡Muera Chávez! Ay, que bien se siente, lástima que ya uno no pueda expresarse...

Bueno, retomo. Siguiendo los dictados de mi conciencia patriótica me lancé sobre la pizarra y exigí:

Queremos una educación libre, es decir, libre de ideas raras, como esa del comunismo. Cuando yo estudié, las monjas jamás nos hablaron de esas vulgaridades. Recuerdo cómo aprendimos verdaderos valores con la oración diaria, con los sermones y sobre todo con la penitencia. Así se forma el carácter, nada como el temor a Dios para andar derechito.

Queremos una educación bilingüe, religiosa y cara. El que no tenga dinero que vaya a ver si trabaja. Eso si, queremos que las universidades públicas acojan a nuestros hijos y no a esos analfabetas de los colegios del estado.

Exigimos la inmediata sustitución de las Escuelas Bolivarianas por Colegios Ratzingerianos. También instamos al gobierno a que se aboque a la remoción inmediata de cualquier imagen de Bolívar en nuestros centros de aprendizaje y la prohibición de la enseñanza de su caduco pensamiento en todos los niveles.

Queremos una educación en la cual predomine la igualdad, iguales con iguales, nada de andar mezclando a nuestros muchachos con gentuza de toda calaña, que lo único que hacen es afear los sagrados recintos de enseñanza con su escasa cultura, sus antivalores, y su inexistentes modales.

Necesitamos una educación coherente con el orden internacional, si el mundo civilizado es capitalista, si nuestros hijos no salen de un centro comercial, para que perder tiempo con materias de relleno y pasadas de moda, como la historia, la literatura y esas tonterías que, al fin de cuentas, solo sirven para perder el tiempo. Seamos honestos de una buena vez: Desde que tenemos televisión por cable, ¿quién se va a sentar a leer un libro? Por favor...

Otra cosa muy importante: rechazamos la injerencia del estado en nuestros bolsillos y cuantiosas cuantas bancarias. Yo pago lo que me da la gana por la matricula que me de la gana en el colegio que me da la gana porque me da la gana. Y porque me sobra, y si no me sobra lo pago igual, y ¿que quieren? ¿que admita que soy la pelagatos del grupo? ¡Primero muerta!

Queremos, y esto se me ocurrió a mi solita, un Ministerio de Educación Privada que no dependa del estado. Dicho ministerio debe ser dirigido por nuestros líderes de Fedecámaras y la Conferencia Episcopal. Allá los chavistas con ese ministerio popular de no se qué y no se que más, como se llame, de educación. Que nuestro ministerio esté ubicado en Las Mercedes, que cuente con los servicios que necesitamos los usuarios tales como: valet parking, y estacionamiento VIP, mini tiendas donde se puedan adquirir libros de texto importados de USA, sacapuntas de Hello Kitty, y títulos de bachiller, una oficina del U.S Departament of Education, un Mc Donald’s para los niños y un spa con piscina de lodo volcánico y salad bar para las madres estresadas que necesitan un break.

Bueno, tengo mucho más que decir, pero la tiza reseca mis manos sin ninguna clemencia. Pero quedo pendiente para mañana porque tengo una propuesta curricular que incluye materias como pasarela, etiqueta y nouvelle cuisine entre otras.

Bye!!!


carolachavez.blogspot.com


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

 tongorocho@gmail.com      @tongorocho

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