De anécdota en anécdota, también se hace catarsis

Confieso que aun siendo hipertenso y con una lesión leve en el miocardio, según diagnósticos de varios cardiólogos que me han examinado, sostengo que me siento paracaidista y maestro de salto, ahora más que nunca.

Abro esta breve introducción, para resaltar una anécdota de mi primo y hermano Pedro Ramón Mosqueda, más hermano que primo, porque nos criamos juntos. Cuya anécdota consiste, en que por allá en Noviembre de 1995. Se lanzó desde un Helicóptero en Benji, ahí en la plaza las ballenas, conocida también como plaza del Ejército.

En plena faena de campaña electoral y de ahí surgió la expresión: "el Alcalde Volador", de eso hace ya 30 años. Tenía yo 10 años de haberme ido de baja de los Paracaidistas.

¿A qué viene esto? Pues bien, públicamente pido permiso para publicar esta anécdota, a mis camaradas, compatriotas y compañeros de lucha revolucionaria que laboran en este prestigioso medio digital, como lo es APORREA que sin duda es súper leído en todos los ámbitos del globo terráqueo.

Sin más preámbulos, reproduzco literalmente sin cambiarle absolutamente nada, cuyo contenido es del tenor siguiente:

DOMINGO KULTURAL

*El Benji y otros relatos personales*

Recuerdo con nostalgia aquellos domingos de mi niñez - cuando el viento tenía humor de cómplice- y bastaba una toalla vieja para con esa "capa" convertirnos en Superman. Entre juegos y raspones nacía la ilusión de volar.¿A qué niño no se le ocurre eso?

Todos hemos soñado con volar alguna vez. No sé por qué pero siempre recuerdo una visita escolar al admirado Cuerpo de Bomberos; los abnegados y valientes voluntarios - y mal pagados- de siempre nos hicieron varias demostraciones, en una de ellas sonaba la sirena anunciando una emergencia. Salían corriendo a gran velocidad y bajaban casi volando por un tubo muy alto, con la naturalidad de quién baja las escaleras, y brincaban al camión para sofocar el fuego como si fuera un vecino malcriado.

Un tío que estaba en la práctica nos contó que él sentía miedo, pero que el sentido de la obligación se imponía.

Los miedos son diversos, variados e infinitos. "¡El miedo es libre!", dijo un dirigente sindical en una marcha, al correr cuando se oyeron unos disparos, y un periodista le preguntó la razón de su galopada. El valor no es ausencia de miedo, sino la manera elegante de convivir con él.

Últimamente yo le tengo miedo a los ascensores y ahora más que nunca por el tema Venezuela. Es tal la obsesión que hice un "trabajo de campo" , resultado: la mayoría de los timbres de las alarmas no funcionan...

Nunca olvidaré el grito desgarrador en una película del gran cineasta español Luis Buñuel. Una monja cae al vacío por el foso del ascensor.

Sus amigos -Pablo Picasso y el Gabo- le tenían miedo a los aviones. "No le tengo miedo al avión, sino a la muerte", decía el gran pintor malagueño.

*¿Y a qué viene todo esto?*

Hace treinta (30) años, finalizando noviembre de 1995 tuve que lanzarme desde un helicóptero usando un Benji, con los tobillos atados a una fuerte cuerda elástica. La verdad no tenía idea qué era eso. Y disculpen , queridos lectores, por lo largo y el tono íntimo personal de hoy.

Estaba en una campaña electoral por la Alcaldía de Maracay, el Comando integrado, entre otros, por varios chamos de la UCV presentaron la idea. La cual acepté.

Eran jóvenes llenos de ideas peligrosamente creativas.¡Juventud divino tesoro!

Lo que parecía habladera de paja, se hizo realidad.

A los días vino a Maracay el francés que sabía de eso - él ya se había lanzado desde el Parque Central -para una cuña comercial- ahora es contratado por una agencia publicitaria amiga.

Mi comando decía que había un empate y nuestra desventaja consistía en que mi tarjeta -grupo de electores- era más desconocida que un turista en Alaska.

A la hora de la verdad me negué, yo pensaba que la vaina era una broma.

El francés era un buen vendedor y no iba a pelar ese boche; subrayó que era una actividad deportiva sin riesgos y además que siempre me iban a recordar por eso.

Es cierto: de vez en cuando consigo gente que dice en broma y en serio: "¿Usted fue el que casi se 'espaturra' cuando se lanzó de un Benji?" Otros más indulgentes me dicen: "¿A quién se le ocurre lanzarse desde un helicóptero amarrado de los tobillos? ?Gua! ¡A un loco como tú, Perucho!" Ayer no más: en una panadería famosa de Maracay - pueblo que se precie tiene una panadería para chismear-, un amigo me llamó a su mesa.

-Te presento a una amiga, dijo.

Ella me vio de arriba abajo

-Con usted quería hablar.

-¡Bingo! -dije.

-Mi madre lo adora, vio cuando usted se lanzó en Benji.

Y se destacó en elogios conmigo.

A veces me saludan de lejos: "¡Ese Benji!".

El francés tenía razón.

Aquí entre nosotros, quien me convenció de concretar la aventura fue la novia del francés, ella presenció atenta la discusión y mi negativa a prestarme para esa aventura desconocida.

Se acercó y me dijo. "Dale Pedro...todo saldrá bien. Nosotros nos lanzamos el sábado desde el viaducto de Guarenas".

Le pregunté: "¿Y cómo es eso?"

Me vio a los ojos con picardía, se acercó a mi oído y susurro con calma y erotismo: "Es como alcanzar veinte orgasmos a la vez".

Perrooooo...

El diario el Siglo hizo una campaña de intriga para promover la actividad, algunos amigos en la radio hicieron lo mismo.

Un domingo como el de hoy a las 7 am nos llamó mi suegra Virginia:

-Aquí está la gente de CNN preguntando por ti, Pedro.

En aquel entonces los teléfonos móviles eran analógicos.

Era Otto Neustald (esposo de la periodista Gladys Rodríguez) el corresponsal de CNN.

-Mucho gustó, me pautaron de Atlanta esta actividad y debemos hacer unas tomas cuando estés desayunando.

De allí en adelante grabaron todo, incluyendo cuando llegó "La Guacamaya" , un helicóptero hermoso, color rojo. Junto al piloto venía el franchute.

El francés se bajó y sacó las indumentarias.

Allí si me asusté.

-Pedro, recuerda que hay que firmar y tomar fotos. No debes caer como un saco de papas. Cuando la goma te dé el tirón volteas hacía arriba y das un saludo.

Mientras, en el parque de Las Ballenas ya la gente se concentraba.

Le pedí al piloto que circun volara el estadio José Pérez Colmenares, porque jugaban Tigres y Magallanes; quizás para que los congregados allí se enteraran de mi valentía por osmosis.

Ya listo para el lanzamiento, me cagué. Me asomé y veía allá abajo a la gente del tamaño de las hormigas.

-No puedo- dije.

Con nosotros estaba también el fotógrafo Carlos Jaen.

-Pedro lánzate- dijo el piloto.

-Coño, no puedo- contesté yo.

Por mi cabeza pasaba de todo, ráfagas. Lo más arrecho: abajo me esperaría la decepción de mucha gente y el ridículo.

-Esta bien, lo haré a mi manera- dije.

Me agaché en el estribo y le dije al fotógrafo:

-Jaen, dame un 'pataón'.

Sentí el zapato en la espalda, fuerte, rudo, grande y grité.

-¡Dale!

En cuestión de segundos la goma me templó y yo me volteo haciendo la señal de la victoria (tienen al final la foto).

El helicóptero descendió poco a poco y varios voluntarios desandaron las gomas y me llevaron a la tribuna. ¡Pura adrenalina!

Me tiré un discurso y dejé a la gente celebrando.

Al llegar a un restaurante en Las Delicias, el portugués propietario sorprendido nos dijo:

-Acaba de llamarme mi hermana desde Oporto y preguntó: "¿Quién es ese loco que acaba de lanzarse en tu ciudad desde un helicóptero?

Quería que yo la saludara...

Un programa amarillista de moda para la época llamado "Ocurrió así" se dio banquete conmigo.

CNN anunció que era un Récord Guinness.

Al día siguiente no aguantaba las llamadas desde todos los programas de opinión del país y del mundo.

No gané, le eche bolas como nunca y perdí como siempre.

Aunque aclaro: siempre he sido un ganador en la vida -les debo esa historia- no tengo pinta de perdedor para nada y me comporto como un triunfador. *¡Aquí nadie se rinde!*

Algunos amigos exageran y al séptimo trago dicen: ¡Queremos ser como Pedrito.! ¡¡Gracias!!

*Este cuento no acaba aquí, sigan el hilo.*

Todo debe ser contado y sin omitir detalles. Inmediatamente - realizado el salto- en horas tuve que cumplir un acuerdo con mi familia. Siempre se opusieron a esa aventura extrema, saben que soy testarudo... Y antes de él lanzamiento cumplí con el protocolo exigido por la médico de la familia: mi esposa Ysaura.

Unos días antes de lo contado, pasé por un chequeo médico: laboratorio, electrocardiograma etc, la rigurosidad profesional de Ysaura y del Dr Arturo Rojas fue más allá: no hace falta - dijo Arturo- pero hagamos un eco abdominal.

¡Oh sorpresa!

La vida -ese guionista aficionado al suspenso- me tenía una emboscada cruel: cargaba en mi cuerpo incrustado y colgado en el riñón izquierdo un Tumor de 11 centímetros. Asintomático. Estadio 3.

Decidí -contra las recomendaciones médicas y familiares- ejecutar la actividad pautada y publicitada (el Benji).

Era preferible correr riesgos que hacer el ridículo.

Cumplida las metas, concluida la agenda electoral, fui llamado al botón: "Los médicos te esperan".

Después de varias entrevistas, opté por el Urólogo Nelson Rollinson del Urológico San Román. Él y Arturo Rojas de la Clínica la Coromoto ( hizo el hallazgo) junto a Ysaura son mis ángeles de la guarda.

La intervención quirúrgica fue un éxito, y por eso lo estoy contando exactamente hoy 30 años después.

Por cierto, a escondidas de la familia -era un secreto - cuando cumplí 20 años de operado-, en una fecha como hoy, me lancé de otro Benji. Fue en Playa el Agua ( Margarita) desde una grúa con cesta, de esas que usan para la construcción de edificios altos. Una vista espectacular. En la cuerda libre y mientras subía y bajaba sentí nuevamente la libertad del aire y pura vida. El cielo arriba, el mar abajo y yo en medio oscilando como un péndulo feliz.

Lo hice a la calladita, como una ceremonia íntima en homenaje a esa actividad que me salvó la vida, a mis hijos y a la virgen de la "Chinita" que siempre me acompaña.

Tenía razón la bella joven novia del francés -no recuerdo los nombres- lanzarse en Benji es otro nivel; si me lo permiten: es más arrecho que la capa de Superman.

Bueno para terminar, cariñosamente invoco esa sabia expresión de despedida del ilustre Periodista, cronista y escritor. Oscar Yanes, también Ex Diputado periodos 74-79: "ASI SON LAS COSAS" Hasta otra próxima entrega.



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Ysaac Jacobo Mosqueda

Representante de la Fundación Por La Dignidad de Aragua. Luchador Socialista. Militante del PSUV. Miembro de la vieja vanguardia del MBR (Paracaidista 76-86).

 yjmosqueda@gmail.com      @ysamosqueda

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