La Necesidad de Incorporar Personas experimentadas en el Arte de la Guerra y la Defensa

En todo proceso de planificación la calidad del plan se determina en cada momento del proceso. Los que diseñan el plan están pensando en cuál es el mejor camino hacia la victoria, es un mapa conceptual, que para tener validez y aceptación requiere que este muy cerca, ese momento teórico, con las característica, tiempos y situaciones que hay que enfrentar realmente. Por eso el plan venezolano de defensa es "integral" se toman todos los aspectos conocidos hasta el momento.

Este momento teórico tiene objetivos específicos distintos a la ejecución, pues está dirigido a crear un o unos documentos lo más detallados posibles, sobre lo que se quiere hacer en defensa, pero no puede evitar que se cuele de alguna manera, la ilusión, una emoción muy humana. La ejecución sigue lo señalado en el plan, no está dentro de sus acciones discutir ni cambiar los objetivos señalados en el plan integral, pues si era necesario participaron en el con sus opiniones.

Sus objetivos son concretos, ejecutar las acciones que están previstas en el plan y según la visión en él reflejada. Aunque esta ejecución se realiza igualmente con visión y planificación, pero visión y planificación operativa, en el terreno.

Y esta ejecución por su sentido práctico, necesita a su vez personas con experiencia en esas actividades y Venezuela como todo país pacífico, al no participar en ningún conflicto bélico en los últimos años, carece de personal con experiencia bélica intensa que prevea, anticipe y resuelva los problemas que en una confrontación, de defensa, de caza y destrucción, se van a presentar necesariamente.

En el terreno no se pide ni se da cuartel, eso necesita de soldados que ya hayan internalizado este aprendizaje, es necesario por ello Incorporar personas con formación táctica, visión del combate y experiencia real se vuelve una necesidad estructural para garantizar alcanzar con el menor costo los objetivos que se señalan en el plan integral. Es necesario hacerlo eficaz en su ejecución.

Aunque los combates modernos son cada vez más complejos, en todos esos escenarios se exige un capital humano especializado, personas duchas en el arte de la defensa, que ya la hayan vivido, y que puedan pensar más allá de los manuales militares para resolver problemas en el terreno de combate. Incorporar este talento es un imperativo estratégico.

Necesitamos obtener esas personas, no solo si llega un momento de confrontación, sino también para labores de entrenamiento tanto del personal de base y líderes comunitarios y vecinales, que han sido movilizados, sino también para intercambiar su visión de los acontecimientos con la alta dirección y con los planificadores estratégicos.

Venezuela está cerca de un grupo de países que tienen personas con las características de experiencia que he señalado, por lo que su apoyo para suministrar personal es claro, porque nos aliviará de un conjunto de esfuerzos que de otra manera tendríamos que obtenerlo solo en la práctica. Seguro que se están haciendo los contactos correspondientes.

Hay otras tres fuentes posibles para nutrirse de ese capital humano, como pueden ser Veteranos de conflictos internacionales, venezolanos que hayan participado en misiones de paz, operaciones conjuntas o que hayan recibido formación en academias militares extranjeras. Su experiencia puede ser adaptada al contexto nacional.

Hay que pensar también en expertos en seguridad territorial y fronteriza, que serían funcionarios con trayectoria en zonas de alta tensión, donde la defensa no es solo militar sino que viene acompañada también por la logística, simbólica y comunitaria.

Y por supuesto crear centros de entrenamiento, donde se trabaje con simuladores tácticos y formación avanzada que reproduzcan escenarios de combate real, con tecnología, inteligencia artificial y ejercicios de toma de decisiones bajo presión. Con ello se adquiere experiencia desde la simulación, pero con rigor operativo. Venezuela tiene el talento, la voluntad y la urgencia. Lo que se necesita ahora es articular ese capital humano, formarlo, integrarlo y escucharlo.

Y tal como lo señalan en Internet, es clave incorporar saberes no convencionales: rastreadores, buenos en la lucha cuerpo a cuerpo, defensores del territorio con visión ancestral.

Y por supuesto si la situación se pone demasiado pelúa hay muchos brigadistas internacionales que están dispuestos a contribuir con Venezuela en la defensa de su territorio, su identidad, su libertad y su dignidad.



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Oscar Rodríguez E


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