La sociedad suele menos preciar o marginar las y los ancianos, lamentablemente, también algunos profesionales de la salud. Muchos médicos ven el envejecimiento como una enfermedad o un problema en lugar de una etapa natural de la vida, desestimando las preocupaciones del paciente con explicaciones relacionadas con la edad. Existe una tendencia a preferir el tratamiento a la prevención y un enfoque único para la atención médica de los adultos mayores que ignora las necesidades individuales.
Gracias a los avances científicos y a los medicamentos, muchas personas viven más, sin embargo, priorizar el tratamiento sobre la prevención no es rentable para el dios mercado. Esto puede llevar a algunos médicos a optar por intervenciones como recetas o procedimientos invasivos, como sondas de alimentación o respiración, en lugar de la atención preventiva que promueve el bienestar general.
El capitalismo neoliberal, a su vez, ha convertido la salud física y mental en un negocio pese que la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Organización Mundial de la Salud declaran que la salud física y mental es un derecho humano. Hay seguros médicos que no cubren especialistas, por ejemplo, la cirugía de ancianos o ancianas con de cáncer, otros que simplemente no tienen un plan médico o no pueden costear un especialista, en consecuencia, se quebranta un derecho humano fundamental.
Además de la salud, la sociedad generalmente suele estereotipar los envejecientes, presentándolos como olvidadizos, confundidos, lentos, dependientes, débiles, frágiles, anticuados, impotentes sexualmente, improductivos. Estos estereotipos estigmatizan y no reconocen la diversidad, la sabiduría, la riqueza e individualidad de las y los envejecientes.
En Puerto Rico, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) se proyecta que para el año 2035 (apenas en diez años) será la primera nación en la región de personas de más de 60 años o más, excediendo el 35% de la población. Lo que significa, entre muchas otras cosas, que hay que eliminar los estereotipos que se reflejan en el uso de eufemismos como la “tercera edad” “edad de oro” a nuestro juicio no contribuyen a aceptar el envejecimiento como un ciclo normal de la vida. Estos estereotipos se refuerzan con la glorificación de la belleza, la fortaleza de la juventud. También en Latinoamérica y el Caribe antes las y los ancianos fallecían en la casa de los hijos, hoy eso parece estar cambiando, fallecen solos o son frecuentemente abandonados en los asilos o hospitales por sus parientes.
Es indispensable más servicios de salud física y mental públicos, no privatizados, para que las y los envejecientes obtengan servicios de prevención holística. También es necesario un seguro universal de salud gratuito, fortalecer o desarrollar centros de salud popular que no siga la lógica del capitalismo financiero. Es vital reconstruir una imagen positiva de este sector tan importante y redefinir el envejecimiento en términos realistas, aprovechando la oportunidad de construir una vida plena y significativa en nuestros últimos años. No es justo que esos seres humanos que quizás aportaron tanto al país, que tal vez hicieron tantos sacrificios en la crianza de las y los hijos o nietos sean marginados por la sociedad y los servicios sanitarios. Independiente de la edad, todas y todos tienen derecho a ser tratados en igualdad de condiciones y con dignidad.
Referencias
Aronson, L. (2021). Elderhood: redefining Aging, transforming medicine, reimagining life. Published Bloomsbury, United States.
Cátala, O. F. (Marzo, 2023). Mirada al país-somos viejos. Portal Claridad: Puerto Rico.
De Lima, A. I. I., Barroso, M. S., Baptista, N. M. & Ferrari, C. H. (2023). Avaliacao Psicológica de Idosos. Editorial Voces: Brasil.
Riviére, M. & Dexeus, S. (1995). Vivir la Madurez con Optimismo. Editorial Plaza & James: España.
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