Marco Rubio, el descrédito de la ONU y la amenaza a la paz continental El jueves 4 de septiembre de 2025, durante una conferencia de prensa en el Palacio de Carondelet, Quito (Ecuador), el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, profirió acusaciones directas contra el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, calificándolo de "narcotraficante". Lo hizo desconociendo y despreciando expresamente los informes de la Organización de las Naciones Unidas, al afirmar públicamente:
"Digo que Venezuela no está envuelta en el tráfico de drogas porque Naciones Unidas lo dice… ¡pero a mí no me importa lo que dice la ONU! ¡Porque la ONU no sabe lo que está diciendo! Maduro está acusado por un gran jurado del Distrito Sur de Nueva York… No existe duda de que Maduro es un narcotraficante."
De forma reiterada señaló: "A mí no me importa lo que dice la ONU", expresando un claro desprecio hacia el orden jurídico internacional.
Marco jurídico internacional vulnerado
∙ Carta de las Naciones Unidas
1. Artículo 1(1): Fija como propósito el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales mediante medidas colectivas y no unilaterales. 2. Artículo 2(4): Establece la prohibición del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado. 3. Artículo 2(7): Garantiza la no intervención en asuntos esencialmente internos de los Estados.
∙ Derecho Internacional Humanitario (DIH)
Las declaraciones de Rubio apuntan a legitimar un uso de la fuerza ofensiva, lo cual vulnera los principios de distinción,
proporcionalidad y precaución, base fundamental del DIH.
∙ Derecho Internacional de los Derechos Humanos
1. Presunción de inocencia: recogida en el artículo 14(2) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), resulta quebrantada cuando se sentencia públicamente a un jefe de Estado sin juicio ni condena firme.
2. Debido proceso: protegido por el PIDCP y por la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 8), se vulnera al usar acusaciones judiciales extranjeras como excusa política y mediática para justificar agresiones.
∙ Carta Democrática Interamericana (OEA)
La insistencia en fórmulas unilaterales de presión e intervención es contraria al artículo 3, que establece como pilares la democracia representativa, el respeto al Estado de derecho y la resolución pacífica de controversias.
Marco Rubio no habla en vacío. Lo hace como figura influyente de un sector político estadounidense que ha hecho de la hostilidad exterior un mecanismo de cohesión interna. Su desprecio por la ONU no solo fractura la relación de Estados Unidos con el multilateralismo, sino que proyecta hacia la comunidad internacional un mensaje de supremacía unilateral: la fuerza está por encima del derecho.
Para su partido, esto fortalece a los sectores más radicales, pero implica un costo de legitimidad global, en un escenario multipolar donde los consensos internacionales son cada vez más necesarios.
Consecuencias internacionales
∙ Diplomáticas: Se socava la confianza en los mecanismos multilaterales y se aisla a Estados Unidos en su propio unilateralismo.
∙ Jurídicas: Se genera un precedente de irresponsabilidad política internacional, donde se vulnera la presunción de inocencia y se difama a líderes políticos como excusa de hostilidad.
∙ De seguridad: Se fomenta un escenario de justificación para magnicidios, invasiones preventivas o acciones militares encubiertas en un continente que, hasta ahora, ha sido una de las regiones menos militarizadas del planeta.
Una figura que no debe ocupar cargos públicos
Un funcionario que públicamente desconoce la ONU y que legitima la violencia por encima del derecho se ubica fuera del marco de la legalidad internacional. Su permanencia en cargos de alto nivel contradice los principios básicos del servicio público: respeto al derecho, preservación de la paz y compromiso con la verdad.
Existen algunas sociedades, que históricamente van a la defensa de la verdad, la justicia y la razón, esto va directamente interpelado ante declaraciones como estas. Rubio, al pisotear el multilateralismo y el derecho, actúa en traición a los principios universales. Existen sanciones que corresponden desde esta perspectiva, de quien viola los fundamentos de la justicia queda desenmascarado, todo aquel que respalde estas declaraciones se expone al escarnio público.
En un territorio pacífico como América, estas palabras plantean: ∙ Una fractura institucional: erosionan la credibilidad de organismos como la ONU y la OEA y del Derecho Internacional en su conjunto. ∙ Una escalada: SI SE LEGITIMA LA FUERZA CON DISCURSOS, se abre la vía a operaciones militares preventivas o invasiones.
∙ Un precedente peligroso: LEGITIMAR VERBALMENTE LA ELIMINACIÓN externa de líderes contrarios a sus intereses, desobedientes, con independencia de pensamiento y acción, sin procesos judiciales claros, lleva a que ese patrón se repita.
Las declaraciones de Marco Rubio no son simples palabras de un político en campaña: constituyen un acto hostil contra la paz continental, un desprecio al sistema multilateral, a la libertad de pensamiento y acción, es una incitación descaradamente velada a la violencia política y militar.
Como profesional en Seguridad y Defensa Es mi deber denunciar que:
Estas afirmaciones violan la Carta de la ONU y los principios del Derecho Internacional.
Contribuyen a la normalización del magnicidio y la invasión, prácticas proscritas por la comunidad internacional.
Estas acciones (Estados Unidos) y declaraciones deben ser condenadas internacionalmente, denunciadas y develadas en todos los idiomas y en todos los espacios, incluyendo aquellos donde el humanismo y el derecho se entrelazan en defensa de la paz y la justicia. Marco Rubio se revela, así como un profano del derecho internacional, un funcionario que ha cruzado la frontera entre la discrepancia política y la incitación a la barbarie jurídica.
"LA DEFENSA DE LA PAZ EXIGE NOMBRAR AL AGRESOR Y EXHIBIRLO ANTE EL MUNDO ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE."
6 septiembre de 2025
Por:
OKSANA PÉREZ YEWTUKHIW
Dra. Seguridad y Defensa de la Nación.