Natalidad. Milei contra el aborto y un discurso sin remate

Durante la presentación en la Cámara de Comercio de Estados Unidos, AmCham, el presidente Javier Milei se refirió a la baja tasa de natalidad en nuestro país "Ahora se están dando cuenta que se les pasó la mano en atacar a la familia, en atacar a las 2 vidas. Y ahora lo estamos pagando con caídas en la tasa de natalidad". La caída de la natalidad viene bajando desde el año 2014, pero para Milei el derecho al aborto es el responsable de todo. ¿Falta de conocimiento o un discurso fake para dar argumentación incell y equivocada?

Una caída sostenida

Mientras en 2001 se estimaban 2,1 hijos por mujer, en 2022 la cifra se redujo a 1,4 hijos. Pero esta situación acontece sostenidamente desde el año 2014. Hoy la caída es más del 40% y son mayoría las familias sin hijos en nuestro país.

La caída en la tasa de natalidad es un tema de agenda a nivel mundial desde hace varios años. En 2020 la prestigiosa revista científica The Lancet publicaba un estudio, realizado por investigadores del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, que afirmó que el derrumbe en los índices de nacimientos podría generar la reducción de las poblaciones de todos los países para fines de siglo e incluso una reducción del 50% de habitantes para 23 países, entre los que se encuentran España, Italia, Portugal, Corea del Sur o Japón.

La disminución significativa en los nacimientos a nivel global es uno de los mayores desafíos que enfrentan los gobiernos y organismos internacionales para sostener el crecimiento y desarrollo en medio de una fuerte crisis. Los cambios a nivel global en las condiciones de trabajo, y de retiro combinan una fuerza laboral en contracción, poblaciones envejecidas que deben seguir trabajando y una juventud atravesada por problemáticas ambientales y de salud mental, que no encuentra trabajo y se encuentra en niveles de pobreza. Un momento histórico donde prima la retirada del Estado de dimensiones vertebrales como la seguridad social, la salud y los cuidados.

Esto ha llevado a algunos países a poner en marcha planes específicos para tratar de revertir la situación teniendo en cuenta el impacto que puede generar en las sociedades y en los sistemas laboral, previsional, sanitario, y de cuidados. Países como Alemania han tenido que implementar incentivos para generar nacimientos. El alto costo de vida y, en ese marco, la imposibilidad de mantener hijos ha provocado que no sea prioridad. Ante esta situación, en ese país se otorgaban, hasta hace unos años, premios monetarios a la maternidad, licencias especiales maparentales y una serie de propagandas intentando modificar el escenario.

Paralelamente, los países europeos se preocupan por la baja de natalidad pero desarrollan fuertes políticas xenófobas, expulsando a familias con hijes que buscan refugio o jóvenes trabajadores. Y estos tampoco son tomados a la hora de calcular las estadísticas. Lo importante para estos países es la natalidad ¿De qué vidas? Parece que hay vidas más necesarias que otras. Contradictoriamente impulsan programas para que extranjeros pueblen lugares apartados o con graves problemas de densidad poblacional. Extranjeros que no busquen refugio. Es el caso de pueblos de Italia y España. Lo que muestra esta complejidad es que, si bien el problema de la baja de natalidad es mundial, muchos prefieren responsabilizar al feminismo sin planificar abordajes integrales o reales.

Por otro lado, el problema de la natalidad constituye un desafío sociocultural urgente a resolver en vista de que una comunidad sin infancias no tiene futuro. Pero que, además, se desarrollan políticas contra las infancias y adolescencias. Países como Argentina, que con el gobierno ultraderechista desarrolla políticas persecutorias y sancionatorias hacia las infancias, está lejos de pensar en la natalidad de un modo integral. Porque los niños no solo deben nacer, deben vivir y tener futuro, cuestión que parece no importarle a Milei.

La transición demográfica

La transición demográfica surge de la teoría demográfica que explica el paso, o la transición de sociedades pre industriales a industriales o modernas. Trata de explicar cómo se dan esos pasos que son productos de los cambios socioculturales. Sociedades como las europeas han transitado antes estos procesos. Esta teoría, sin asignar un juicio de valor sobre esos procesos, puede alertar y permitir mejores planificaciones sociales.

En definitiva, se refiere al cambio que experimentan las poblaciones con altas tasas de natalidad y mortalidad, a bajas tasas de las mismas. Los niveles de natalidad y mortalidad altos evitaron que la mayoría de las poblaciones experimentaran crecimientos rápidos durante la mayor parte del tiempo. De hecho, muchas poblaciones no sólo no experimentaron crecimiento, sino que se extinguieron completamente cuando las tasas de natalidad no compensaron las altas tasas de mortalidad.

Eventualmente las tasas de mortalidad disminuyeron según mejoraron las condiciones de vida y la nutrición. La disminución de la mortalidad normalmente precede a la reducción de la fecundidad, lo que resulta en un crecimiento de la población durante el período de transición. Las tasas de fecundidad no decayeron ni tan rápidamente, ni tan dramáticamente como las tasas de mortalidad y, por ende, la población creció rápidamente

Las etapas de la transición demográfica son las siguientes:

  • Etapa I – Alta tasa de natalidad, alta tasa de mortalidad = poco o ningún crecimiento.
  • Etapa II – Alta tasa de natalidad, tasa de mortalidad en descenso = alto crecimiento.
  • Etapa III – Tasa de natalidad en descenso, tasa de mortalidad relativamente baja = crecimiento lento.
  • Etapa IV – Tasa de natalidad baja, tasa de mortalidad baja = crecimiento de la población muy lento.

La transición demográfica tiene una quinta etapa. Cuando la fecundidad desciende a niveles demasiado bajos y permanece a ese nivel por un período prolongado, una tasa lenta de crecimiento de la población puede convertirse en una tasa negativa.

La experiencia limitada hasta la fecha muestra que el descenso de la fecundidad tiende a disminuir a menos de la tasa de reemplazo y (por lo menos hasta la fecha) y permanecer ahí. Por supuesto poder planificar y generar transformaciones positivas en las sociedades no se desprende de menos derechos, todo lo contrario, la posibilidad de más derechos y mejores condiciones de vida, garantiza que el crecimiento poblacional no de tasa negativa. Requiere inversión, políticas públicas, y de acción social constante.

Milei, un incell que se auto justifica

El Presidente suele tener un discurso anti feminista, anti derecho, anti mujer. Ahora, al vincular la caída de la natalidad con la legalización del aborto. "Nos hubiéramos ahorrado bastantes asesinatos en el vientre de las madres". Solo continúa en el camino del discurso fake que levantan los famosos incells. Sin pareja y sin hijos, estos sujetes suelen cuestionar a las mujeres de esta "suerte" o "mala suerte" que tienen, y la imposibilidad que ven para formar familia. Por supuesto, formar "la familia tradicional". Todos estos supuestos son poco científicos, casi ridículos. Y nunca los someten a verdaderos análisis teóricos, ni son problemas que los aborden desde el formato económico capitalista imperante, ni desde los esquemas de explotación y sometimiento social actual. Es como si esos elementos no existieran, y solo hay un reclamo subjetivo, machista, patriarcal, infantil y ridículo del macho herido.

Por otro lado, la evidencia disponible no permite trazar una línea de causalidad directa entre las variables que propone Milei, Baja de natalidad, y derecho al aborto. La tasa de natalidad viene bajando desde 2014, mientras que la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo se aprobó en 2020.

Según especialistas, la caída de natalidad es un fenómeno global y se vincula con varios factores, algunos de desarrollo cronológico de las sociedades industriales, otros de cambios socioculturales, y la mayoría coinciden en elementos comunes en el marco de un sistema capitalista en crisis. Hay algunos aspectos que se derivan de estos ejes, y que toman relevancia en algún momento, como el ingreso masivo de las mujeres al mercado de trabajo hacia fines del siglo XX, el aumento de los niveles de educación y el acceso a la salud.

La evidencia científica disponible no permite trazar una línea de causalidad directa entre la caída de natalidad en Argentina y la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

Es más, muchos especialistas señalan que el descenso de la natalidad se vincula con varios factores y que no existe un solo factor que explique por completo este fenómeno.

De acuerdo con la información de la Dirección de Estadísticas e Información de la Salud (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina la tasa de natalidad (número de nacimientos vivos por cada 1000 habitantes) viene descendiendo en el país desde 2014. Para el año 2023 (último dato disponible), el número de nacidos vivos registrados en el país alcanza un valor de 460.902, un 48% menos en relación con el año 2000.

Además, de acuerdo con datos del Banco Mundial, no se trata de un fenómeno exclusivo de nuestro país: desde 2016 existe una caída a nivel mundial de la tasa de natalidad.

"En Latinoamérica las tasas de natalidad vienen bajando desde hace más de medio siglo. A partir de los 2010 este descenso se hace más pronunciado, en especial en países como Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay. En Argentina se vuelve muy claro que se desploma a partir de 2014", explica María de las Nieves Puglia, directora de Género de la organización Fundar, presidida por el matemático Sebastian Ceria.

Es un fenómeno multicausal, en especial por los formatos sociolaborales en este sistema, la salida de la mujer al ámbito público y las dificultades para conciliar los tiempos de labores y la crianza. Asimismo, la propia meritocracia hace que el concepto individualista de la vida tampoco de un marco para pensar en otro al que hay que cuidar y proteger.

Por otro lado, un porcentaje significativo del descenso de la natalidad en Argentina está explicado porque bajó el embarazo en adolescentes. Lo que debería ser una buena noticia.

Por supuesto, que los índices de mortalidad se han acelerado más, por eso tampoco se da el recambio. Y allí otra vez las políticas públicas inexistentes.

En fin, la baja de natalidad debería preocuparnos en el marco de una sociedad empobrecida, y con pocas condiciones de cuidar a otros, con herramientas para prevenirlo y lograr evadir esa "tarea". Resignificar el cuidado, los conceptos de familia, y la responsabilidad compartida maparental son ejes claves para revertir un panorama que nos guía a una tasa negativa. Por supuesto, más derechos garantizan mayores condiciones de vida y de decidir, pero sin una transformación social profunda que parta de garantizar esos derechos, no hay perspectiva posible.

Todo esto, lejos del alcance de Milei que sigue hablando con Conan y pagando para mostrar relaciones sexoafectivas públicas, para el presidente el mundo es más básico y menos científico. Al igual que en el medioevo, las mujeres eran consideradas brujas y debían ser eliminadas, en su mundo fake las mujeres con derechos somos un peligro.

Tampoco se plantea garantizar infancias saludables y felices o una ancianidad con expectativas de vida dignas. Otro titular contra nosotras y nosotres, que demuestra que el león tiene su masculinidad mas frágil que gatito casero. Más antiderecho no se consigue. Este 3J, a 10 años de la primera convocatoria, sorbran motivos para salir a la calle y unir las luchas contra la ultraderecha que nos gobierna. Ni un paso atrás. Mi cuerpo, mi decisión.



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