Delirio, arrogancia o candor

Varias veces he confesado los desvelos que me producen los asuntos económicos. Es poca mi capacidad de comprensión de sus "leyes". De hecho, tales desvelos, los asocio a la molestia que me genera ir, con mi reducido salario "integral", al mercado. Esta preocupación doméstica me llevó a pedirle a un especialista, tan cercano como apreciado, que me explicara la razón para que ocurra este fenómeno de la subida diaria del dólar y, también el valor en dólares de las mercancías.

Mi amigo formuló dos cosas, sin duda, asertivas: El asunto de la inflación es un tema de expectativas negativas... Es un asunto estructural, no hay confianza sobre una estabilidad económica duradera... Obviamente hablaba de una estructura capitalista, como es la venezolana, en cuyo manejo -como me dijo otro apreciado y socialista, economista- el gobierno no tiene peso en ella, entonces ¿por qué se empeña en hacerlo? No somos China, ella no sólo planifica, facilita, con mano dura y estable, que el empresariado haga su trabajo, evitando cualquier desboque.

Sin embargo, luego de sesenta y cinco años de militancia y lectura del marxismo, sé reconocer ese báculo hipócrita que Maneiro asociaba con la razón de Estado... Si un gobierno socialista cambia su rol emancipador por el de tutelar, convierte el socialismo en palabras. Y más aún, si los ciudadanos no han podido desarrollar una nueva forma de producir que, acompañando la estatal, enfrente la explotación, ni el palabrerío sobrevive. Veamos la historia como espejo.

La revolución bolchevique emanciparía al proletariado. El tutelaje de Stalin y sus seguidores liquidó totalmente esa esperanza. Convirtió "todo el poder a los soviets" en dictadura del Partido. En China, Mao Zedong, fiel a la emancipación, decía: liberar las fuerzas productivas del pueblo chino... transformar la propiedad individual en propiedad colectiva... la ley del valor no es el regulador de la economía socialista, lo es la planificación con la política en el puesto de mando... Ya no es así, el pragmatismo se impuso.

La geopolítica en el liderazgo mundial pesa mucho, es la razón que guía a China convertida hoy en uno de los grandes. Para eso le pusieron un límite a la ensoñación emancipadora: "la relativa comodidad de todo el pueblo". En ese propósito tiene como aliado a Rusia que también privilegia la geopolítica y, en lo interno, la tradicional tutela que la ha caracterizado. ¿Y Venezuela? Lo que señalo en el título.



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José Manuel Rodríguez


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