El voto vuelve a ser el mismo ritual catártico y sedante de siempre, no tiene ninguna función de confrontación política verdadera, los candidatos representan un mismo estilo de debate sobre descalificaciones o nimiedades, chismes sin tocar el fondo de los problemas, los candidatos obedecen a sus patrocinadores, el cargo, la oportunidad, el dinero, el robo y la trampa. Nada cambia, sigue la fragmentación de la sociedad, la distracción, el hambre y deterioro de la educación y la salud. Avanza el capitalismo y retrocede el desarrollo social.
Si no puedo elegir sobre programas con ideas de cambios radicales, no voto; las últimas elecciones después de la muerte de Cháve han dejado un basurero de promesas y mentiras en las calles, en las paredes y colgando de los postes. Hay quienes se han dedicado a coleccionarlas, junto a los conos monetarios de las devaluaciones del Bolívar, desde Chávez hasta la dolarización tapada del madurismo flojito, o la tarjeta Mi Negra, que prometía 10 mil dólares a cada tarjetahabiente, a cambio de votar por el candidato adeco de la oposición. Las mentiras son coleccionables, algunos las llaman "historia" cuando además de venderse son comentadas y razonadas.
Estoy harto de mentiras, soy muy viejo para falsas emociones y falsas esperanzas. Mi compromiso es desde hace mucho con el socialismo, con una revolución social socialista, allí yace mi esperanza intacta, junto a mis mentores ideológicos, pensadores políticos, científicos y artistas. Los que perseveramos venceremos, creer y luchar es nuestro legado. Quizás ahora nos toque dar otro paso más atrás de la capitulación de Maduro ante el poder capitalista, sin embargo tengo esperanzas en una revolución, la humanidad puede ser más fuerte que la misma muerte .
Qué son estas elecciones sino una distracción, para que todo el mundo se olvide de Chávez y de la revolución socilista. Del socialismo bolivariano de Chávez, no el que se inventó luego Maduro, una mediocre falsificación del pensamiento del comandante Chávez (léase la presentación del "libro azul", encartado en el diario ciudad Ccs, y el plan de la patria falso igualmente encartado en el mismo diario en el 2013, semanas de muerto Chávez), para justificar la entrega de nuestros recursos, nuestra economía y nuestro destino a la voluntad de mercaderes.
No voy a votar. Votar sería como alimentar hienas con la carroña de un cadáver. Y son tan malos los carroñeros como la carne podrida. La mayoría de esos candidatos son "cuadro de fondo" para una trampa continuista del gobierno y del capitalismo. Lamentablemente, si no se puede votar de forma nominal, los honestos, que los debe haber, serán olvidados. Serán víctimas de la astucia y la trampa electoral organizada por la cúpula madurista.
No voy a votar por vagos; por oportunistas, arribistas, aduladores melosos, por pícaros codiciosos. Creo en el socialismo y busco una propuesta socialistano y no la escucho, un plan soclialista, pero no lo veo por ninguna parte… ¡Dónde está el socialismo!
El socialismo es la salvación de la humanidad y del planeta, remedio para las guerras intercapitalistas, remedio para la degradación de la vida y el cambio climático, remedio para el cáncer del capitalismo y su lógica depredadora de consumo y explotación irracional, para el hambre, la ignorancia y la estupidez del gregarismo consumista. Solo en socialismo cobra sentido los avances tecnológicos, el uso adecuado de la Inteligencia Artificial y la robótica para intensificar el tiempo libre, la creación humana, la mayor suma de felicidad posible, como dijo Chávez con Bolívar… No voy a votar para alimentar mezquinos cortos de vistas y flojos de corazón que piensan que sus ombligos y sus barrigas son el centro del mundo; hay que rescatar las ambiciones humanistas de Chávez y de Bolívar, Martí y Fidel y luchar por algo grande, el socialismo y la salvación de toda la humanidad, lo demás es deprimente.
CHÁVEZ TRAZÓ EL CAMINO