Cuesta creer que un sistema tan poderoso como el capitalismo imperialista caerá. El poder de las élites es inmenso. Unas pocas transnacionales dominan el mundo. Por ejemplo, prácticamente toda la producción mundial de semiconductores de alta tecnología es producida por una sola empresa, TSMC, y está en Taiwan. El 1% más rico de la población mundial posee aproximadamente el 45% de la riqueza personal global. Además, se estima que 42 individuos del planeta tienen tanto dinero como la mitad más pobre del mundo. Empresas como Apple, Microsoft, Amazon, Facebook, Alphabet (Google) y Huawei-BATX tienen valores de mercado que pueden compararse con el PIB de naciones enteras.
Pero en toda la historia humana ninguna civilización ha perdurado. La historia es clara: nacen, crecen, declinan y mueren. Algunas han permanecido siglos, otras menos, pero todas están sometidas al proceso de cambio.
Los plebeyos de la Edad Media, ¿verían posible derrotar a la nobleza y la iglesia? Muy difícil. Pensarían que el sistema feudal sería eterno. Pero el sistema cayó. No creo que los plebeyos y el pueblo en general se imaginaran que los burgueses jurarían un papel fundamental en la transformación; ni siquiera los burgueses mismos se imaginarían el papel que jugarían en la historia. Igual sucede hoy: por eso, si vemos desde el paradigma muriente, no entenderemos lo que está pasando.
Por eso lanzo la pregunta: ¿Cuál es la clase revolucionaria hoy que se está gestando y que asumirá el rol fundamental en el cambio civilizatorio? ¿Cómo ocurrirá el próximo cambio civilizatorio?
Veo la evolución de la civilización humana como un sistema complejo. Un sistema complejo es un conjunto de muchos componentes interconectados que interactúan de manera no lineal y dinámica, bajo un conjunto de relativamente pocas leyes, dando lugar a comportamientos emergentes que no pueden ser predichos simplemente analizando las partes individuales. Estos sistemas se caracterizan por su adaptabilidad, autoorganización y la capacidad de evolucionar con el tiempo. En el contexto de los sistemas dinámicos, un atractor es un conjunto de estados hacia los cuales un sistema tiende a evolucionar con el tiempo.
Ejemplos de sistemas complejos incluyen el clima, los ecosistemas, los mercados financieros, las interrelaciones entre galaxias y las redes sociales y grandes cuerpos. La comprensión de estos sistemas requiere un enfoque interdisciplinario que combine conocimientos de diversas áreas como la física, la biología, la economía y la sociología.
Las formaciones sociales (Marx), los Sistemas Biopsicosociales (Graves), los Ciclos sociales (Sarkar), las Olas (Toffler), son los atractores de un sistema complejo que es la historia, vistos esos modelos desde ciertos ángulos limitados. Cada uno de ellos abarca determinados aspectos parciales. Un sistema complejo integrador podría considerar todos los factores considerados por estos modelos para establecer un modelo complejo de la historiología.
A cada atractor le tiende a seguir otro de mayor nivel de complejidad, que incluye al anterior, pero lo trasciende. No están predeterminados completamente, son tendencias, variantes, dentro de un esquema general de posibilidades coherentes. Superado un sistema, se abren bifurcaciones, pero no en direcciones arbitrarias.
Así, según el modelo marxista, hemos pasado del comunismo primitivo al esclavismo al feudalismo al capitalismo; sigue el socialismo (transición) y el comunismo. En cada región, en cada cultura, se fue dando la transición entre atractores de diversas maneras, pero bajo el esquema general tendencial.
Toffler lo analiza por olas: Primera (agrícola), Segunda (industrial), Tercera (Servicios). Vendría una cuarta. Las olas son atractores.
Sarkar establece un modelo espiraloide con cuatro atractores básicos: tipo "guerreros", tipo "intelectuales" y tipo "comerciantes", que se suceden evolutivamente, para en un salto revolucionario pasar a una sociedad tipo "obrera", para volver a comenzar el ciclo en una octava superior.
El modelo de Clare Graves (Dinámica Espiral) es para mí uno de los más completos. Parte de cómo los grupos (y los individuos) evolucionan. Tiene aspectos psicológicos y sociológicos. Hay "atractores" estables, los sistemas biopsicosociales, que representan estadios. Cuando las condiciones cambian suficientemente, cuando las tensiones se intensifican (eso nos recuerda a Marx) se pasa a un nivel de mayor complejidad, a otro atractor, incluyendo el anterior, pero trascendiéndolo. Ken Wilber desarrolla muy bien esto, en sus cuatro cuadrantes.
Sea el modelo que escojamos, las sociedades pasan por etapas, atractores. En cada una de ellas, una nueva civilización nace, crece, se debilita y muere. Hay patrones. Cuando un sistema declina, otro comienza a desarrollarse. No hay determinismo, sino tendencias con fuertes patrones, atractores.
Así sucederá con el neoliberalismo: caerá. No hay sociedad eterna.
La gran pregunta es ¿Cómo sucederá? El poder de las élites es tan grande, que nos cuesta imaginar cómo se dará el cambio. El paradigma imperante nos hace creer que no hay alternativa, que salir de este sistema es caer en el caos.
Será un desplome, sin duda. Surgirán liderazgos de la nada. Lo que era común, desaparecerá. Lo que parecía imposible, florecerá.
El hecho de que haya un desplome no descarta la posibilidad de que podamos dar cierta dirección a lo que sigue. De hecho, a nivel mundial hay hoy dos grandes opciones: fascismo mundial o democracia mundial. Todo dependerá de la acumulación de conciencia, del poder crear la masa crítica necesaria. El fascismo contará con más masa material, más poder económico, pero es parte de lo que muere; la democracia mundial contará con la masa moral, la parte que puede nacer.
Lo más difícil de imaginar es cómo se asumirá el control de la producción de las grandes empresas, que necesariamente requieren inmensas magnitudes, como el ejemplo de la fábrica de semiconductores de Taiwan. ¿Será "mundializada"? Y si es así, ¿Cómo se hará para garantizar su eficiencia?
Esas son preguntas que tenemos que hacernos quienes promovemos la Federación Mundial bajo la Constitución de la Tierra (www.constitucionmundial.com).
Seguramente la respuesta no deba ser mundializar. Eso sería pensar bajo el actual paradigma. Los niños alfa y beta, que están naciendo en este milenio, verán el mundo diferente, el control de los medios de producción no será la clave. Habrá otros elementos.
Cómo ocurrirá la transición no podemos saberlo. Pero sabemos que sí ocurrirá, y podemos conocer la tendencia general de la dirección del movimiento. Y podemos prepararnos para ese momento.
Te invitamos a unirte y participar.