Treinta días exactos tardó Cristóbal Colón para toparse por primera vez con tierras venezolanas. Este sería su tercer viaje y ahora lo haría desde El Puerto de Sanlúcar de Barrameda de la región de Cádiz. Venía con la euforia de haber convencido a los Reyes de las bondades que le traería a la Corona esta nueva aventura mar adentro de donde les aseguraba traerle riquezas jamás vista en España y el continente europeo.
Así y con la algarabía de la marinería zarparon el 30 de mayo de 1498 en su tercer viaje los seis Barcos y las doscientas veintiséis almas aventureras rumbo hacia el continente desconocido.
En este viaje y quizás sin imaginárselo Colón se hizo acompañar del Fraile
Bartolomé de las Casas, a quien después se le conocería como el gran evangelizador, educador y defensor incansable de los indígenas.
Era 31 de julio cuando Colón fondeó sus Barcos en la Isla de Trinidad. Desde allí armó lo que sería su nuevo plan de indagación sobre nuestras regiones. Resolvió enviar tres naves hacia La Española mientras él acompañado de Bartolomé emprendieron rumbo hacia el Golfo de Paria, sin tener la menor idea de que andaba rozando tierras continentales. Cuando habían atravesado el golfo de Paria, continuaron su viaje pasando por las islas de Tobago, Granada, Margarita
y Cubagua.
Al llegar a la isla de Margarita, Colón quedó tan maravillado con sus paisajes que en carta enviada a los reyes les describió:
"Torno a mi propósito referente a la Tierra de Gracia, al Río y Lago que allí hallé, tan grande que más se le puede llamar Mar que Lago, porque Lago es un lugar de agua, y en siendo grande se le llama mar. Y digo que, si este río no procede del Paraíso Terrenal, viene y procede de tierra infinita, del Continente Austral, del cual hasta ahora no se ha tenido noticia; más yo muy asentado tengo en mi ánima que allí donde dije, en Tierra de Gracia, se halla el Paraíso Terrenal".
