Cáscara Amarga 735

La historia blanca y la historia negra

La historia blanca y la historia negra. Sonaba a las cinco en punto de la tarde del día Fructuoso de Altagracia de Santa Inés, Joe Arroyo: No le pegue a la negra, sonaba sonora salsa por la radio del grupo Hernández, Fiesta Latina, y, aquel propagandón de esa radio, a según, que donde haya un venezolano en el mundo, ahí está ¡Fiesta Latina! ¡Cómo debe ser!, y, con ambiguo sentido a incautos coger. Y, porque Radio Nacional de Venezuela y no llega y no suena en Cantaclaro de San Carlos de Cojedes de Venezuela. Y, es que la historia blanca y la historia negra, asina, ha sido la circular espiralina sinusoidal infernal de la lucha de clases, el círculo infernal sanagustiniano de San Agustín, es el cantico cuentico cántico, que no el saltarín cuántico salto del progreso por saltos de talanquera y vuelos de gallera, de la Cuarta ley de la dialéctica, de Hegel y Marx, en difuminación continua progresiva espectral. Y, el aquel aquelarre, de la épica antagónica opositiva, a que te jodo y a que no me jodes, a que me coges y a que no me coges en Cojedes, como la lucha por la locha por la leche, entre Rusia y Ucrania, y, en Venezuela la revolución y Plataforma Unitaria Partido Único (PUPU), y, en Venezuela Diosdado y Figuera, y, en Venezuela el PSUV y el PC, y, en Venezuela la directiva del PC y el Volkswagen de Chávez, y, en Brasil Dios y el Demonio, y, en Perú los Cholos y la Bolúa, y, en Bolivia Arce y Camacho, y, en Vietnam la corrupción y Ho Chi Minh, y, lo invernal infernal en el mundo, y, la épica antagónica opositiva, y, a que te jodo y a que no me jodes, y, a que me coges y a que no me coges en Cojedes, y, en una unidad que no logra el equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético de entre el vinagre de manzana y la miel doña Ana, y, como decía Doñana: Más moscas se cazan con miel que con vinagre en el contradictorio medio maleoiano profundo de Maleo 2001 de la perogrullada primera vez de Perogrullo de entre nalgas, de entre gracias y desgracias, o sea, Perogrullo y el radiante ojo avizor del culo de don Francisco, y, las mesas misas musas, buscando banqueta asiento diván con el canto del cricrí de las margaritas de don Federico, como si fuera mi paraulata llanera cojedeña cantarina de Cantaclaro de San Carlos, de entre nube con agua y nube sin agua como de entre agujeros blancos y agujeros negros, como de entre la historia blanca y la historia negra, y, a las cinco en punto de la tarde, del día Fructuoso de Altagracia de Santa Inés, y, Joe Arroyo, y, No le pegue a la negra.

Con digresión y sin digresión, la historia negra y la historia blanca, y, a las cinco en punto de la tarde, del día Fructuoso de Altagracia de Santa Inés, y, Joe Arroyo, y, No le pegue a la negra. Siempre los Vedas, siempre Buda, siempre Sun Tzu, siempre Heráclito, siempre el yin y el yang, siempre Pitágoras, siempre Sócrates, siempre Platón, siempre Homero, siempre Aristóteles en su Moral del exceso y el defecto, porque en su Lógica del tercio excluso está jodío, y, tanto en su política de joder a los chuecos, y, el culo pa´ la pared me dijo el renco Pinto, siempre Jesucristo, siempre San Pablo, San Agustín, San Mateo, siempre Alan Richardson siempre los Romanos, siempre el Quijote, siempre Shakespeare, siempre Blas Pascal, siempre el Libertador Simón Bolívar, siempre Hegel, siempre Marx, siempre Bernoulli, siempre Newton, siempre Leibniz, siempre Einstein, siempre Teilhard de Chardin, siempre Niels Bohr, siempre Picasso, siempre Léger, siempre Whitman, siempre Rudyard Kipling, siempre Saussure, siempre Borges, siempre Antonio Machado, siempre Neruda, siempre García Lorca, siempre Miguel de Unamuno, siempre Rubén Darío, siempre Becker, siempre amado Nervo, siempre César Vallejo, siempre Baudelaire, siempre Maquiavelo, siempre Andrés Bello, siempre Bertrand Russell, siempre Ludovico Silva, siempre Ramos Sucre, siempre Quevedo, siempre Perogrullo, siempre Cirigliano y Villaverde, siempre el diputado Pineda: Premio Noble de Literatura Campestre Cojedeña, siempre Rosa María, siempre Luis Alberto Machado, siempre Bart Kosko, siempre Maleo, siempre Joe Arroyo, y, No le pegue a la negra, siempre la circular espiralina sinusoidal infernal de la lucha de clases, el círculo infernal sanagustiniano de San Agustín, en la ciudad desnuda opositiva borrosa, la historia blanca y la historia negra.

Con divagancia y sin divagancia, la historia blanca y la historia negra, tanto como la guerra y la paz, tanto como el amor y el odio, tanto como la rabia y la ternura, tanto como el pesar y el bienestar, tanto como la justicia y la injusticia, tanto como lo divino y lo humano, tanto como la mortalidad y la inmortalidad, la unidad opositiva borrosa de tensivas armonías simultáneas contradictorias heraclitoianas de Heráclito, la unidad opositiva de pareadas palabras paradójicas de Heráclito en el cleuasmo quiasmo río efesoíta en que un río no es dos veces el mismo río y el mismo río las dos veces. La unidad opositiva borrosa de reciprocidades coordinadas complementarias. La unidad opositiva borrosa, el día que ocurra la perogrullada primera vez de Perogrullo, en el contradictorio medio maleoiano profundo de Maleo 2001, el yin ha de hacerse igual al yang, en que ocurre la mayor grisura en la difuminación continua espectral sombría penumbra whitmaniana de Walt Whitman, de Laozi, de Buda, la difuminación continua espectral sombría penumbra whitmaniana, de la que han de surgir iguales elementos contrarios. La unidad opositiva borros en la bacinilla de Rosa María, en el límite límbico fronterizo de la mitad llena de miao y la mitad vacía. La unidad opositiva borrosa en el concupiscente 69 cojedeño de Maleo 2001 en que el seis se hace igual al nueve en la línea límite tangencial umbilical onfalosica. La unidad opositiva borrosa en el límite limbo pecíolo de la composición con hoja de Fernand Léger. La unidad opositiva borrosa en el punto crucial decisivo inflexivo topológico borroso en que las figuras geométricas del dos de oro de las barajas del Tarot, de la lemniscata y de la parábola cúbica de Bernoulli y de Picasso, tanto como la figura geométrica del cuadrángulo rectángulo de Pitágoras y de Sócrates, tanto como la figura geométrica de las pirámides pareadas paradójicas de Kelsen, se hacen iguales, y es entonces que hay de hablar de la unidad de contrarios en equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético, en que más moscas se cazan con miel que con vinagre en el decir de doña Ana de entre el vinagre de manzana de Doñana y la miel de Doñana. La unidad opositiva borrosa, el existente el aquí y en el ahora. La unidad opositiva borrosa, el existente el hoy que es siempre todavía y el doctor Einstein no lo sabía, de entre el universo expansivo einsteiniano y el universo contractivo maleoiano en que la perogrullada primera vez de Perogrullo se sostiene en el espacio tiempo progresivo. La unidad opositiva borrosa, asina a las cinco en punto de la tarde, del día Fructuoso de Altagracia de Santa Inés, y, Joe Arroyo, No le pegue a la negra, en que surgiera esta perola perorata paraulata llanera cojedeña cantarina, en el universo mundo espacio tiempo natura persona, de entre natura y persona como si fuera de entre nube con agua y nube sin agua, en que diera lugar y en que surgiera el impulso irresistible inspirativo, del díptico natura y persona del Libertador Simón Bolívar, y, que el Libertador, redujera el hexámetro de Quintiliano, a dos aspectos contradictorios borrosos y del que emergiera el impulso irresistible inspirativo, legado al Gran Mariscal de Ayacucho en 1828. Con la unidad opositiva borrosa, asina ha de reclamarse unidad armónica correlativa equilibrada de entre, la historia blanca y la historia negra.

Si la historia blanca y la historia negra, son casos correlativos límite contradictorios caliginoso. Entonces sea dicho que la historia blanca y la historia negra han de tener equilibrio dinámico dialectico difuso dialógico diplomático diabético de entre el vinagre de la verde manzana de Doñana y la meliflua miel de Doñana, en la perogrullada primera vez de Perogrullo en el contradictorio medio maleoiano profundo de Maleo 2001. Ego vergo sea dicho que de entre nalgas, que de entre gracias y desgracias, que la perogrullada primera vez de Perogrullo, que el radiante ojo avizor del culo de don Francisco, que a buen seguro ha de estar en las mesas misas musas, que a buen seguro, que el radiante ojo avizor del culo de don Francisco, ha de estar buscando banqueta asiento diván con el canto del cricrí de las margaritas de don Federico, como si fuera el canto de mi paraulata llanera cojedeña cantarina de Cantaclaro de San Carlos, de entre nube con agua y nube sin agua. Que el radiante ojo avizor del culo de don Francisco, a buen seguro ha de estar de entre agujeros blancos y agujeros negros. Que el radiante ojo avizor del culo de don Francisco ha de estar de entre la historia blanca y la historia negra, y, a las cinco en punto de la tarde, y, Joe Arroyo, y, No le pegue a la negra.



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Miguel Homero Balza Lima


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