Síndrome de Asperger, ¿una razón para el bullying?

Aprender a vivir con limitaciones no es el problema de Gabriel; él sabe que cuando le toca salir a la calle, la gente siempre con mirada acuciosa trata de adivinar la condición que padece por efectos genéticos o por lo que sea; la ciencia debe ocuparse de desentrañar la realidad de esta condición. En efecto, Gabriel es un niño asperger. Desde los tres años, estuvo asistiendo a terapias para tratar de amoldarse a su entorno, lo ha logrado en cierta forma; pero, ese entorno se hace cada vez más difícil cuando le toca asistir a instituciones escolares a cumplir con su derecho a educarse, a pesar de las limitaciones.

De hecho, ha avanzado en los estudios, hoy cursa el 4to año de bachillerato, y ha logrado superar el bullying de que ha sido víctima hasta ahora, y sus abuelos siempre están aconsejándoles algunas formas de comportamientos para tratar de frenar la mala intención del próximo, que quiera venir a sacar la tarea con él. Sin embargo, la mejor compensación es tener hasta ahora un promedio aproximado de 20 puntos que lo cataloga como de los mejores estudiantes del liceo. Pero, a pesar de todo, de cerrarles la entrada a los grupos, de ser discriminado a la hora de hacer los mismos dentro del aula, no le quedó más alternativa que trabajar de manera individual. Mal no le ha ido. Sus familiares están atentos a sus necesidades y son vigilantes hasta cierto punto de su actuación diaria en el liceo.

Él, se ha dado cuenta de que le discriminan, le sacan el cuerpo; pero tiene una manera de superar cualquier burla, cuando se aísla un poco, que no es el deber ser, y se entretiene dibujando, gracias a la habilidad que posee para eso. Llega un momento en que se cansa y vuelve a levantar su cabeza y ver su mundo alrededor para darse cuenta de que quienes le rodean parecen tener o estar en peores condiciones que él, al verlos actuar de manera tan mezquina y burlona. "Abuelo, esos compañeros míos, tienen más problemas que yo y tendrían que estar siempre en terapias para ver si mejoran su comportamiento"

Gabriel piensa antes de hablar y cuando razona, lo pensado lo hace fluir a través de una voz enérgica y lo que dice es lógico por donde se le mire. "Lo que yo tengo abuelo no es nada, comparado con lo de ellos. ¿Ellos no tendrán familia, padres, hermanos que le aconsejen que hacer bullying o tratar de hacer maldad al prójimo en el liceo, es de gente mala?" Gabriel se enteró, a través de su teléfono, de la muerte del joven con su misma condición que se lanzó a los rieles del metro, cansado de que le hicieran bullying. Desde entonces, se le nota algo preocupado; pero, el sabe que la vida continua, y que debe estar preparado para hacer frente o evadir a quien quiera someterlo; "El dice que tiene una gran familia que lo apoya y lo ama".



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Jesús Rafael Barreto


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