La verdad oculta detrás de la defensa de los derechos humanos

El madurismo ha sufrido dos tremendos impactos en su coraza de falsedades. Uno, el informe de la comisión de la ONU, que investiga la situación de los derechos humanos, el informe pulveriza la poquita buena imagen que aún le quedaba al pranato. El otro impacto, la renovación de las actividades de esta comisión. La ocasión es propicia para reflexionar sobre los derechos humanos y su defensa.

El primer hecho resaltante, irrefutable, es que el principal violador de los derechos humanos… es el mismo humano. Esto a nivel mundial. Somos una especie que se agrede a sí misma. De allí debe desprenderse todo el análisis. Una explicación predominante, aunque de ella no se habla mucho, es que el hombre es por naturaleza, genéticamente agresivo con su misma especie. Y a esta fábula se le intenta dar fundamento científico.

Esta explicación no es inocente, tras ella se ampara, de manera solapada, la justificación de las guerras imperiales, las bombas atómicas, pero también, la explotación del hombre por el hombre, la mano de obra esclava, los marginados, la agresión brutal a la naturaleza, a la vida planetaria, y aquí llegamos al fondo de la intención de la explicación: la genética del hombre, su naturaleza agresiva, egoísta, fundamentaría al capitalismo y a sus nefastas consecuencias. Al capitalismo no le conviene que se hurgue en las causas de la agresión del humano a su propia especie. Porque quedaría en evidencia como el principal enemigo de la humanidad y de la vida en el planeta.

Existe otra explicación a la agresión del humano contra la vida: La condición humana varía junto con el sistema social, con el modo de producción. No es lo mismo el hombre de las cavernas que el humano del feudalismo, y éste del humano del esclavismo, y éstos del humano del capitalismo. El capitalismo, el hombre del capitalismo, es la culminación de unos sistemas basados en la propiedad privada de los medios de producción, en unas sociedades fragmentadas, escindidas, por el egoísmo.

Los derechos humanos en el capitalismo son una quimera, el sistema conspira contra ellos. En el capitalismo sólo se pueden defender superficialmente los derechos humanos, pero el grueso, la esencia sigue su curso. No es posible aspirar a los derechos humanos dentro de un sistema que tiene como sentido su violación, siempre será una defensa superficial, ficticia.

La lucha por los derechos humanos sólo será verdadera, si viene acompañada de la lucha por el Socialismo, el rescate del humanismo. Sólo aboliendo al capitalismo, superándolo, habrá derechos humanos verdaderos. La conquista del Socialismo no es un asunto meramente político, en esta encrucijada de la Humanidad se trata de una acción definitiva. En esta época se decide la vida o la extinción de la especie, ese es su principal derecho, el derecho a existir. En manos del capitalismo la humanidad va a su extinción. Sólo el Socialismo es su salvación.

Ahora comprendemos el daño que el madurismo hizo a la Humanidad, y entendemos la importancia de derrotarlo y retomar el camino de Chávez.

¡CHÁVEZ, HUMANIDAD!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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