Víctor Aular, un alto gerente de PDVSA, ha sido varias veces expuesto en la televisión, con rostro demacrado, barba de varios días, braga amarilla y estrés evidente. Aular, obligado, recita un guión dictado por sus captores, de supuestos y convenientes hechos de corrupción en la petrolera. Funciona, el alto gerente, como aquella computadora del Comandante Raúl Reyes, va diciendo a conveniencia de la cúpula.
No nos referiremos a las fábulas narradas por Aular, hablaremos de su condición de ser humano, del trato que se le da y de las repercusiones de esta conducta del gobierno en la sociedad. Sin meternos en honduras jurídicas, podemos decir que hay violaciones a la ley al exponer a Aular en la televisión, ya le tocará a los abogados y a los tribunales imparciales aclarar este punto. Sin embargo, lo que nos ocupa hoy es el comportamiento del gobierno.
Un gobierno, una época, se resume en hechos emblemáticos. Lo que pasa con Aular, sin dudas, es simbólico de estos tiempos, de este gobierno y sociedad actual. Un humano es capturado, llevado a las ergástulas por unos días y unas noches, y luego aparece en la televisión, acusándose y acusando a conveniencia del gobierno, con braga de presidiario. No es un acusado, es un sentenciado expuesto al escarnio público. Además, lo que Aular diga o se le obligue a decir es tomado como santa palabra, dictamen judicial. Este comportamiento, este show no es un hecho aislado, recordemos el tratamiento a la viuda de Carlos Lanz, a los cientos de presos militares y civiles, las torturas, las muertes en prisión, recordemos a las cárceles de los presos comunes, verdaderas pailas del infierno.
Aquí se demuestra el carácter fascista del madurismo: sembrar fanatismo, esta señora asesinó, aquel es corrupto, el otro es bruto, son verdades celestiales, no se dudan, no se piensan, se persigue a los señalados. Siempre hay un enemigo, ayer Colombia, hoy el que se decida en la televisión y en las redes, es corrupto, es traidor a la Patria, sí lo dice el madurismo. Rusia es buena, los gringos son malos, por ahora, quizá mañana esto cambie, depende de las conversaciones secretas.
El madurismo ha tenido éxito, ante su inhumanidad sólo encuentra silencio y miedo, y han conseguido aceptación a su degradación. Son pocos los que protestan, se cumple aquello del poema: "no es conmigo no hago nada, cuando le tocó a él ya era tarde". Da vergüenza, cuando en el exterior preguntan: ¿Qué dicen los intelectuales de allá? Y la respuesta es trágica, nadie se manifiesta, asisten impertérritos al linchamiento moral, a la preparación de otras atrocidades. Entregan a la sociedad en brazos de la barbarie, no cumplen su papel de creadores de opinión, de defensores del humano, hablan del clima, de la guerra en Ucrania, de poesía, pero ante el avance del fascismo, silencio.
Para el madurifacismo el humano no importa, todo lo sacrifica al afán de permanecer. El hambre de la gente, la falta de atención de salud, la debacle del sistema educativo, la entrega de la Patria, de su territorio, la Soberanía, en fin, todo, los padecimientos de la población les importa nada si aún están en el poder, esa es su medida, mientras estén en Miraflores, todo está bien. El que se oponga no tiene derecho a nada.
¡CHÁVEZ, ES HUMANIDAD!
