Cáscara Amarga 480

Nuevos conceptos y viejos conceptos

Los nuevos conceptos y los viejos conceptos, y, al través y en de por medio por la calle de en medio, en equilibrio dinámico difuso, el medio maleoiano profundo, en el límite límbico contornado de todos los caos correlativos límite contradictorios caliginoso, y, nuevos conceptos y viejos conceptos, son apenas uno de ellos del cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, en que abundan, mas y más, de ocho millones de palabras pareadas paradójicas de la forma del ser y del no ser de la enciclopedia védica upanishad sánscrita. Y, es por lo que háblase de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos. Y, esto es algo novedoso inédito conmovedor, o sea, es decir y es hablar de lo nuevo, de la conceptualidad nueva, del nuevo concepto, y, la aparición que ha surgido y emergido del viejo concepto, de lo que se ha dado por llamar la teoría especulativa matemática impecable razonada hipotética existencial última del algo existente ya y la nada existente ya, en el algo y en la nada, en el que hay que ir a buscar y en el que hay que ir a encontrar, hay que ir a la fuente, hay que ir al origen de las cosas y de las no cosas, del algo y de la nada, y, en que vamos en esa corriente sinusoidal espiralina, en ese movimiento, en ese fluir, en esa difuminación, en ese cambio, en esa transformación, en esa tensiva armonía simultánea opositiva heraclitoiana, para definitivamente margullir en la armónica simultaneidad contradictoria del cleuasmo quiasmo río efesoíta. Y, en esto era tanto veces la insistencia de Albert Einstein, y decía, que había que ir a la modernidad ilustrada originaria, y, desde ahí, lograr nuevas conceptualidades. Y, Maleo, hacíale redoma, como el gallo a la gallina, dichoso de aquel, que tiene el conocimiento en el origen de las cosas y de las no cosas. Y, la nueva conceptualidad armónica contradictoria borrosa, ha de estar ahí, en el cleuasmo quiasmo río efesoíta, de las millonarias palabras pareadas paradójicas del ser y del noser, del somos y del no somos, el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, en que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces, del descendemos y del no descendemos, del somos y del no somos, y, que Albert Einstein, pudo haber llegado a la teoría holística unificada del universo expansivo einsteiniano de luz curvada y el universo contractivo maleoiano de luz tragada, del campo electromagnético y del campo gravitacional, de la ley de estructura y de la ley de movimiento, y, haber logrado el medio maleoiano profundo de Maleo, en que tócanse los extremos, en el punto crucial matemático decisivo, de las perogrulladas primeras veces de Perogrullo. Y, esto no lograra, el abanderado de la teoría de la relatividad especial y de la teoría de la relatividad general, por culpa de Aristóteles, quien arrumbara al tercio incluso del tercio excluso por mas y por más de tres mil años. Y, lamentablemente Albert Einstein, cayera en el tremedal del principio del tercio excluso aristotélico. Y, no obstante y sin embargo, quizás y sin quizás, aun y aún, solo y sólo, Albert Einstein, insistía, como ninguno, entre lo consciente y lo inconsciente, entre el raciocinio y el no raciocinio, entre la racionalidad y la irracionalidad, del algo y de la nada, en ir a conocer los nuevos conceptos de los viejos conceptos ya conocidos entre para establecer la síntesis equilibrada dinámica dialéctica difusa, como si fuera entre la tesis y la síntesis de Hegel y Marx, que margulleron en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano de lo nuevo y de lo viejo.

Con digresión y sin digresión, los nuevos conceptos y los viejos conceptos, y, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, en el límite límbico contornado. Y, es por lo que háblase de los casos correlativos límite contradictorios caliginosos. Y, esto es algo novedoso inédito conmovedor, o sea, es decir y hablar de lo nuevo, es decir y hablar de la conceptualidad nueva, es decir y hablar del nuevo concepto, y, la aparición que ha surgido y emergido del viejo concepto, de lo que se ha dado por llamar la teoría especulativa matemática impecable razonada hipotética existencial última del algo existente ya y la nada existente ya, en el algo y en la nada, esto es de lo nuevo y de lo viejo, casos correlativos límite contradictorios caliginosos. Y, Albert Einstein, estuvo a punto de margullir en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano, y, llego hasta la orillita, con el agua en los tobillos, cuando exclamara aquello tan hermoso en hermosura borrosa: "Las leyes de la matemática en la medida en que son ciertas, no se refieren a la realidad. Y, en la medida en que se refieren a la realidad, no son ciertas." Albert Einstein, asina asín ansí, viera el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano: "Un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces." Empero pero, a mas y a más, a Albert Einstein, faltóle un rempujoncito, ¡Coño!, y, hubiera dado con la teoría holística unificada. A Albert Einstein, faltóle el medio maleoiano profundo entre el nuevo concepto y el viejo concepto. El medio maleoiano profundo de todos los casos correlativos límite contradictorios caliginoso complementarios congruos coordinados, de la forma ser y noser, que emergieran del derrumbe de las Torres Gemelas Neoyorquinas, el día de la Virgen Coromotana Venezolana, el 11/09/2001. Y, con este surgimiento, se acabaría y remataría la hegemonía del principio del tercio excluso de Aristóteles, que el imperio gringo home intruso, ha sabido sacarle la punta puta. Y, ese día del derrumbe, surgiría el principio del tercio incluso de Maleo, y, apareciera un nuevo concepto un nuevo aspecto, el tercio incluso maleoiano, frente al tercio excluso aristotélico, esto es un nuevo aspecto de los casos correlativos límite contradictorios caliginoso, esto es, es decir una nueva conceptualidad el tercio excluso y el tercio incluso, de la nueva lógica borrosa difusa de Maleo, contenido que contiene el continente algo nuevo ante el Sol maleoiano y nada nuevo bajo el Sol eclesiástico, o sea, y, esto es de la teoría especulativa matemática impecable razonada hipotética existencial última del algo existente ya y la nada existente ya, de la filosofía de Maleo de las 4E, o sea, el algo y la nada de la literatura védica upanishad sánscrita de la modernidad ilustrada originaria a la que hay que ir a buscar y en el que hay que ir a encontrar, el nuevo concepto del viejo concepto, como la aconsejaba Albert Einstein.

Si los nuevos conceptos y los viejos conceptos han de tener en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo. Entonces sea dicho que entre los nuevos y los viejos conceptos, ha de estar el límite límbico contornado de Maleo. Ergo vergo sea dicho que los nuevos conceptos y los viejos conceptos son y representan a los casos correlativos límite contradictorios caliginosos. Ergo vergo sea dicho que los nuevos conceptos y los viejos conceptos, son casos correlativos límite contradictorios caliginosos, y, estos, han de ser algo novedoso inédito conmovedor. Ergo vergo sea dicho que decir y hablar de lo nuevo, de la conceptualidad nueva, del nuevo concepto, es decir que ha de hablarse del surgir y del emerger del viejo concepto raciocinado. Ergo vergo sea dicho que de lo que se ha dado en llamar la teoría especulativa matemática impecable razonada hipotética existencial última del algo existente ya y la nada existente ya, ha de seguirse que de ahí devienen los nuevos conceptos y los viejos conceptos. Ergo vergo sea dicho que del algo y de la nada, casos correlativos límite contradictorios caliginosos, de palabras pareadas paradójicas, devienen los nuevos conceptos y los viejos conceptos. Ergo vergo sea dicho que la filosofía maleoiana profunda de las 4E, del entendimiento y la estética ética espiritual, es continente que contiene los contenidos de los nuevos conceptos y de los viejos conceptos.

Otrosí: Otrosí: Escribo esta Cáscara Amarga en del día de Reyes, en el cumple de Maleo. Y, como fascinación encantadora cuelga, regálote esta prenda. Y, que penda por gloria eterna, no tanto como la de Heráclito y no tanto como la de Picasso. ¡Sí llena de besos, sí llena de abrazos!



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Miguel Homero Balza Lima


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