En tres palabras

Falleció Earle Herrera. Ganó Gabriel Boric. Ahora, lo difícil: Aprender a escuchar. Gobernar la incertidumbre. Compartir el poder.

Casa de América Latina y del Caribe, 20 de diciembre 2021

"Sáquese una foto cuando entre a La Moneda y otra cuando salga, para que vea que este es un trabajo duro y difícil" (1)

Sebastián Piñera, presidente saliente de Chile, al dirigirse al presidente electo en el día de ayer, domingo 19 de diciembre, Gabriel Boric

DE LA ALEGRÍA A LA TRISTEZA. DEL SUEÑO A LA REALIDAD

Anoche, mientras me disponía a dormir dos noticias en contraste llegaron de improviso: Ganó el candidato de izquierda en Chile, Gabriel Boric y falleció el poeta, periodista, parlamentario y escritor Earle Herrera. Como la vida misma. Plena de alegrías y de tristezas. Llegaron ambas noticias.

Recordé, entonces, aquel artículo y aquella entrevista que le hiciera el Ministro de Cultura, Ernesto Villegas a Earle Herrera en la que éste con mucha valentía criticaba, desde adentro, al gobierno que preside Nicolás Maduro quien, de manera autocrítica, reconocía los importantes niveles de burocratización del gobierno que preside y la dificultad que tiene un gobernante para que sus Ministros y su equipo de gobierno actúe oportunamente a fin de atender con eficiencia y prontitud los problemas, reclamos, exigencias y necesidades de la población (2)

Earle Herrera, sin dudas, constructor de este proceso y aliado del Presidente Nicolás Maduro, no pudo evitar – como lo hizo varias veces – espepitarle una crítica constructiva y un llamado de atención al gobierno ante las dificultades cotidianas que se le presentan a la población que no encuentra respuesta adecuada y oportuna a sus reclamos y necesidades.

Es en estos instantes en los que podemos comprender que aunque ganar una elección y llegar al gobierno es algo que requiere esfuerzo y trabajo sostenido, muchísimo más trabajo y dedicación, lo saben a quienes les ha tocado gobernar, se requiere no sólo para hacer gobierno sino para hacerlo como Dios manda: Para hacer un buen gobierno.

Gobernar es cosa seria. Compleja. Dura. Difícil. Tanto para quienes militan en la derecha como para quienes se califican del centro (de derecha o izquierda) y, particularmente, para quienes militan o abrazan las ideas llamadas de izquierda. Términos que, como lo hemos dicho en otras oportunidades, están pasando de moda y están en desuso.

AHORA LE TOCA AL NUEVO PRESIDENTE CHILENO BORIC DEMOSTRAR QUE LA IZQUIERDA ES MEJOR QUE LA DERECHA

Cuando Gabriel Boric votaba ayer, muy temprano en la mañana, en Punta Arenas en el extremo Sur de Chile, al pie del estrecho de Magallanes, tal vez, no esperaba que ganara con casi un 56% de la votación frente al 44% de su opositor de extrema derecha, José Kast. Sobre todo porque, según parece, es la primera vez que un candidato que llega en el segundo lugar en la primera vuelta logra ganar la segunda.

Al parecer, la gente humilde, la de los barrios pobres, los excluidos de siempre, se decidieron dar un paso adelante e incrementaron la votación de la primera vuelta y derrotaron no sólo a José Kast, sino a la abstención. (1)

Ahora viene una parte más complicada y difícil para quien al tomar posesión, con apenas 36 años, debe dar muestras no sólo de liderazgo, sino de conocimientos y experiencia de la que probablemente carezca.

Es el momento de demostrar que no sólo es necesario tener CAPACIDAD PARA GOBERNAR en lo personal, sino del equipo que le acompañará y en la institucionalidad – buena, regular o mala – que encontrará.

Vienen tiempos de reacomodo, de incertidumbres y de retos.

Vienen tiempos difíciles para Chile que requieren gran inteligencia y capacidad para gobernar, como lo anunció en sus numerosos libros el intelectual chileno Carlos Matus Romo, de quien nos referiremos mañana 21 de diciembre con motivo de un aniversario de su partida física.

Tiempos de identificar, seleccionar y priorizar los principales problemas a enfrentar. Tiempos para procesarlos con teorías, métodos y enfoques adecuados. Tiempos de incertidumbres que deben ser manejados con herramientas adecuadas para tener consciencia de las posibles sorpresas (favorables o desfavorables) y los distintos escenarios a los que deberá enfrentarse con correlaciones de fuerza que variarán en el tiempo.

UN BUEN MAESTRO PARA EL NUEVO PRESIDENTE CHILENO

Tiempos en los que sería bueno dejarse asesorar por las recomendaciones de quienes vivieron la difícil experiencia, en la década de los años 70 del siglo pasado, de querer construir el socialismo en Chile. Entre ellos, el Dr. Carlos Matus Romo. Es tiempo de leer y escuchar sus recomendaciones.

Si pudiera, a la distancia, recomendarle algo al presidente electo de Chile, Gabriel Boric, le sugeriría si ya no lo ha hecho, que leyera y estudiara con su equipo de gobierno, al menos, el libro del maestro chileno, Carlos Matus Romo: "Adiós, Señor Presidente" (3)

O, al menos, el discurso que el maestro Carlos Matus nos regalara, en Caracas, con la presencia del entonces Presidente Luis Herrera Campis, con motivo de la presentación del libro al que hemos hecho referencia (4)

Y en el que señaló, en 1987, estas ideas aun de actualidad sobre las que valdría la pena reflexionar:

"Algunos gobiernos de la región son más exitosos que otros, pero en la observación de los últimos treinta años los promedios no hacen excepciones aun en los países mejor dotados por riquezas naturales. No estamos enfrentando con éxito ninguno de los grandes problemas de América Latina. Algunos países de Asia que ayer considerábamos atrasados, después de realizar reformas profundas en sus sistemas sociales, hoy ponen en jaque la competitividad industrial de las grandes potencias mientras nosotros seguimos a la zaga imitando procesos y políticas de dudosa vigencia para nuestras realidades. Vivimos como anestesiados en una frágil comodidad mientras otros pueblos enfrentan con imaginación, agresividad y sacrificios la solución de sus problemas. El desarrollo científico y tecnológico avanza a pasos agigantados concentrándose en pocas manos, mientras nosotros continuamos a la sombra observando como espectadores su paso veloz. No somos actores del mundo moderno, somos espectadores y dolientes de una creciente desigualdad en la carrera por el progreso. No estamos ganando la batalla contra la pobreza; estamos apenas administrando el crecimiento de la misma. Los forjadores de nuestras naciones fueron creadores de una nueva sociedad; no fueron tímidos administradores de una sociedad vigente, fueron grandes y audaces transformadores; es cierto que no pudieron crear una América Latina unida, pero su tarea fue gigantesca, digna de verdaderos actores. Hoy, en cambio, parece que ni siquiera podemos administrar ese legado histórico. Vivimos una época de gobernantes gobernados por los hechos, de hombres con la mira baja que apuntan a lo menudo, de líderes sin grandeza que tropiezan con dificultades menores, de gobiernos a la deriva y de conductores conducidos. La explicación fácil sería que los conductores de antes fueron mejores que tuvieron más voluntad que aprendieron a luchar contra la naturaleza y a remover montañas. Eso puede parecernos en parte la verdad sobre todo a causa de la mistificación que hacemos de sus protagonistas. Pero si analizamos la historia debernos concluir que además de su férrea voluntad y su entrega a objetivos nacionales superiores, ellos tenían una posición clara y firme sobre los problemas de su época y esa claridad y convicción les daba la fuerza, la voluntad y la eficacia para vencer sus debilidades humanas. Hoy, en cambio, los problemas son graves, nítidos y crecientes, pero sus causas son tan complejas y controversiales que nuestros gobernantes dudan constantemente sobre los medios para enfrentarlas. O esos problemas les parecen tan grandes que deciden asimilarlos como parte del paisaje. Nuestros países son hoy mucho más complejos. Como no tenemos claridad sobre las causas de los problemas ellos nos parecen insuperables, nuestra voluntad resulta más débil y nuestra acción menos eficaz. Por otra parte, la palabra problema ha ensanchado su significado y se ha hecho más exigente. El pueblo exige más libertad, exige un mejor cumplimiento de sus derechos, exige más bienestar, exige más seguridad, exige más igualdad, exige cultura y respeto internacional. Exige más de lo que los gobernantes pueden ofrecer

La democracia no podrá defenderse si no muestra éxito en la solución de los problemas comunes que aquejan a la gente. Los partidos políticos, que son el sostén principal de la democracia, perderán prestigio y confianza ante la ciudadanía si no elevan drásticamente su capacidad de comprensión de la realidad social en que existen y cambian su estilo de hacer política para concentrarse más en los problemas terminales del sistema social y menos en los problemas intermedios de las relaciones intra e inter partidarias. Lo que es importante para los políticos no parece ser lo importante para los ciudadanos. Revalorizar la política es reencontrarse con las demandas populares sin caer en el populismo."

CAMPO DE GUERRA O TABLERO DE AJEDREZ

Al recién electo presidente de Chile, Gabriel Boric, le vienen tiempos difíciles, sin ninguna duda. Tiempo de poder compartido. Tiempo de inteligencia creativa. Tiempo para sumar y multiplicar y no para restar y dividir. Tiempo de saber combinar liderazgo, conocimientos y experiencia. Ojalá, el pueblo de Chile, logre a comenzar a abrir las alamedas por donde pueda transitar el hombre y la mujer libre, como lo anunció en su último discurso nuestro siempre recordado presidente Salvador Allende.

Porque:

"La política tiene diferentes maneras de manifestarse: puede ser como un campo de guerra o como un tablero de ajedrez. La primera es cruda y violenta, la segunda es estratégica.

A partir de ahora veremos un escenario en donde el arte de gobernar será como caminar sobre una delgada línea. Incluso, algunos la cruzarán en momentos determinados, consientes o inconscientemente" (5)

Deseamos, profundamente, que el presidente electo, Gabriel Boric, pueda hacer las jugadas adecuadas en el tablero político mundial y nacional y le dé jaque mate a la miseria, la pobreza, la exclusión, la represión, la desigualdad y pueda sumar fuerzas para ir construyendo un mundo mejor para todos y todas. Así lo deseamos. Desde Venezuela.

REFERENCIAS:

(1) https://elpais.com/internacional/2021-12-19/boric-gana-las-elecciones-de-chile-e-impulsa-una-nueva-izquierda-en-america-latina.html

(2) https://www.youtube.com/watch?v=9RH9eSwVSHM

(3) https://es.scribd.com/document/182947530/Adios-senor-presidente-Escrito-por-Carlos-Matus-Romo

(4) https://www.scielosp.org/pdf/scol/2014.v10n1/137-140/es

(5) https://www.eltubazodigital.com/featured/los-tubazos-del-domingo-alcaldes-que-van-y-alcaldes-que-vienen/2021/12/19/



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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

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