La dictamadura y el PSUV-clandestino

El chavismo, paralizado, ha permitido la instalación de la dictadura madurista. Aún duda en calificarla adecuadamente, permanece absurdamente petrificado ante la destrucción del país, el desmontaje espantoso no sólo de todo lo alcanzado por el gobierno de Chávez, sino también todo lo que nos constituye como un país.

El madurismo, en asombroso poco tiempo, cambió la esencia del país: destruyó y privatizó a pdvsa, la vendió al capital extranjero y a los allegados a la cúpula madurista; creó una ley de maleantes, llamada contra el bloqueo, que permite privatizarlo todo en negociaciones oscuras, sin saber qué se privatiza y a quién se adjudican, y menos el precio de gallina flaca que se paga por trozos de la Patria. Así, frente a nuestras narices, ha cambiado la esencia del país, ahora ocupamos primer lugar mundial en miseria espiritual y material, en tristeza y en desánimo. Estamos desapareciendo en medio de la anomia.

Toda esta situación de crisis terminal es construida sobre los errores del chavismo: el primero fue no hacer un diagnóstico temprano y preciso del carácter fascista del madurismo. El segundo, consecuencia del primero, es no haber construido una resistencia a la disolución del país. El chavismo tiene el deber moral de enfrentar al madurismo. La tarea no es fácil, se trata de luchar contra una dictadura que ha destruido la cohesión social, nos ha convertido en una estampida, una avalancha humana en la que cada egoísmo busca salvarse en solitario. De esta manera, no hay asombro colectivo ante cualquier absurdo, no hay posibilidades de resistencia frente a una dictadura que se sostiene sobre un pacto de maleantes. Ese es el primer objetivo de la resistencia: rescatar las razones para unirnos, para pertenecer a una sociedad, recuperar la capacidad de ser, de existir.

El gobierno madurista es feroz frente a la disidencia, la reprime con crueldad, allí están las cárceles repletas de secuestrados, y todos conocemos de los asesinatos sin culpables o con culpables subalternos, usados como fusibles para guardar las apariencias; allí están los desprestigiados por el poderoso sistema de deformación en manos del Estado, y la censura que impide la defensa. El madurismo, la "dictamadura" ha implantado un sistema de terror que la protege.

La resistencia al madurismo debe partir desde el chavismo y, simultáneamente, protegiendo a los militantes chavistas. Frente a una dictadura hay que aplicar métodos clandestinos, de eso hay bastante experiencia en Venezuela. Un primer paso debe ser rescatar de la miasma madurista al glorioso partido de Chávez, devolverle al PSUV su condición de partido Socialista, que cumpla su papel revolucionario, que se oponga a la venta de la Patria, a todas las medidas restauradoras de capitalismo. Esto debe hacerse en la mayor clandestinidad, es necesario oponer a la perversión del madurismo, el glorioso PSUV DE Chávez, el PSUV CLANDESTINO.

EL PSUV-CL luchando desde adentro del PSUV, debe rescatar su condición de partido socialista, oponerse al madurismo y también a las salidas hacia el pasado, a los intentos de estabilizar políticamente al capitalismo salvaje que padecemos.

¡VOLVER A CHÁVEZ Y A SU PARTIDO SOCIALISTA!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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