¡Que tengan un buen y feliz día!

Esto será muy corto.

Tal vez este artículo no servirá para nada, no lo sé, pero me gustaría compartir una idea, tal vez les será útil, particularmente a los más jóvenes venezolanos y venezolanas quienes hoy estarían tal vez viviendo tremenda incertidumbre con respecto a su futuro, resultado de la terrible situación que estamos viviendo aquí en Venezuela desde hace varios años, en particular, y progresivamente desde el 2013 cuando Chávez se nos fue, tal vez al mundo de los sueños eternos donde estaría pescando peces gigantes en aguas claras bajo un sol brillante (ver lo que sigue).

Cada mañana me despierto revisando en mi cabeza mis sueños y las cosas que pensé durante la noche en mi mundo paralelo donde sueño de manera lúcida, o sea, mientras sueño estoy conciente de que estoy soñando y puedo dirigirme donde quiera, tengo muchos lugares donde puedo ir y a veces descubro nuevos lugares también. Eso lo hago desde los 11 años de edad cuando empecé a practicarlo, primero, con mucho miedo porque las primeras veces, asusta, uno pasa de un estado de conciencia a otro y debe regresarse también, pero poco a poco me fui acostumbrando, y me gustó. Allí en ese mundo, a menudo me encuentro con personajes --- que son realmente en mi estimación memorias genéticas y reacciones automáticas bioquímicas nocturnas de las neuronas --- quienes comparten conmigo composiciones musicales, invenciones, matemática, arte, y formas diferentes de ver el mundo (ideas, nociones, colores, sonidos, dichos, palíndromos, saracaras, rompecabezas, y cosas así).

A menudo voy de pesca y se ven los peces en el agua, grandes y pequeños, más que nada, grandes, y hay mucha agua, hay mares, y ríos, y grandes lagos, lo cual en el lenguaje de los sueños representa normalmente las emociones, el conocimiento espiritual, y el subconsciente indagando, y cosas así, y los peces significan la buena suerte, la fertilidad, y el desarrollo personal en sincronización con el universo, y cosas así.

Bueno …

Hoy me desperté con una idea que, en uno de mis sueños, mientras veía los peces en el agua, me vino a la mente.

Estaba pensando en cuan de bien me sentía allí parado a la orilla de un gran cuerpo de agua viendo un montón de peces gigantes moviéndose en las aguas claras, como tiburones sonrientes, el cielo clarísimo, y había mucha luz del sol (en la vida cotidiana debido a mi enfermedad AIP debo evitar la luz del sol), y estaba pensando cuan de fantástico sería de poder pasar toda mi vida así, acariciado por la luz del sol y envuelto de ese tremendo bienestar que sentía (en realidad tal vez me estaba muriendo, pero no, finalmente me desperté), y pensé, bueno, debe haber alguna razón por sentirme así (y no morir en el proceso), y por haberlo pensado así, algo que al despertar me trajo la siguiente idea (lo que sigue), así como una fórmula matemática, como una revelación, pero una revelación concreta, sólida, y clara y concisa.

LA IDEA

Si al morir queremos poder decir que tuvimos una buena y feliz vida en vez de tener un montón de remordimientos y morir arrugado como un pasa del dolor y de la amargura, bueno, la idea sería de asegurarnos de tener una buena y feliz vida, cada día, ya que si uno tiene una buena y feliz vida, cada día, aun cuando las cosas van mal, bueno, al final de la vida, la vida sería simplemente (y matemáticamente) la acumulación de todos los buenos y felices días que uno habría vivido durante toda su vida, y esa es la clave.

¡Que tengan un buen y feliz día!
 



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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