Paula y Roseliano taladran el chavismo

Mamanta, le juro por el palomo, que la noche de este martes no puede juntar los ojos. Esta falta de sueño, no fue por una preocupación que me estuviera haciendo ruido en la cabeza. En esta ocasión Mamanta, fue por los sueños que Roseliano promete no dejar atrás. El sueño de Chávez y el de una Venezuela independiente no se deja atrás.

El desvelo me lo produjo Paula Mamanta. Una mujer muy vergataria que sin escandalosos y falsos feminismo sabe de su papel. Paula que es la hija de Roseliano García, en un momento muy particular en el terminal de pasajeros la Bandera le arrugó el corazón a Roseliano. Paula y Roseliano Mamanta, son los personajes centrales de la novela que me prestó ayer tarde con la firma de Santiago Arconada Rodríguez. Una novela que me tire de un empujón. No soy crítica literaria ni crítica de nada Mamanta. Observo, leo y a veces entiendo de una manera muy particular algunas situaciones.

Esta novela camarada, permite ir visualizando el vació y conflicto que va produciéndose en la existencia de Roseliano, cuando en el terminal, Paula le tira aquel mamonazo y aclara su bronca con él, antes de tomar el bus que la llevaría hasta San Antonio del Táchira. ¿Se espicha Roseliano?

Paula entre el desespero, las lágrimas y los mocos que produce una despedida que contiene muy adentro el fracaso de Roseliano García, se muestra franca como la hija que soñó Roseliano y le explica las razones de su viaje, pero le reclama contundentemente a él, su complicidad silenciosa y esto lleva a que Roseliano tome consciencia de lo que sabía. Paula está muy clara, que su papá es un hombre íntegro y su bronca con él, es haber sentido su silencio, cuando tuvo que haber gritado como lo hacía durante la IV, esto de la robadera.

"¡Esa es mi bronca con usted! A estos "pegados de la teta y sin ver para los lados", usted no los llama ¡ladrones! como llamó ladrones a adecos y copeyanos toda la vida y, me perdona papá, pero al lado de los "bolichicos" y las "bolichicas", adecos y copeyanos no llegan ni a niños de pecho, estos big leaguers del desfalco los dejaron a nivel de inocentes criaturas". Roseliano Mamanta, le echó más azúcar al café y le dio más vuelta con el palito. A partir de ese momento, Roseliano le entrega a su consciencia la información y opera desde ese instante, el proceso que "Chivo Loco" vio de una manera, cuando se encontró con Cumaná.

Roseliano García sabía que venía como espichado desde hace ya mucho tiempo, pero el latigazo que le dio Paula, le permitió sacar el problema que lo venía taladro internamente desde hace tiempo. Una vez que dejó a su hija en el terminal, inició su calvario interior que lo iba dejando frágil, pero dándole la fuerza para recoger los pedazos de Venezuela.

Hay situaciones en esta novela, que aunque no son momentos estelares de ella, tiene para mi Mamanta un gran sentido. Al observar el desmoronamiento de Roseliano García, uno capta las razones por las cuales la gente humilde y pobre de este país se incorporó a la izquierda. Su desmoronamiento va siendo como un contraste entre el ideario y la realidad. Este aspecto está en la novela muy presente. La necesidad de salir adelante con el trabajo y de tener una familia para formarla con valores. Paula es hoy su victoria y su idea para no dejar atrás su sueño.

No es un tópico relevante en la novela Mamanta, pero destaco esa idea de querer al barrio y sentirse parte de él. Es muy bonito saber o darse cuenta, que ese fue el taller donde uno llega a templarse como persona y se le queda para toda la vida. El sentido de pertenecer a un lugar y a las instituciones que nos sacaron de abajo (Fe y Alegría y el instituto técnico Jesús Obrero). Se viene de ahí y se lleva eso pegado en la piel y el corazón. No está en la novela como un hecho principal, pero es un punto o momento muy bonito. Contrasta este apego al barrio y al taller donde nos convertimos en persona, con la realidad que se observa hoy, cuando nuestros alcaldes que vivieron en un barrio y ganaron una alcaldía con ese dato de referencia, desertan totalmente del barrio. La vida del barrio se le hace ajena.

En esa larga caminata que inicia Roseliano para llegar a su casa, después de saber que era la mejor opción, no es el calvario que vive Roseliano García, después que su hija Paula lo descarga así. Es un calvario que está viviendo mucha gente dentro del chavismo, viendo a mucha gente "revolucionaria" "pegado de la teta y sin ver para los lados".

Según lo que yo entiendo Mamanta, muchos hoy deben llevar esa angustia que llevaba Roseliano dirigiéndose a su casa. Él se sentía como " gelatina en parihuela", pero Chivo Loco (Víctor) lo observó como si un camión le hubiese pasado con sus ruedas de ida y vuelta por toda su humanidad. Chivo Loco lo observó mal, pero tal vez no sabía exactamente la razón de ese estado de ánimo en Roseliano y la necesidad de tener un bastón que le permitiera sostenerse. Supo lo de Paula, pero Roseliano no le contó nada de los "pegados de la teta sin mirar para los lados", que terminó de espichar todo lo que andaba por dentro.

Roseliano después de despedirse de Chivo Loco, siguió jurungándose el alma porque quería saber Mamanta, desde cuándo a la revolución se le pudrió el corazón. Roseliano subía la cuesta y el ser se le espichaba.

En ese calvario le llegó la rebatiña del desfalco que tiró la revolución al vertedero y luego Mamanta, le llegó el arco minero y así ese "espaturramiento" en Roseliano fue tomando forma.

Roseliano es un espejo que unos asumen y otros colocan detrás de la poceta para no ver el hundimiento del ideario y proyecto de Chávez. Unos evitan verlo sin muchas razones y otros con sus razones, lo esconden porque lo que pase no es su asunto. Para ellos, la bronca que Paula le montó a su papá no es con ellos.

Mamanta, suena hoy un poco irónico, brincar reflexivamente porque Maduro propuso una ley anti bloqueo que es una ley anticonstitucional y es la justificación para una franca privatización y se nos olvida, la entrega del 12% del territorio nacional que comprende el arco minero. Esta entrega es técnica y políticamente una invasión y privatización al uno de los espacio más estratégicos que tiene Venezuela.

En el "espaturramiento" de Roseliano no están todos los que debe estar, pero sucede y es una oportunidad para reunir la fuerza suficiente y comenzar a recoger los pedazos del país y volverlos a integrar. La patria no puede morirse así. Saldrán muchos Roseliano con muchas Paula, cargándose de emoción por el país.

Es una novela para leer y ver, cómo Roseliano y Paula taladran al chavismo e intenta, una reflexión para explicar la situación que se vive hoy.



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Amaranta Rojas


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