Mi palabra

Amaranta le hace la suplencia a Vivas Santana

"A las armas las carga el diablo

y las descargan [disparan] los imbéciles."

Proverbio Argentino

Al terminar de leer los dos últimos artículos de Amaranta Rojas estuve reflexionando por cierto tiempo para finalmente reír, antes las cantidades de inocentadas, travesuras, e imprudencias de esta dama; tan parecidas a los escritos de Javier Antonio Vivas Santana, y otros escribientes, quienes se han venido destacando, por coincidir en todas sus apreciaciones con los demás títeres del imperialismo, encajando perfectamente en el raquítico equipo de la oposición.

Lo de Amaranta lo dije en una oportunidad, está mandada a hacer para criticar sin aportar nada, pero ahora empieza a ocupar la vacante dejada por Vivas Santana, hasta inflarse por los halagos, el cual llegan, como si estuvieran grabados para dejarlos oír en el momento más oportuno, por eso, no es raro ver todos los artículos en una sola línea: la crítica permanente al equipo de gobierno de Nicolás Maduro.

Si, nos ponemos a revisar los perfiles de algunos articulistas, no encontramos con la coincidencia muy llamativa: siempre terminan siendo leídos los que enfilan las baterías contra las cabezas más visibles de este proceso, y a medida que sienten cierto grado de aceptación, intensifican el uso de un lenguaje de palabras muy lejos del respeto a sus semejantes, creyendo ridiculizar el pensamiento del adversario, tomando, como escudo la libertad de expresión, hasta llegar a regar el odio utilizado por Oscar Heck, Rafael Ramírez, Vivas Santana, Marcos Luna, Tobías Valderrama, nada alejado de la manera de actuar de María Corina Machado, Julio Borges y Antonio Ledezma.

Todo el que descarga sus críticas enfermizas contra el proceso bolivariano, partiéndolo en dos, antes y después de Chávez para caer en el tal MADURISMO, como el destructor de todo lo que consigue a su paso, simplemente le está haciendo el juego al imperialismo –Donald Trump– y de esto tenemos una historia ampliamente conocida, protagonizada por el autoproclamado y prófugo de la justicia, y ahora chorreado el Gua-ido.

La corrupción y los errores del proceso iniciado por el Comandante Chávez, son la continuación de una IV República, manejada a su antojo por los otrora grandes partidos AD y COPEI, pero ahora callan ese pasado, tan oscuro y negro por la cantidad de muertos, que solamente se apoyan en el para montar la fiesta haciendo señalamientos, cuando les conviene. Los ataques contra Chávez, comenzaron antes de llegar al poder, y no se había montado en la silla, cuando reventó el paro petrolero, y golpe de estado separados por poco tiempo, bajo la atenta mirada del gobierno estadounidense, sin poder acabar con el sueño de un pueblo decidido a ser libre, y por eso nos encontramos en este tira y encoje, tratando de llevarnos a ese pasado, mientras hacemos fuerza para encontrar el punto, donde no hay retroceso.

La llegada de los barcos iraníes es un triunfo del pueblo venezolano, con todo el orgasmo producido, y una derrota para el gobierno del desquiciado Donald Trump, quien hace poco declaró públicamente haber mandado a matar al Comandante iraní Qasem Soleimani; nada de esto toca la inquieta Amaranta Rojas, quien aparte de suplir a Vivas Santana, está reviviendo el personaje de la conocida universalmente novela (CIEN AÑOS DE SOLEDAD) de Gabriel García Márquez. Que todavía no se ven los resultados, nadie lo puede negar ¿Es mentira el bloqueo? Lo niegan este grupo de francotiradores de la palabra para terminar más frustrado que, joven recién casado con eyaculación precoz.

Nadie tiene la fórmula para sacarnos de la grave crisis económica, donde nos encontramos. Todos los ensayos del gobierno para solventarle los problemas al pueblo los desbaratan con el dólar; hasta hace poco presentaban la dolarización del país, como la panacea, en estos momentos hasta los vendedores de cambures los cargan, pero su problema económico cada día se agrava ¡Verdad Amaranta! El otro argumento esgrimido por los defensores del capitalismo, era "el sueño americano" y todos sabemos la situación de los Estados Unidos en estos momentos, por una parte, la lamentable pandemia, con casi 110 mil muertos, y alrededor de 2 millones de infectados por las loqueras del mandatario de turno; a esto tenemos que agregarle las muertes por el racismo desatado, el cual se encuentra vivito, estimulando un incontenible huracán de protestas a lo largo y ancho de la geografía de ese país. ¡VERDAD AMARANTA!

Las incontables horas que he pasado en las colas para aprovisionarme de gasolina –no para quemar inocentes– me sirve para conocer una realidad: el descontento, que a veces se traduce en frustración pasando a protestas callejeras, incluso por personas que votaron por Chávez y Maduro, pero la mayoría llega hasta ahí, porque le viene a la memoria ese pasado, que muchos sacan del baúl para atacar al gobierno, y nunca para mostrar la realidad de la lucha de nuestro pueblo. ¡VERDAD AMARANTA!



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Narciso Torrealba


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