El mundo está cambiando y aunque las palabras de este ser humano parezcan una útopia hacia allá caminará el mundo después de esta pandemia.
Los incredulos, iconoclastas, impertinentes, engreidos y todos los que se creen pertenecer a llamada raza superior, están viviendo en carne propia el precio de su incredulidad.
Un fenómeno ultrasuperior de origen natural o de laboratorio les ha demostrado que por encima de su ego personal hay cosas como este virus que supera los rangos sociales y económicos.
Realidad con la que se esta tropezando esa poblacion que hasta hoy ha vivido con el mito de que todo lo que quieren lo pueden tener a sus pies; menos en este caso en el que con todo el poder económico con que cuentan no han podido conseguir que el coronavirus ataque solamente a un sector de la población.
Esta acción del virus de colocar a todos los seres humanos al mismo nivel de posibilidad de ser afectados por el mal ; ha logrado que mucha gente comience a reconocer que la vida real no es una pelicula donde en situaciones de aprieto o riesgo de alta peligrosidad para la humanidad aparece un super dotado de poder que puede acabar con cualquier peligro.
Este solo hecho de reconocimiento de nuestras propias debilidades nos hara mas humanos y mas cuidadosos y respetuosos con la naturaleza y a convivir con la humildad de los demas.
