La marcha del 10

No creo que, en estos momentos, con el nivel de popularidad que tiene Guaidó se pueda estar convocando a una marcha con la cual se pretende forzar el derrocamiento del presidente de la republica. Después del engaño, al cual sometió a sus seguidores y de las triquiñuelas que ha hecho en desmedro de la economía nacional, robando recursos en empresas como Citgo, monómeros, entre otras, pienso que es difícil saber cuántas personas podrían atender su llamado. Es decir, esta movilización el día 10, nace con plomo bajo el ala y la misma se distinguirá por la poca cantidad de gente que asistirá y por su debilidad en la protesta; a esto se suma, la gran pérdida de credibilidad y la ira e intolerancia de quienes hasta hace poco creían en Guaidó. Es decir, hay una oposición dividida que, lógicamente, debe restar presencia en la marcha.

Desde ya se puede vaticinar que esa marcha, será la de las parcelas, cada partido por su lado, desunidos, bajo un clima de intolerancia disimulada, pensando cada quien en sus intereses particulares, serán incapaces de articular consignas comunes que los estimule a la unión. Sin embargo, hay que estar alerta, dado que a muchos opositores en el interior del país, le han vendido la idea de que la caída de Maduro se acerca, "para lo cual han trabajado fuerte", contando además con el apoyo de los Estados unidos; pero como en "Guerra avisada no muere soldado", el gobierno debe estar preparado para afrontar cualquier desviación de la marcha hacia objetivos violentos.

Al respecto, ya existen antecedentes de que las marchas de la oposición siempre asumen un carácter golpista, tratando de enlodar la actuación del gobierno, pero aun así siempre son descubiertos en sus intenciones, como el fake new último respecto al presunto atentado contra Guaidó. Ojalá que los asistentes a esa marcha, sobre todo los jóvenes, no pongan en práctica lo que posiblemente han internalizado respecto a cualquier manual de terrorismo y caigan en la tentación de jugar con fuego solo para sentir el flujo de adrenalina en su organismo y justificar los dólares recibidos para ser carne de cañón. Eso podría acarrearles problemas con la justicia.

No creo que Guaidó sea capaz de resucitar a la sociedad civil para que asuma la calle, porque esa sociedad ha entendido que trabajar para guaidó es una pérdida de tiempo y no querrá, seguir dejando en sus manos y en la de sus cómplices los destinos de su "Gobierno de mentira" con el cual han hecho daño al país.

Se espera que esa marcha no produzca el terror que han producido otras, cuando se formaban las guarimbas, apelando a la violencia en momentos en que gobierno y un sector de la oposición dialogan como alternativa de paz.

En todo caso, ¿Sera suficiente la marcha para que el presidente abandone el poder?

Sin duda, las marchas en Venezuela no han mostrado ninguna efectividad para presionar un cambio político, aunque el 11 de abril de 2002 estuvieron a punto de lograrlo en contra de Chávez, sino hubiera sido por la contramarcha cívico-militar que en verdad si fue efectiva para presionar el regreso de Chávez al poder.

Es por eso que con esta marcha, independientemente de la cantidad de personas que asista, se debe tener cuidado, porque si la intención es sacar a un presidente del poder, no se crea que esas personas solo van a la marcha con la intención de gritar consignas o desplegar pancartas para lograr el cambio; es por eso que el gobierno debe estar atento a cualquier situación violenta. De todos modos, no debe creerse que en estos momentos de desespero del imperio, lo que se quiera es invitar a manifestar para mantener a las personas comprometidas políticamente, sino al contrario, su intención es tratar de tumbar al gobierno. ¡Mosca pues!



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Jesús Rafael Barreto


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