Los triunfos consecutivos del general Gregor Mac Gregor en el año 1816, en la batalla de Onoto (18 de julio) donde derrota a Nepomuceno Quero ; en Quebrada Honda (2 de agosto), al dar cuenta del mismo Quero ; en El Alacrán (6 de septiembre), donde caen las tropas del Coronel Rafael López y más tarde en El Juncal (27 de septiembre), donde al unir sus fuerzas con las del general Manuel Piar, alcanza bajo el mando de éste, un apoteósico triunfo frente al brigadier Francisco Tomás Morales, que abre el camino hacia la toma de la inexpugnable plaza de Angostura, estimulaban tempranamente la fe en la victoria final en el bando republicano y eran celebrados con particular euforia por las mujeres patriotas, Estas, con delicado arte y no menos ingenioso disimulo, se trenzaban el cabello con cintas azul celeste, atuendo que había sido adoptado como símbolo de la causa libertaria por las fuerzas revolucionarias y era el color de fondo sobre el que se bordaba el dorado escudo que debían llevar como insignia en el brazo izquierdo los vencedores de El Alacrán, de acuerdo con la Orden General del jefe patriota. (1)
Esta exteriorización simbólica de las convicciones políticas de las mujeres que abrazaban la causa de la independencia, era considerada por los jefes militares españoles, como una deslealtad al Rey y una afrenta a la Corona de España, merecedora del látigo, la pena más infamante y cruel que podía imponerse entonces a una mujer. El castigo se aplicaba a la vista de los familiares de la víctima ,así como de toda la población, con el propósito de someterla a la humillación, al escarnio público y exponerla a la burla de todos los presentes, buscando que sirviera de correctivo de la conducta asumida y disuadiera a cualquier otra mujer de seguir el ejemplo . Leonor de la Guerra y Vega Ramírez , mejor conocida en la Historia como Leonor Guerra, fue sometida a este suplicio, en cumplimiento de la orden dictada por el entonces Coronel Juan Aldama, Jefe y Gobernador interino de Cumaná, por haber hecho uso del símbolo de los "insurgentes" y hablar en favor de la causa libertaria.
La heroína cumanesa, era hija de Luis Beltrán de la Guerra Vega, Regidor, Procurador y Depositario del Ayuntamiento de Cumaná (1765), Alférez Mayor (1768) y Fiel Ejecutor (1765) y su madre, Rosa Antonia Ramírez Valderrín; y era madre de una hija, procreada en su matrimonio con José Tinedo.
Leonor fue paseada por las calles de la ciudad montada sobre un asno , con los ojos vendados , la espalda desnuda y acompañada de una guardia de diez soldados. En cada una de las esquinas de cada cuadra recorrida, enfrente de las casas de los parientes de la muchacha, el cortejo se detenía y a continuación los soldados procedían a darle latigazos en la espalda. En total, debía Leonor recibir hasta un máximo de doscientos fuetazos, de acuerdo con la orden de Aldama. Cada vez que sus verdugos se detenían y la interrogaban para que delatara a sus compatriotas considerados cómplices , ella , hecha coraje, se limitaba a responder: ¡Viva la patria, mueran los tiranos!
Luego del laceramiento, la joven mujer fue regresada maltrecha a su hogar, donde su coraje, su pundonor , valentía y el dolor moral la impulsaron a negarse a probar alimento y a recibir asistencia médica. Como era de esperarse, a pesar de los cuidados dispensados por su familia, murió poco tiempo después de su martirio.
Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, tiempos de afirmación de nuestra identidad nacional y de compromiso en la defensa de la soberanía de Venezuela, recordemos y rindamos homenaje a Leonor Guerra, esta formidable mujer cuyo sacrificio, al igual al de tantas otras heroínas de nuestra Historia, ha inspirado la refundación de la Patria.
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*Abogado. Asesor legal de la Cátedra Libre Intercultural César Rengifo. Miembro del Consejo de redacción de la revista "Itanera"
(1) Orden General para el 17/9/1816 del Gral. Gregor Mac Gregor.
García López, Belén: "Las heroínas silenciadas de la Independencia".
Rojas Arístides; "Leyendas históricas de Venezuela".