El miedo de Diosdado y la oposición: una interpretación a lo Diosdado del país

Al mediodía de este lunes, Chela la Ñeca se me acercó mientras intentaba proteger a un pichón de chulinga, que estaba en la dieta de una culebrita, que uno conoce en Margarita, como vejuca. Chela venía como muy incomoda y repetía: ¡Sorprenderte! ¡Genial!

Sorprendente y genial qué Chela, le pregunte

Rapidito, muy al estilo margariteño, me dijo:

¡Sorprendente! ¡Genial! Creo que si existe una única manera de entender hoy la realidad venezolana, esa manera nos las ofreció recientemente Diosdado Cabello en una muy (pero muy) corta frase. En esta frase Mamanta, Diosdado aclaró, sin necesidad de mucha filosofía; la situación política de Venezuela y dio razones muy profundas de la poca viabilidad que se tiene por ahora de producir un ligero cambio. No hay condiciones objetivas ni subjetivas para un verdadero cambio revolucionario. El PSUV objetiva y subjetivamente cierra esa opción. El segundo líder de la "revolución", lo sabe. Es posible si, que haya un cambio para que nada cambie. O sea Mamanta, es posible montar un negocio.

Dijo Diosdado, refiriéndose a Guaidó lo siguiente: "a él se lo comerá vivo su propia gente". Hay en esta frase, que debe volverse célebre, un manantial de situaciones que recogen lo que somos o vamos siendo. Utilizando una parte de sus palabras, creo que hay que decir o repetir, como lo dijo Diosdado, que "Guiadó es la nada, no puede generar otra cosa que no sea la nada". Somos la nada. Hoy somos casi un vacío. Diosdado es igualmente la nada al ofrecer una "solución" así, donde la justicia vive cagada. Cuando la "justicia" si impone por si se puede y no porque se deba, aparece la nada, el culillo de Diosdado y el de toda la "revolución" junto y revuelto con la manera de ser de esta oposición. Una y la otra se complementan. Una es la parte de la otra. https://www.aporrea.org/oposicion/n352033.html

Cuando se deja o sugiere, que la justicia caiga en manos de la gente y no en las instituciones que la administran, se está sencillamente en la nada. O sea Mamanta, es el vacío de poder. Ciertamente, la "revolución" no tiene bolas ni para intentar siquiera precisar, si Guaidó es un traidor a la patria (que lo es) o un vulgar ladrón, que se aprovecha de un vació de poder. Queda claro también, que el discurso de la "revolución" contra el imperialismo y los EEUU es una manera de esconder lo cagado que están.

Mamanta, creo que hay otra cosa extraordinaria en esta corta frase que soltó el "todopoderoso" Diosdado. "a él se lo comerá vivo su propia gente". Esto es la certeza que la "revolución", puede robar, imponer su unión militar sin ningún cívico, quitarle el derecho a elegir a su propia militancia e imponer su macolla, dejar hacer y dejar pasar. La "revolución" sabe, que la oposición se mata y se come ella sólita. La oposición no necesita de un muy mal gobierno neoliberal para desvanecerse. La oposición se fríe ella misma y en su propia aceite. Esto lo sabe muy bien los líderes de una oposición vacía. El comerse vivo, no es un invento de Diosdado, es una cosa tan genial, como haber descubierto que la gravedad.



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Amaranta Rojas


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