Flor de un día

—La gente anda desesperada gastándose el medio petro, compita.

—Eso es por dos razones.

—Y cuáles son esas razones que usted dice.

—Bueno, una es por la pelazón.

Porque esos bonos son flor de un día.

Lo mismo que el mísero salario.

Fíjese, la comadre cobró la pensión la semana pasada.

Compró un pan dulce y una medicina, y ahí se gastó toda la pensión.

En dos cositas, nada.

Antes que llegara el chofer, la pensión le duraba todo el mes. Y le alcanzaba para la medicina y la comida.

Esa es la primera razón. Que el medio petro no alcana para nada.

—¿Cuál es la otra?

—Es qué nadie confía en este gobierno y menos en el petro.

Por lo tanto, tratan de lo salir lo más rápido que de esa guarandinga convirtiéndolo en bolívares o comprando lo que sea.

Nadie tiene confianza en los chavecos y menos en lo que dicen.

Además, como la gente siempre anda preguntándose ¿Qué va a pasar?

Puede ser que en cualquier momento pasé algo y el medio petro no valga nada o se olviden que existió.

Y hasta eliminen la página patria y quien lo tenía ahí sin gastarlo lo pierda.

La gente no es pendeja, aunque los políticos digan lo contrario.

La gente lo que aplica es el sentido común y con ese sobrevive.

—Así mismo es.

Le ven a uno cara de bolsa y por esa se la aplican.

Más de uno he oído decir que ya se gastaron el medio petro, en medicina y lo que quedo en comida.

Que debe ser en queso o yemas, porque no das para más.

Cómo usted dice, flor de un día.

—Y si la riegan no retoña.

Como cantaba el Pedro Infante, que Dios lo tenga en su santa gloria.

Así estamos viviendo de lo poco y con mucha necesidad.

—Pero, ya anunciaron el bono niño Jesús.

—Así es, el Chuo.

Cien mil sober-ano. Un frasco de aspirina está en más de 150 mil sober-anos.

Y una crema dental a más de 40 mil, una crema dental cuesta un tercio de la pensión.

Y todavía hay unos hablando de libertad.

Incluso la otra vez oí a alguien decir que lo primero era ser libre y después se veía.

Pareciese muy buena la idea, pero eso lo piensa quien tiene para el plato de comida. Quien no, piensa primero por la panza.

Y aquí es donde tiran el anzuelo los chavecos.

De dónde sacaran esa plata para regalar esos bonos, qué tampoco es que sea mucho. Pero de algún lado sale esa plata.

—Y la industria petrolera está casi mortadela.

No hay trabajo, las pocas empresas que quedan van cerrando poco a poco.

Pero ahí vamos en este despeñadero.

—No se ponga pesimista, que todavía nos falta celebrar el año nuevo.

Aunque sea con agua, lo que no le aseguro es que sea fría porque con tantos apagones puede ser que esté tibiona.

Imagino que usted se va para Dubai a celebrar la llegada del año nuevo.

O por lo menos a Guatire.

—Con lo que me queda no llego ni al Centro.

Le dijo eso.

—Es decir, que usted está más recortao que manga de chaleco.

¿Ya le echó el hueso del cochino a las caraotas?

—Ya lo tengo listo para eso.

—Bueno, voy a ver de qué es aquella cola que hay allá.

No se de mala vida, porque es la única que tiene.

Y le dijo: Por ahora, apriete.


 



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Obed Delfín


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