¿Se asiló Amaranta Rojas en la embajada de Cuba?

Según me contaron por Internet, fue que, ella llegó a la embajada cubana temblando de miedo, un miedo insoportable que la puso en tres y dos con una sonrisa agobiante de ironía y sin pasaporte, no era para menos que con su rosario de críticas a todo gobierno de los países del mundo, no tenía para dónde coger y, se dice que cuando, el embajador cubano la vio, le preguntó a qué se debía su huida y, ella llorando con mucha rabia suelta, le contestó que, un perro negro llamado Pipo, la mordió por hablar bajito mal del gobierno de Maduro y, como ella que no tiene otros medios de líder guanipeña que por poca producción de huevos y de sus vacas lecheras de leche en su finca, se la pasaba viajando a Margarita semanalmente, a tratar de obtener a bajos costos un método que le diera rendimiento de cómo producir más con poca inversión de capital como la pichirre que dicen que es y, por amistad personal con un el periodista jubilado Juancho Marcano de Tacarigua que además, de escritor profuso dedica su tiempo libre en las distracciones del cultivo de plantas exóticas que paren cuando ellas quieran lo que quieran en cantidades que dejen beneficios como conuquero exigente y, dada la perturbación de sus incomodos, le dio por meterse de lleno como criadora, cultivadora, y vendedora de huevos blancos y baratos, buscaba auxilio en Tacarigua, sin exponerse a malos entendidos, no sabiendo que lo fácil también tiene trabajo y, con interés bien pensado de Tacarigua no salía. Si todo lo anterior es mentira he caído como animal en trampa por una mentira engañosa que como un fake news que como hiriente de conflictos se desprende que no todo lo que brilla es oro, y muchas veces quienes osan por obtener mejores y prósperos logros en este diciembre en adelante le enredan su vida de prosperidad por buscar mejores horizontes de desatar la furia del trabajo y Amaranta como luchadora social, envidiada y emulada por muchos, tiene también sus bajos y sus altos, y como los sustos están en este país a la orden del día que por eso es que Rafael Ramírez huye y, no se mete en ninguna embajada por tener la seguridad de líder chavistas desconfiado con aspiraciones de poder dentro de su Junta Patriótica, pero no es el caso de Amaranta, que más bien suplanta las contradicciones de hallar un mejor porvenir y, sin querer se nos alejará cerquita de los Estados Unidos que presiento que ni en balsa la dejan entrar por criticar a Trump. Hay métodos de métodos que necesitan de mucha absorción práctica y me dicen que Amaranta es un lance en el mundo de los negocios que desde que llegó a San José de Guanipa: arrasó comprando lo ajeno a precio bajo y como pudo se instaló allá que ya el fundo se está convirtiendo en hacienda en hectáreas y que no le gusta tener vecinos mañosos y, Chico su capataz cada vez que se reunía con ella que lo leí en la "Revista Consejos de lo Pasado" de cerca, como su ferviente capaz le decía, recoja la lengua que cuanto tú te aceleras te llevas a todo el mundo por delante y si un político de los que tú le sacas los trapitos al aire te puede mandar a coger y meterte presa, presa a mí, no ha nacido ese líder, y Chico callaba y siempre que podía la aconsejaba, pero ella mujer al fin, ni para ya veo y se llevaba a Chico en los cachos, pero tanto se estira la cuerda hasta que se revienta y, ahora la tendremos no en Italia con De Grazia y Magallanes, paseando por Via Veneto, sino paseando por el malecón de La Habana, a lo mejor recordando que vendrán tiempos mejores de mucha leche de suerte, en que la vida de los políticos no sea tan frágil que se rompa como un huevo. Tampoco sé si es verdad que como verdad me la vendieron por mensaje suelto que, ella había conversado con la gente de Guaidó a ver si la nombraban la nueva embajadora en Colombia, pero parece ser que eso no caminó, no le dieron luz verde por ser mujer honesta que ella siempre intrigada, escarbó con sus ojos y con sus manos muchos rumbos vía fuera del país, pero todo fue imposible, y en la embajada de Cuba estará pensando en un pájaro carrao que no vuela como ella y, tratando de morderle el rabo al perro pipo a ver si se arrepiente de lo que no debió hacer, pero todo se le ha puesto negro que así veía ella el cielo de Tacarigua siempre negro. Quizás si ella hubiera como política barata conversar conmigo en otro lugar estaría y respirando profundo sin extrañar sus gallinitas ponedoras y sus vaquitas lecheras, ni al torito trasquilado que le quitaba el sueño de noche en esas lunas llenas de la mesa de Guanipa y, ahora lo que le queda será pensar que, ella nació en Venezuela y es hermana de la brisa y, aunque tenga otro rumbo en Margarita la recordaremos como la Doña Bárbara que se tragó a media Venezuela y, el único que siempre le embistió con sus artículos fue Narciso Torrealba que, nunca la entendió, ni le dio tregua porque ella -y que- vivía equivocada y, trató de darle luces que ella siempre apagó. Y ella como buena soñadora, hace años que soñó que Fidel, le dijo, no dejes de ir a Cuba algún día que, allá está tu porvenir esperándote.


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Esteban Rojas


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