Patria ¿concepto o sentimiento?

Las dinámicas expuestas por las interacciones antrópicas implícitas en la realidad venezolana contemporánea, definitivamente exigen un reto reivindicativo sobre la concepción denominativa nacional conferida a la acepción terminológica Patria y su significado soberano lacónico colectivo, cuya expresión fue durante mucho tiempo aletargada en la conciencia social a consecuencia de los procesos de transculturización implantados en la psiquis nativa a partir del desarrollo de eventos dialécticos retrospectivos de colonización expansionista alienante, enfatizados en el eje de fenómenos comunicacionales globalizados direccionados a aislar el interés en una perspectiva propia, sustituida por estándares exógenos considerados desde ciertas ópticas como mejores o más adecuados. En tal sentido, la exégesis de la Patria en nuestro país, ha sido intencionalmente simplificada por algunos al uso de un vocablo gramatical carente de espíritu intrínseco haciéndole objetivo de incesantes desméritos incitadores de su minimización y banalización contextual a menudo apelativa de apócopes burlescos referentes de inutilidad aplicativa, al respecto, conviene analizar la propuesta de separación de la realidad y los sentimientos en supresión de las emociones sustituidas a cambio del axioma científico positivista de la humanidad racionalista, planteada entre otros, por Allen Dulles, precursor de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos de América (USA) en su libro The craft of intelligence; America´s legendary spy master on the fundamentals of intelligence gathering for a free world, en el cual afirma entre otros argumentos que el Estado Norteamericano está destinado a imponer a los actores sociales de la comunidad internacional que pretende dominar, un neo sistema arquetípico de valores basados en la traición, el descaro, la insolencia, el engaño, la mentira, la enemistad y el odio entre pueblos, el despotismo, el soborno, la corrupción y la ausencia de principios éticos ridiculizando las sensibilidades emocionales, la honradez y la honestidad al presentarles como obsoletas e innecesarias, Induciendo así el caos y la confusión, esto a fin de garantizar la continuidad de su supremacía imperialista en el actual orden mundial, actuando a partir de concepciones directas de poder, alejadas de sentimentalismos e ignorando la observancia de los derechos humanos fundamentales. Sustituyendo en síntesis al universo espiritual ontológico natural en favor del materialismo subjetivo.

En todo caso, la Real Academia Española define a la Patria como "La Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos". Conforme a ello, se trata entonces de la constitución de un elemento relacional intangible que une a los individuos integrantes del componente poblacional de un Estado, a su ámbito territorial predeterminado, mediante aspectos afectivo emocionales implícitos en las interacciones étnicas, culturales, lingüísticas, históricas y normativas entre otras propias de cada sociedad. En tanto la Patria es comparable a la fuerza de gravedad a la que nadie ve, pero todos sienten su inevitable atracción, del misma modo en el cual se conciben nociones ontológicas como las del alma o el aura, las cuales muchos saben que existen, pero no ¿qué son? o ¿para qué sirven?, asimismo sucede con la noción perceptiva y significado subjetivo de la expresión Patria.

No obstante, a continuación se plantean algunas otras interpretaciones representativas de la Patria. La patria es el Ius soli que hace vibrar al cuerpo al vincularlo con la huella plasmada a lo largo de este territorio por nuestros ancestros aborígenes, pisatarios originarios de esta tierra, cuya palabra cierta y sabia nos fue transmitida en el brillo fulgurante de las estrellas persistentes en el cielo desde la creación. La Patria, también es el Ius sanguinis, inmerso en el torrente arterial de una estirpe rebelde, pluriétnica y multicultural, que derramó la sangre de sus antepasados próceres libertadores en los campos de batalla acompañada de una última exhalación de independencia.

La patria es tierra que exuda cultivos para alimentar pueblos, la Patria es cooperación y solidaridad, es el apasionado amor de una mujer, la sonrisa de un niño que se convierte en todos los hijos del mundo, la caricia en las manos de una abuela y el apoyo amoroso e incondicional de una madre, la oportuna guía de un padre, el refugio que brinda el hogar y el cálido beso de una esposa, el protector abrazo del esposo, el respaldo de una amistad sincera y la cordialidad solidaria del buen vecino.

Venezolanos, la Patria es saberse uno de los extremos de la cordillera andina, sentir la fría nieve en el Pico Bolívar, sentado junto a un frailejón mientras se abraza a un perro Mucuchíes, caminar en ascenso hacia la cumbre nublada sobre el Waraira Repano, ver un atardecer sobre los médanos de Coro o la majestuosidad del Relámpago del Catatumbo, zambullirse en las cálidas aguas de una playa oriental o navegar en un peñero por el archipiélago de Los Roques, internarse en la misteriosa penumbra de la Cueva del Guácharo e impresionarse con la caída de agua del Kerepakupai Vená o la sólida imponencia del macizo Auyan-tepui y el templario caudal del río Orinoco.

Patria es cántico arrullante de recién nacido al ritmo del "duérmase mi niño" y eco escalofriante del hombre que muere entonando el "gloria al bravo pueblo", las manos del campesino, los brazos del labrador, el corazón del llanero estremecido oyendo el grito del coleador ¡Guárico con la cola!, el sol del pescador, el regazo de una ama de casa y el vibrar del estudiante. La Patria sabe a Sapuara pezcada con travieso anzuelo de adolescente y asada a orillas del río padre sobre fuego de brasa ardiente, que encierra en su cabeza un hechizo de amor, legado en la tradición folclórica popular para enlazar a su degustador con una linda guayanesa y atarle por siempre a esa mágica región.

La Patria se estremece al oír el llamado de Guaicaipuro invitando a ver morir al último hombre libre y resuena en el polvoriento pasitroteo del elegante edecán Palomo, inmortalizado junto a su libertario jinete, en brioso galope después de beber de las aguas de los ríos Orinoco, Amazonas y De La Plata, tras su continental travesía.

Ninguna de estas cosas se compran en un centro comercial, más quienes no estén conformes con las definiciones propuestas y aún perciban la patria entendida como un concepto genérico asociado a patrones de consumo o posibilidades de crecimiento netamente económico, le conviene reflexionar frente a su perspectiva patriota subsumida en la narcolepsia del típico sueño norteamericano clamante de intervenciones extranjeras o exclamante de insensatos improperio rebuscados en voces redundantes preconstruidas de estéril provecho ¡no hay tal o cual cosa, pero tenemos patria!

Quizás a modo reflexivo sea pertinente cuestionar ¿Qué es la patria? a los desplazados por la guerra del Medio Oriente o los conflictos armados centroamericanos, todos ellos convertidos en migrantes estigmatizados, errantes de frontera en frontera y sentenciados a ser víctimas de aporofobia junto a quienes auto desterrados de sus terruños, cargan a cuesta solo sus miedos conjugados con incertidumbre, sin nada más que su esperanza puesta en un mejor mañana. Igualmente habría de intimarse a los inmigrantes deportados de los Estados Unidos de América tras diez, veinte o más años de habitar aquel territorio, su sentir al ser forzados a abandonar su vida, amigos, familia e hijos debido al capricho arbitrario y senil de un mandatario xenófobo. Menester sería también consultar a los soldados norteamericanos, de origen latino ¿Por qué combaten batallas sin sentido como las de Irak, Irán, Afganistán, Quwaii o Vietnam? U otras de aquellas promovidas por ese imperio y tal vez así se tope alguna noción de lo que es Patria.

Resumiendo, la Patria requiere la militante praxis productiva del deber ser, en legítimo bienestar colectivo más allá del materialista querer hacer para el utilitario tener individualista. Final y definitivamente la patria, no es una concepción vaga vinculada con el acceso a patrones exacerbados de consumo de bienes y servicios o a las riquezas que prometen los proyectos globales capitalistas, tampoco se trata de prolongadas tertulias o debates románticos de disertación profética realizada en el marco de grandes foros o la minimalista luz escénica de un café citadino, en relación al ideario comunista o socialista en cualquiera de sus formas, intríngulis o momentos históricos, ni mucho menos significa aferrarse ciega e irreductiblemente a posiciones extremistas polarizadas hacia uno u otro de estos esquemas paradigmáticos. La patria es vida, poesía, inspiración, savia, alma, sentido de pertenencia a esencia de tierra fértil fecundada y soberanía auto determinada, en conjunto dialéctico unido bajo el cielo que les ampara, el sol que les energiza en constante transformación evolutiva y el Dios que les crea.

 

cazorlaubvmonagas@gmail.com



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