Contra-revocatorio


La interpretación del momento político nos lleva a justificar la movilización nacional de los sectores revolucionarios, defensores del Proceso y aliados de la democracia directa para impulsar el acto contra-revocatorio. Así como la oposición ya está montada de nuevo en la desestabilización, tomando como mampara la recolección de firmas para materializar el referendo revocatorio, de igual manera la vanguardia revolucionaria tiene que proceder a dar respuesta de manera inmediata.

Si bien el referendo revocatorio es constitucional, también la Constitución Bolivariana establece que todas las personas "Son iguales ante la ley". (Art. 21), por lo que gozan del reconocimiento en condiciones de igualdad de los derechos y libertades. Dice también la Constitución que es derecho de cada venezolano, el goce de la libertad de conciencia, la potestad de manifestar sus convicciones ideológicas y decidir el modo de gobierno para la República.

Si un sector del colectivo nacional no quiere al gobierno de Hugo Chávez, existe otro sector bien significativo y cuantitativamente superior que sí lo respalda y exige su continuidad. Si el referendo revocatorio es un acto constitucional también lo es la consulta popular. Es por ello que la vanguardia revolucionaria, los sectores que defienden al Proceso, las estructuras que se agrupan en torno a la revolución bolivariana y todos los venezolanos que apelan a la emancipación del pueblo tienen la facultad de dar respuesta al referendo revocatorio.

A través de la consulta popular ­es válido también otro mecanismo más expedito que establezca la Constitución y que sea mejor interpretado por los expertos constitucionalistas-- este sector mayoritario del pueblo tiene que expresar su desacuerdo con el revocatorio. Si ellos van a presentar tres millones de firmas para pedir el cese del mandato del Presidente, nosotros debemos presentar cuatro millones exigiendo lo contrario.

La oposición acaba de iniciar su plan. La revolución no puede quedarse pasiva, sin respuesta. Es obligación de todos, principalmente de quienes son factores de poder y ejercen alguna cuota de liderazgo nacional, proceder con el Plan Contra-revocatorio. Crear la dirección política de movilización, diseñar la estrategia de acción, definir las tácticas, reunir los recursos económicos (la oposición cuenta con varias millardos de dólares solamente para el arranque del plan) y proceder con la recolección de firmas contra el revocatorio. La dirección política de movilización impulsará la red de enlace que una a los Estados, a todos los Municipios y se ramifique hasta las Parroquias. Todo en función a alcanzar las firmas mucho antes de que las presente la oposición. Si bien esto pasaría a ser una respuesta a la iniciativa de ellos, en la práctica es una medida estratégica de intervención directa del pueblo para satisfacer dos objetivos; (i) neutralizar las intenciones contrarrevolucionarias y (ii) expresar la madurez política del pueblo para asumir la próxima fase del proceso.

La Revolución Bolivariana como proceso tiene que pasar a otra etapa política en el lapso menor a un año. El período de transición constitucional le dará paso a la fase de la toma del poder regional y local como acto revolucionario. Existe una diferencia radical entre ir a las elecciones y tomar el poder. Lo primero significa asumir el gobierno para el usufructo del poder. Esto en sí es un acto burocrático. Es darle continuidad a la reforma. Es tolerar la vigencia del sistema político de democracia representativa. Mientras que tomar el poder como acto revolucionario es colocar el gobierno al servicio del pueblo. Es darle viabilidad a la democracia participativa y directa. Es consolidar el gobierno como instrumento del pueblo. Hecho que colocará al Proceso en otra realidad concreta.

Por lo tanto, convocamos a los revolucionarios venezolanos a no dejarnos arrebatar el Proceso. Tolerar el triunfo de la oposición es ser cómplice del nuevo orden mundial. Llamo, con verdadero sentimiento revolucionario, a dejar a un lado las diferencias políticas circunstanciales, los rencores inicuos, las posturas burocráticas, pragmáticas y clientelares, para proceder a ejecutar el Plan Contra-revocatorio.

Modestamente, desde la Plataforma Unitaria y el MBR-200, con la asesoría de un conjunto de constitucionalistas, procederemos a darle inicio al Plan. Esto sin descuidar las actividades que estamos desarrollando para ir a la toma del poder en Anzoátegui. El Plan Contra-revocatorio da inicio a los actos constituyentes de la profundización de la revolución.


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William E. Izarra

Oficial de las FANB, retirado como Comandante (Teniente Coronel) de la Aviación Militar. Siendo oficial activo logró realizar estudios en todos los niveles académicos del saber universitario obteniendo su título como Licenciado en Educación (UCV); Maestría en Planificación (Harvard University) y Doctorado en Ciencias del Desarrollo (Cendes, UCV). Ha sido miembro del MBR-200, MVR, PSUV, Director Nacional de Ideología del Comando Maisanta, Colectivo Democracia Directa y creador del Centro de Formación Ideológica (CFI). Ha ocupado algunos cargos dentro del Gobierno Bolivariano Revolucionario bajo el mandato de Hugo Chávez Frías, siendo unos de los más relevantes el de Vice-Ministro de Relaciones Exteriores para Asia, Oceanía y Medio Oriente. Ha escrito una serie de folletos y libros para la compresión de los valores y principios socialistas.

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