Crítica ácida

Atrocidad de lesa humanidad vamos bien…

“Al borde del abismo confíen en mi, demos un paso hacia adelante…”, chiste de la historia menuda en la política, destinado a burlarse de individuos pésimos y nada inteligentes. En Venezuela ofende la disociación vidiotizada de una parte de la opinión pública, formada en la desidia inducida por la política imperialista del capital, con el fin de dar por correctos, intereses personales o grupales que enaltecen ese paso fatal al abismo y lo promocionan, hunden su terruño natal rumbo a la descomposición social, y nos hablan de “volver a la libertad”. Reconozca a los mismos bla bla blantes violentos y escandalosos, que hace poco se referían a “esta dictadura”, y hoy hablan de todo libremente abandonando el ritornello de asegurar que vivimos en tiranía, aunque para el exterior sigan fabricando esa falsa venta de imagen venezolana, que no es la escena del diario vivir nacional.

Nos acompaña un pueril fanatismo polarizado pernicioso, alimentado por comunicación social irresponsable, que trabaja solapada o abiertamente en contra de la tolerancia necesaria, como es natural con excepciones en el tratamiento noticioso. Los dirigentes políticos con mayor acceso a la TV que nos atrapa, están obligados a no contribuir con ese paso rumbo a la debacle. Lastimosamente en algunos priva “acomodarse” para evitar salir “limpios” si pierden el fervor revolucionario votante, y otros, desaliñados y engreídos se entregan al extranjero, porque aspiran mandar y vivir del país si le ponen la mano a los recursos patrios, desmañados o lentos para defender el robo que se nos ha hecho en el mundo a través de la banca, y las órdenes del depredador gendarme mundial, que pretende rendirnos por hambre.

“Nos cambiaron la vida” oí exclamar a una señora ama de casa en un supermercado, boquiabierta junto a otras viendo los aumentos en alimentos, detergentes y en líneas generales todos los productos para el hogar. Lo mismo se observa en el costo de los útiles escolares, o en la imposible adquisición de medicinas. Poco a poco sin embargo, la colectividad se da cuenta de quiénes le sacan el “juguito a la naranja” -decían abuelos y bisabuelos, aprovechando la desazón creada por hiperinflación, acompañada del ahogo financiero internacional a una nación de paz, engañada hasta 1999 por politiqueros timadores de la falaz “democracia representativa”,

Hasta el más desavisado y lerdo desinteresado en el tema político, puede darse cuenta que antes de 1999 estuvimos 40 años bajo el garrote de la autoridad dizque número uno de la democracia perfecta…, utilizando el azote programado por quienes formaron varias generaciones de lacayos, pero satisfechos de serlo. Supuesta “democracia representativa modelo de América Latina…”, aquella Venezuela de la multiplicación de ranchos y miseria popular, escondida en la propaganda televisiva, radial y por prensa poco crítica, amamantada por dos partidos y sus presidentes electos, en realidad monigotes testaferros del todopoderoso imperio norteamericano..

Obedientes a los dictámenes gringos, hoy silencian el bestial salvajismo del capital que nos roba, asedia y bloquea. Le dicen al mundo que no somos una democracia, pese a 25 elecciones observadas, acompañadas, auditadas y firmados los resultados por representantes de la oposición, ocultan o deforman en la comunicación social informes y resultados, respaldando actitudes de la cúpula de la iglesia católica, amos del valle depredadores del erario nacional desde la empresa privada, parte de la “desgracia representativa” que no volverá. Antes de 1999 la gente moría sin conocer al Simón Bolívar de pensamiento antiimperialista, Padre de la Patria ocultado por el excrementoso capitalismo salvaje de elecciones trucadas.


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Luis Sánchez Ibarra


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