El nepotismo en el gobierno engendra la estupidez en la gestión pública

Tal como se vio durante la participación de Donald Trump en la Cumbre del G20 en Osaka y su visita colateral a la Zona Desmilitarizada (DMZ sigla en inglés) en Corea, confiando solamente en la asesoría de su hija y de su yerno, cosa que dejó en evidencia ante el mundo su total ignorancia sobre las bases fundamentales de las relaciones internacionales y de la geopolítica. Trump insistió en colocar a su hija Ivanka Trump y a su marido Jared Kushner en el centro del escenario en Osaka durante el Cónclave del G20 y en Panmunyon para un encuentro arreglado con apuro con el líder norcoreano Kim Jong Un. La señora Trump actuó como si se encontrara en una suerte de paseo de una fraternidad estudiantil, entusiasmada por impresionar a sus amigos con tontas declaraciones indicando que su paso hacia Corea del Norte con su padre era "surrealista".

Una semana antes, el esposo de la señora Trump no pudo impresionar a nadie luego que su largamente esperado y excesivamente publicitado "plan de paz" para el Medio Oriente fue presentado como un "taller" en Manamá, Barhain. Apodado "Paz para la Prosperidad" el plan de Kushner más parecía un folleto descriptivo del desarrollo de un proyecto de bienes raíces que una propuesta genuina de paz entre los palestinos y los israelíes. Los palestinos y algunas naciones árabes estuvieron muy acertados al considerar el plan de Kushner como que "llegó muerto". Las empresas de bienes raíces de Kushner y Trump son conocidas principalmente por sus quiebras fraudulentas y estafas. En realidad el plan de Kushner prevé que los palestinos vendan sus terrenos dentro de un esquema de "hacerse ricos a corto plazo". En ninguna parte el plan menciona el status político de Cisjordania, la Franja de Gaza, Jerusalén Oriental o el derecho al retorno de la Diáspora Palestina.

El llamado que hizo Kushner al Golfo y a otros inversionistas para que aportaran 50 mil millones de dólares durante un período de diez años para el desarrollo de infraestructuras, también comprendería cinco mil millones de dólares para vías de transporte entre la Franja de Gaza y Cisjordania cosa que pareció más bien un esquema para hacer rico rápidamente a Kushner y a sus amigos y a los secuaces de Trump. Las únicas personas que parecieron entusiasmadas por el ardid de Kushner fue el ex Director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Anthony Scaramucci, fundador de Skybridge Capital y Gerente General del Blackstone Group y presidente del Foro Político y Estratégico de corta duración de Donald Trump, ambos estuvieron en Manamá para elogiar la iniciativa de Kushner. El multimillonario Steven Mnuchin, Secretario del Tesoro de Estados Unidos se refirió al plan de Kushner como un llamado a "oferta pública inicial".

El proyecto de Kushner se quemó en el horno por tratarse de un proyecto poco realista cocinado por alguien que cuenta con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu como amigo personal. En concertación con las órdenes de Netanyahu y otros dos compatriotas de Kushner –ex abogados personales de Trump, David Friedman, actual embajador en Israel y Jason Greenblatt, asesor de Trump en torno a Israel –la cuestión de la soberanía de Palestina no fue incluida en el "plan de paz".

Ya que Kushner no logró impresionar a nadie en Bahrain con su tontería de plan de paz y su esposa Ivanka por su parte quedó como una tonta –también Estados Unidos—al figurar en el escenario central de la Cumbre del G20. Rara vez la señora Trump estuvo ausente en las fotografías de los líderes mundiales reunidos. Un corto vídeo fue publicado en el Elysée Palace de París donde aparece la señora Trump tratando de colearse en la conversación del presidente francés Emmanuel Macron, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau; la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde y la primera ministra del Reino Unido, Theresa May. Queda claro a partir del audio que la hija de Trump se encontraba muy lejos de su nivel y que sus inserciones de tontos balbuceos no pudieron impresionar a los cuatro líderes, tres de los cuales son responsables de grandes potencias y una de ellas es responsable de una importante organización internacional. La señora Trump solo ha sido responsable de utilizar su cargo en la Casa Blanca para engordar su portafolio de empresas productoras de carteras, ropa, perfumes, calzado y joyería.

El asesor de seguridad nacional de Trump, el halcón neoconservador John Bolton, no acompañó al presidente en su viaje a Panmunyón. Corea del Norte no ha ocultado su antipatía por Bolton, opinión que compartida en muchos otros países y un alto porcentaje de norteamericanos. En cambio, Bolton fue relegado a Ulan Bator, Mongolia donde sostuvo conversaciones con el secretario general de seguridad del estado de Mongolia, Davaasuren Damdinsuren. El puesto de Bolton en Panmunyón fue tomado por el presentador de Fox News, Tucker Carlson –que no tendría trabajo alguno en televisión si no fuera por el hecho que su padre, Dick Carlson fue el anterior presidente de la Corporación Pública de Radio y Televisión y director de la Voice of America. Junto a la señora Trump y Kushner, Tucker conformó el contingente norteamericano en Panmunyon para la primerísima "visita" de un presidente norteamericano en ejercicio a territorio de Corea del Norte. En realidad, dos de los presidentes anteriores Jimmy Carter y Bill Clinton consiguieron mucho más durante sus visitas pos presidenciales a Corea del Norte que lo que logró Trump durante sus auto complacientes "sesiones fotográficas".

Cuando se trata de los líderes del G20, con certeza se puede decir que al margen de la política, el presidente ruso Vladimir Putin, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente chino Xi Jinping, el primer ministro hindú, Narendra Modi, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, el primer ministro japonés Shinzo Abe, el presidente de Indonesia Joko Widodo y el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa constituyen una clase aparte como estadistas geopolíticos profesionales.

Al otro extremo del espectro, donde deambulan inexpertos y definitivamente estúpidos novatos, se encuentra Trump y el presidente derechista de Brasil Jair Bolsonaro. Durante una conferencia de prensa conjunta en Osaka se le preguntó a Trump sobre la opinión de Putin sobre el "liberalismo occidental" en el sentido que este se hallaba contra las cuerdas políticas. Es obvio que Trump no está familiarizado con la noción adelantada durante la Ilustración por figuras destacadas durante los siglos XVII y XVIII como son John Locke, Thomas Hobbes y el Barón de Montesquieu –debe quedar en claro que cualquiera que en la universidad haya tomado un curso de ciencia política o historia estaría familiarizado con el dicho "Hobbes, Locke y Montesquieu—iniciaron la cháchara en torno a las ciudades democrático-liberales en California, mencionando específicamente a Los Ángeles y San Francisco. Durante un embarazoso instante, Trump de manera incrédula dijo: "Me imagino que Ud. se refiere a lo que está pasando en Los Ángeles, donde resulta muy triste y lo que está pasando en San Francisco y en unas cuantas otras ciudades, las cuales son gobernadas por un extraordinario grupo de liberales.

No queda ninguna duda el por qué Trump simpatiza solo con Bolsonaro quien es admirador de Adolfo Hitler y Benito Mussolini. Bolsonaro es discípulo del polemista brasileño que reside en Richmond, Virginia, Olavo de Carvalho, acérrimo opositor de los presidentes Luiz Ignácio Lula da Silva y Dilma Rousseff. Caravalho rechaza la física de Copérnico, Newton y Einstein, prefiriendo creer que la Tierra no gira alrededor del Sol, que el concepto de la infinitud de los números y el cambio climático ocasionado por el hombre son solo bromas; que nunca hubo algo como la Inquisición Española; que las vacunas matan a la gente o la enloquecen y que la Pepsi endulza sus bebidas con fetos humanos abortados. Carvalho también ha dicho que no existe evidencia suficiente que demuestre que la Tierra es plana o esférica. Sin duda Trump y Bolsonaro se admiran mutuamente. Ellos se han convertido en la antítesis de la Ilustración. Ambos representan la moderna "Edad de la Estupidez".

Uno podría aventar a aquellos como Carvalho como si se tratara de tábanos lunáticos. Sin embargo, ellos cuentan con secuaces y admiradores poderosos como se pudo notar el pasado mes de marzo de este año en el Trump International Hotel en Washington. El ex asesor y estratega de campaña Steve Bannon fue coanfitrión de una exhibición privada de una película complementaria acerca de Carvalho. Estuvo presente el hijo de Bolsonar, Eduardo Bolsonaro quien es representante para América del Sur de "El Movimiento" fascista global de Bannon. Luego de la exhibición de la película, Carvalho declaró que todos los periodistas son drogadictos en tanto que muchos disfrutan de algunas bebidas para adultos a su gusto, semejante declaración tipo Trump de parte de un gurú político de Bannon y Bolsonaro brinda una evidencia adicional que nuestro mundo ha ingresado a la Edad de la Estupidez donde todo es confuso, los hechos se consideran falsos y los imbéciles como Trump y Bolsonaro junto a sus corruptas familias actualmente gobiernan a importantes naciones estados.

 Traducción desde el inglés por

Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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