Mi palabra

¿Cómo vieron Vladimir, y el interino el caso del Capitan Arévalo?

"La noticia mala llega volando,

y la buena, cojeando".

Proverbio español

La muerte de cualquiera persona es lamentable, y por lo tanto tenemos que condenarla, venga de donde venga. El fallecimiento del capitán Rafael Acosta Arévalo, es un caso oscuro, el cual se presenta, cuando se empieza a percibir un momento de tranquilidad, y calma en el pueblo venezolano, a pesar de la grave crisis económica, y la inaguantable inflación en los precios de los artículos de primera necesidad. La noticia aparece, como para despertar a la alicaída oposición venezolana. No es para menos, porque desde el mismo momento de la llegada del comandante Chávez, se han mantenido en la cresta del huracán, creando y fomentando todos los episodios, con el cual han convulsionada la vida nacional. Los grandes medios, rápidamente se ponen a la vanguardia para colocar las noticias de la manera más explosiva, y para eso cuentan con periodistas listos para jugar el papel, que les encomiendan, sin ni siquiera haber analizado los casos de la manera más elemental.

El tema del Capitán Acosta, es una prueba más, de lo peligroso del poder de la comunicación manejada de la manera, como lo hacen los grandes medios al servicio de los intereses de la oposición. Son muchos los que terminan viendo estrellas al estrellarse con la realidad, al querer emitir opiniones a priori, al conocer solamente la noticias, desconociendo totalmente la veracidad de los hechos, aunque esta llega muchas veces tarde, pero llega. Con toda razón el médico y humorista, José Miguel Monzón, conocido como El Gran Wyoming, Wyoming o Guayo, en una de sus ocurrencias nos dice: "Ya conocen las noticias. Ahora, les contaremos la verdad." Los que han jugado posición adelantada, ya están juzgando sin conocer la verdad; la raíz fundamental del periodismo, y la comunicación.

Las informaciones pierden muchas veces la importancia que tienen, al ser distorsionadas y escandalizadas en busca de provecho político por los mismos de siempre. El Capitán Rafael Acosta Arévalo, lo quieren presentar, como un militar activo, y modelo, cuando tiene 10 años de retirado, y en los actuales momentos se encontraba formando parte del grupo de insurrectos comandados por el INTERINO, y al ser aplacada la planificada revuelta, algunos cayeron en manos de la justicia, y en ese oscuro laberinto no sabemos lo que pasó; pero los alicaídos opositores siempre cargan el olfato, como los perros de presa, buscando para atrapar cualquiera información, para usarla de trampolín, y de esa manera manejarse para tratar de salir a flote, en medio de un pueblo, que cada día aprende a desenmarañar la verdad en medio de tanta falsedad.

El casi desapercibido interino, apenas conoció la noticia, pegó el grito al cielo, y se ha dirigido a la ONU, pero, cuando estaba con el trasero al aire en las criminales guarimbas, nunca se acordó de la muerte de inocentes transeúntes por parte de sus compañeros del show mediático. Aparte de este personaje, quien se ha ganado la mirada de propios y extraños, en una de las actividades más bajas de cualquier ser humano: arremeter contra su misma patria; encontramos otros lanza llama, con más fuerza, y poder que el anterior, por ser los verdaderos voceros de medios tan importantes del país, y por ahí vomitan cualesquiera sandeces en grado superlativo, como es el caso del periodista Vladimir Villegas, quien por fin se acordó de las torturas sufridas por su padre, pero lo hace para atacar al gobierno, y de qué manera, esconder el poco camino, que nos puede conducir a la verdad: el capitán Rafael Acosta Arévalo, no pertenecía en estos momentos a las FANB; al contrario estaba atentando contra este destacamento, y por las informaciones que se tienen, preparaba una verdadera masacre.

¿Dónde está la verdad? Por supuesto que, los periodistas de la calaña de Vladimir Villegas, tiene la plena libertad de opinar, pero no deben olvidar su papel de profesional veraz, porque de lo contrario caen en el vacío, y al perderse la ética, es muy difícil recuperar esa credencial tan importante; para muestra el artículo publicado en APORREA (TORTURA, IMPUNIDAD Y MUERTE EN VENEZUELA)*, refiriendo a este sonado caso; utilizó todos los sinónimos posibles para descalificar al gobierno, para terminar haciendo el simple papel de opinador de oficio, al coincidir con la línea trazada por la oposición en contra del gobierno, y el título de periodista lo echó en el cesto de la basura.

Nadie, más que el gobierno puede estar interesado en aclarar este caso, pero nadie puede creer, que el mismo gobierno se pueda echar la soga al cuello con la muerte de este capitán; más en estos momentos, cuando la oposición va de traspié en traspié – aun con la asesoría del gobierno de Trump–y por supuesto no es fácil que se enderece; por eso van a exprimir al máximo la muerte del Capitán Rafael Acosta Arévalo, convirtiéndose en los acusadores, y juzgadores sin esperar ninguna investigación.

*https://www.aporrea.org/ddhh/a280059.html



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Narciso Torrealba


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