El día de los Fieles Difuntos o Día de los Muertos, 2 de noviembre, se celebra en todos los países cristianos del mundo, como Venezuela y por supuesto, en el municipio Los Taques también se conservaba esta tradición. Donde los familiares de los difuntos, visitan los cementerios y sobre las sepulturas honran a sus parientes fallecidos, con recuerdos que les mantienen en conexión con ellos. Entre las actividades que realizan están: limpieza de las tumbas, colocación de flores y encendido de velones.
Hubo un tiempo en que en el cementerio, dicen los adultos mayores, se le llevaban regalos especialmente para los niños difuntos. Incluso algunos deudos portaban comidas, tocaban música y cantaban canciones sobre los túmulos funerarios en memoria de los fallecidos. Esta costumbre de visitar los campos santos, los parientes de los difuntos la realizaban también el Día de la Madre, el Día del Padre y los 01 de diciembre. Son muchos los taqueros y las taqueras que en tiempos pasados recibían el Año Nuevo al lado de los sepulcros de los seres queridos, que ya habían partido de este mundo.
La celebración del Día de los Muertos forma parte del calendario de las Fiestas religiosas del país, pero especialmente la tradición de ir a los campos santos del estado Falcón y del municipio Los Taques tiene mucho arraigo: Todos los años desde muy temprano, son numerosos las personas van llegando al cementerio. Es un rio humano donde observamos que llevan baldes de plástico con detergentes, trapos y escobas. En la puerta siempre hay vendedores de flores, este año de bloqueo económico del 2018, sucederá lo mismo. Los taquenses les han rendido culto a sus difuntos desde siglos atrás.
En una conversación que hace años sostuve con el recordado amigo, el fallecido cronista Jesús Chucho Días-taquero de pura cepa, que en paz descanse- me contaba este personaje ilustre, que en el viejo campo santo de Santa Cruz de Los Taques todavía hacía unos años se podían observar tumbas del siglo XIX.
Aprovecho la oportunidad que estoy hablando de difuntos, para recordar aquí, uno de los sucesos que conmovió a Venezuela, me refiero a la masacre de El Amparo. Fueron asesinados 14 pescadores por funcionarios policiales y militares del Comando Específico "José Antonio Páez" (Cejap), durante el gobierno de Jaime Lusinchi (02.02 de 1984 – 02,02 de 1989), en una operación denominada "Anguila III", con el argumento que se luchaba contra grupos subversivos colombianos. Coordinada por los jefes del Cejap el General Humberto Camejo Arias, el Coronel Enrique Vivas Quintero y el Jefe Nacional de Operaciones de la policía política Disip Henry López Sisco.
Tras un largo proceso en la justicia militar donde se pusieron en práctica todas las maneras posibles para garantizar impunidad, los autores materiales fueron declarados no culpables y los intelectuales nunca fueron investigados. Ante la impunidad de la IV República, varias organizaciones de derechos humanos incluyendo a la organización Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) presentaron el caso en las instancias internacionales de protección de derechos humanos. En 1995 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó la primera sentencia a favor de unas victimas en Venezuela y ordenó que se investigara y se sancionara a los culpables de la masacre.
En enero de 2010 la Corte Interamericana en su función de supervisar el cumplimiento de sus decisiones convocó al Estado venezolano y a los abogados representantes de los sobrevivientes, Wolmer Gregorio Pinilla y José Augusto Arias y familiares de las víctimas a una audiencia en su sede en la ciudad de San José, Costa Rica. La audiencia se realizó el 29 de enero de 2010. En ella la delegación del Estado venezolano admitió que el caso estaba en situación de impunidad y asumió la responsabilidad de reabrir el caso en la jurisdicción ordinaria. La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia mediante la sentencia No 910 de fecha 28 de Octubre de 2016 anuló la sentencia de la justicia militar."
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