La Tecla Fértil

Democratizar el poder y, no militarizarlo, un pasmo del presidente Maduro

La convivencia cotidiana de los venezolanos se vera amenazada, cuando se nos muestre la nueva Constitución, cuyo articulado viene siendo procesado en un Salom oscuro de la Asamblea Nacional Constituyente, cuando lo válido es lograr hacerle unos anexos de manera de reformas. De esta manera que, los venezolanos hemos venido mutando para ser un solo significado político de la presidencia de la república.

En realidad, se viene aprobando un guion dado a conocer en 1998 y que puede describirse en tres fases de la suplantación bolivariana convertida en un proyecto de transición comunista absurdo y reflejándose tres fases, con tal de lograr una independencia absolutista. Estos son, protesta, no cooperación y suplantación. Miraflores coloca su precio, con tal de seguir pisoteando la representación de sus agremiados inscritos en el Psuv y reeditar la desobediencia del Estado para seguir comprometiéndose en la toma del poder.

Ante semejante designio, resulta necio o cobarde colocar en pie de igualdad democrática a los que colonizan el espacio público con el apoyo del Gobierno y de sus mozos, a los que reaccionan en defensa de la higiénica imparcialidad de lo común. Unos se saben respaldados y financiados por la hegemonía nacionalista en las instituciones para quebrar la Constitución y otros se organizan civilmente para defender la ley, hartos de tragar con un dogma que hasta se proclama desde chavista a altavoces como el del Ayuntamiento de la Ciudad Capital. Que se produzcan altercados e incluso agresiones es lamentable y condenable, pero es lo que ocurre cuando el Estado hace dejación de su función primordial: asegurar la neutralidad de la calle y la seguridad y libertad de sus ciudadanos. El desorden crece en el vacío.

Debemos, dejar atrás las crispaciones estériles y buscar un perfil propio y, defendamos el voto constitucionalista para favorecer al electorado y dejarnos de coqueteos con los que practican la tibieza y el tacticismo en el poder para llenar las alforjas de dinero público. No hay que desesperarse debemos sumar de una manera simbólica el derecho al poder y, despertar de las ilusiones, porque lo que viene es una batalla decisiva de nuestra realidad.

Hay que ser realista, defendamos nuestra Nación- Estado.

Alto ahí. ¿Quién les ha dado bula a ellos para interpretar lo que es bueno para la patria? Hay en su actuación un aroma de la soberbia de los mandarines, como llaman en Londres a la casta suprema del funcionariado que auxilia al Gobierno.

La Constitución de Chávez y del pueblo es suficiente y es reconocida como la mejor del mundo.

Lo demás, es jugar con la patria.

Sabotear la labor de alguien elegido democráticamente no es lícito.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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