Nuestros miedos los aliados de cada día

"Las emociones son inseparables de la idea de premio y castigo, placer y dolor, acercamiento o huida, ventaja o desventaja personal. Es inevitable que sean inseparables de la idea del bien y del mal" Antonio Damasio

Cuando el sentimiento de miedo nos invade, por lo menos tenemos dos alternativas: hacerle frente y actuar; o no hacerle caso y permanecer inactivos. Si decidimos enfrentar al miedo, lo hacemos sintiendo una aprensión relativa al mismo temor que estamos sintiendo. Actuamos asustados.

Enfrentar al miedo, por otra parte, lo podemos interpretar como tener al mismo como un adversario, y debemos considerar que esta palabra significa «Lo que siempre está delante de sí». ¿Es recomendable tener al miedo como adversario? Considero que no. Es mejor tenerlo de aliado o socio. Un adversario debe ser algo fastidioso, pues uno no puede pasar la vida teniendo al miedo todo el tiempo delante de uno como a alguien a quien enfrentar.

Enfrentarlo o hacerlo socio nuestro es una decisión que tiene un impacto determinante a lo largo de nuestra vida de asustados. Porque siempre vamos a sentir miedo por una u otra causa. No podemos expulsar el miedo de nuestra vida, siempre va a estar allí. Por el contrario, lo que hagamos con él es un asunto nuestro y corresponde a nuestra elección y responsabilidad.

Si decidimos hacerlo nuestro socio, que me parece la decisión más acertada, esto nos dará más valentía para arriesgarnos a hacer cosas y asumir acciones productivas. Dedicarnos a vencer el miedo es absurdo, porque nunca lo vamos a lograr; es una emoción básica y siempre nos va a acompañar. Tener seguridad y ser fuertes no excluye la emoción del temor. Vencer el miedo se ha convertido en un slogan de nuestro patrón y de creencia cultural; no se vence se maneja de manera adecuada o no.

En la vida no podremos apartarnos del temor, porque no podemos hacerlo. Lo que podemos hacer, porque está en nosotros, es decidir si éste me motiva o me paraliza. Alguien puede objetar que hay miedos patológicos, lo concedemos; pero en ese caso estaríamos hablando de otro nivel de miedo o fobia, que no es de lo que trato acá.

La emoción del miedo nos debe promover un impacto emocional, que nos permita un proceso de reflexión a través de los sentimientos. Al considerar el temor desde este punto de vista tenemos un nuevo concepto sobre nosotros mismos. Podemos generar más confianza y respeto propio, y considerar el hecho de correr riesgos al actuar o al tomar decisiones.

Podemos ser capaces de darnos cuenta de que los temores son parte nuestra. No son algo ajeno, ni que nos llega desde afuera. Desde la perspectiva del éxito tenemos, por lo menos, dos opciones entre las que podemos elegir. Primero, actuar adecuadamente con vista a una meta; lo cual significa que tomamos la postura de ser activo para gobernar nuestra vida y ser el productor de nuestras experiencias. De este modo, damos validez a nuestro pensar-hacer como sujeto exitoso y prospero.

Al no rechazar el miedo como algo nefasto podemos considerar que desarrollamos el amor por nosotros mismos, que es el punto de partida del cuidado de nosotros mismos y para realizar una inversión en nuestros esfuerzos para alcanza resultados favorables. Al decidir a actuar con vista a fin loable, esta conducta nos lleva un estado de aprecio por nosotros.

Por el contrario, si somos arrastrados por el miedo asumimos una actitud inadecuada o carente de metas; decidimos no actuar o nos sentimos indignos de nuestro pensar-hacer. Por lo cual, no nos planteamos en nuestro horizonte el propósito de ser un sujeto exitoso.

Lo que debemos hacer es posesionarnos de nuestro proceso de crecimiento y desarrollo personal, que incluye nuestras emociones. Debemos proponernos a actuar de manera favorable para con nosotros mismos. El sujeto exitoso se plantea acciones y reacciones, responde adecuadamente ante un acontecimiento y obtiene resultados favorables.

Arriesgarnos en medio del miedo nos da seguridad, aumenta nuestra voluntad de actuar, porque nos damos cuenta del valor de nuestra toma decisiones y de llevar a cabo nuestros compromisos. Las experiencias de nuestra vida, sean agradables o no, son responsabilidad nuestra y en esta participan nuestros temores de cada día.

Algunos aspectos relacionados pueden verse en: http://obeddelfin.blogspot.com/



Esta nota ha sido leída aproximadamente 825 veces.



Obed Delfín


Visite el perfil de Obed Delfín para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Obed Delfín

Obed Delfín

Más artículos de este autor