El lado oscuro del golpe de Estado, o sus primeras 48 horas

El presidente Maduro acusa un golpe de Estado, señala a un general de planificador, así pone en la escena esta nueva distracción. ¿Cómo creerle a quien miente como una metralleta? Se podría hacer un libro gordo sólo refiriendo las mentiras del gobierno. Pero ese no es el tema, hablemos del golpe, de su fisiología, de su biología.

Todo golpe de Estado, para merecer ese nombre, debe constar de dos fases: una, el golpe en sí, la fase que podríamos llamar militar, que puede ser desde un susto al mandatario para que aborde un avión al extranjero hasta otras modalidades más cruentas, allí está la larga historia de golpes en el Continente. Esta fase desencadena la otra fase, la más importante, es la fase de despliegue del nuevo gobierno. Un gobierno se muestra en las primeras 48 horas, allí asoma su carácter, su signo. Ese periodo es definitorio de su rumbo. Después viene el plan de gobierno, sus primeras medidas, su gabinete, sus primeros cien días. Pero todo se insinúa, se puede pronosticar en sus primeras 48 horas.

Estamos entrando en un periodo de posibilidad de golpe de Estado, las condiciones materiales y espirituales están presentes. Parece no haber condiciones para una insurrección, ni siquiera para un motín, aunque eso nunca se sabe y menos en el incierto trópico. Las masas hambrientas que podrían cercar a Miraflores están ahora caminando por el continente con sus maletas al hombro. Por otro lado, las condiciones electorales cada vez son más excluyentes y menos confiables. Entonces, todo indica que la política buscará su aliviadero con un golpe.

Debemos prestar atención, no a la fase militar, a cómo será el golpe, eso es tarea de los cuerpos policiales; la sociedad, la política, debe importarse por el signo del golpe, su programa, sus primeras horas. La dificultad es cuando nos fijamos sólo en la primera fase y descuidamos el estudio de la segunda. Veamos.

La segunda fase, el programa, el carácter del golpe, se puede deducir desde ahora, no así la fase militar, esa no se asoma. El golpe es expresión de la política, de allí que estudiando las corrientes políticas que hoy actúan se podrá tener una aproximación al carácter del golpe, a la segunda fase.

Puede ser un golpe de derecha, llamará a elecciones en un año aproximadamente, pondrá presos a algunos destacados maduristas, los acusará de corruptos, de crímenes contra la humanidad, formará un gabinete con representantes de los empresarios, llamará al FMI, al BM, abrirá las puertas a la ayuda humanitaria. Simultáneamente, reprimirá duro, garantizará los intereses de China y Rusia, el pago de los préstamos, los contratos firmados con las trasnacionales. En resumen, mostrará su signo temprano. Puede haber variantes en este tipo de golpe.

Puede ser un autogolpe, que nunca se sabe de dónde salta la liebre, en este caso la justificación tiene que ser muy buena para que sea creíble. El programa será, en la esencia, igual a los anteriores.

Puede ser un golpe fascista directo, tendrá el mismo programa, no hay otro para las derechas, variará la propaganda y tendrá una fuerte represión.

Del golpe revolucionario, del golpe Chavista no podemos decir nada, no se muestra, no aparece el programa en el escenario. Pero estamos seguros que si Chávez viviera, hace tiempo que la tanqueta estaría tocando las puertas de Miraflores.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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