El pueblo clama porque se vaya

Nuevo fracaso de Maduro en su misión de salvar al capitalismo

Han transcurrido escasos días y la realidad es contundente. El 20-A neoliberal impuesto por el madurísmo fue otro fracaso del gobierno por salvar al capitalismo.El resultado: incremento de la pobreza del pueblo. La calle es una sola asamblea de repudio. Al gobierno de Maduro se le acabaron las artimañas de cómo seguir maniobrando para sostenerse por más tiempo en el poder. Está reducido a resistir en Miraflores. Perdieron el apoyo del pueblo. El madurísmo es un accidente trágico en la historia de Venezuela. El último recurso del régimen capitalista para sobrevivir fue la traición del madurismo, hundiéndo al pueblo en el hambre al entregarse a la voracidad de la transnacionales. Las grandes mayorías que hasta ayer lo apoyaban hoy no quieren otra cosa sino que se vaya con todo su séquito. Hay que reconstruir el país. Recuperar el aparato productivo. Reanimar a la sociedad para edificar la Res-pública. Los socialistas deberán gobernar ingresando, sin ningún retrazo, a la transición hacia un mundo nuevo.Una nueva izquierda está obligada entonces a retomar la calle e iniciar la reconstrucción de la democracia socialista antes de que el capitalísmo recurra al fascismo.

Pero antes, expliquemos qué entendemos por socialismo. El socialismo es un periodo de transición entre el capitalismo y la futura sociedad comunista y, como en toda transición, cohabitarán en él, durante mucho tiempo, importantes categorías con la que funcionaba el antiguo régimen capitalista, que se resisten a desaparecer (mercado, salario etc,etc), junto a otras que deberán surgir como la propiedad de todo el pueblo, el control y planificación democrática de la producción de los bienes y servicios, y la lucha ferrea contra la corrupción y el burocratísmo . En el socialismo, se siguirán desarrollando las contradicciones heredadas del antiguo régimen, las contradicciones entre el campo y la ciudad; entre el trabajo físico e intelectual y entre dirigentes y dirigidos. La dialéctica de la história nos enseña, que ningún cambio, ningún avance social es irreversible. En este periodo, se debe mantener una sistemática batalla de las ideas y de accionar político contra quienes no cesan en sus pretensiones de restaurar el capitalismo.

De acuerdo a lo anterior, se trata de impedir todo esfuerzo por la recuperación de una economía especulativa,parasitaria y capitalísta sino concentrar todas las energías revolucionarias en la edificación de una economía productiva propia de una nación socialista, en la cual predominen la propiedad de todo el pueblo en función del bienestar del colectivo nacional.

En este sentido, el chavísmo verdadero, el popular; el que está metido en la casa ensimismado, compungido, purgando pecados ajenos, cometidos por la traición del madurísmo, debe recuperar su estado de ánimo y razón de ser original y retomar la vanguardia de este tiempo histórico. Aquel chavísmo que irrumpió en 1998 con conciencia histórica en la escena política nacional y le dijo al viejo mundo burgués que un mundo nuevo socialista es posible. Ese chavísmo popular es la única fuerza política hoy en Venezuela con el potencial contracultural necesario para terminar con este desastre. Solamente cuando esa mayoría se ponga en marcha y decida quitarse de encima este mal gobierno y a toda la nueva clase burguesa parasitaria nacida de su seno, ese día la sociedad venezolana retornará al camino del desarrollo centrado en el bienestar humano y en el cuidado de la naturaleza.

El desastre que estamos sufriendo tiene sus causas en la traición del madurismo. La catastrofe que hoy padecen los venezolanos es el resultado de la entrega de la propiedad del pueblo por el madurismo a las transnacionales capitalistas. El modelo económico improductivo, subdesarollado y dependiente del madurísmo es inviable porque no es capaz de poner en práctica políticas que impulsen la productividad de bienes y servicios. Nada justifica estar sufriendo este desastre. Para solo poner un ejemplo, el desarrollo de la ciencia y las innovaciones tenológicas agrícolas han producido en el mundo alimentos suficientes para cubrir las necesidades alimenticias a una población mundial de cerca de siete mil millones de habitantes. Sin embargo en Venezuela millones de familias ni siquiera pueden cubrir los gastos de una sola comida nutritiva porque la hiperinflación destruyó el poder adquisitivo de la población. Las políticas públicas no pueden seguir siendo elaboradas con base en artilugios tratando de salvar más al capitalismo que favorecer al pueblo.

A Maduro no le queda otra sino dejar el poder y las fuerzas revolucionarias y patrioticas deben prepararse para asumir la reconstrucción del país.



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Arnaldo Aguilar Dorta


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