"El ladrón que todos llevamos dentro"

Hasta el mismo Papa en algún momento en un acto ante sacerdotes, confesó y reconoció al ladrón que se lleva por dentro a través de una anécdota "en la que robó del ataúd donde reposaba un sacerdote argentino amigo, la cruz del rosario que éste estrechaba entre sus manos y que desde entonces lleva siempre consigo" Francisco explicó que en aquella época era vicario general y que, cuando supo de la muerte de ese sacerdote, acudió a la capilla ardiente y se sorprendió de que no hubiera nadie, sólo un par de ancianas velándolo. Entonces, explicó, fue a comprar unas flores y las colocó al lado del féretro y no pudo resistirse al ver la cruz del rosario que el padre estrechaba entre sus manos y, "poco a poco" y sin ser visto, la arrancó y se la metió en el bolsillo. http://www.lavoz.com.ar/mundo/vi-el-rosario-y-me-salio-el-ladron-que-todos-llevamos-dentro

Sirva esta introducción, para destacar que la tentación es un enemigo determinante de las actitudes de las personas al estar cerca de objetos materiales o de situaciones reales que le puedan hacer desviar de su conducta normal respecto a apoderarse o hacer negocios con lo que no es de ellos.

Para mí, desde la posición en que estoy, lejos de lo material, lejos de un posible cuerpo del delito, puedo estar tranquilo, sin vuelcos en el corazón, ni reflujos estomacales que produzcan en mi cabeza, angustias que me mantengan dudando de las decisiones a tomar respecto a apoderarme de algo que veo tan fácil de tomar, sin que nadie aparentemente pueda sospechar de mi actuación. Pero no hay delito perfecto.

Cuando alguien está cerca de lo material porque su cargo implica eso, la tentación se convierte en una especie de duda que martilla el cerebro en cuanto a apoderarse de algo o no; entra en juego un conflicto entre el ladrón y el honesto que se lleva dentro. Particularmente, en esta época, quienes han asumido responsabilidades en el gobierno, están sujetos a la contraloría publica y como entre cielo y tierra dicen que no hay nada oculto, es por eso que a cada rato se sabe a través de la prensa, que muchos que han tenido la oportunidad de detentar la autoridad, la aprovechan para sus negocios, sus sociedades secretas, sus desviaciones de responsabilidades, sus corrupciones.

Debe ser y de hecho parece que nadie le tiene miedo a la ley; muchos que dicen que los pongan donde hay, anticipan lo que podrían hacer en relación a disponer de lo que hay como si fuera de ellos; y eso está de moda, es fácil percibir como por ejemplo los recursos dispuesto por el gobierno a través de distintos programas para la protección y satisfacción de las necesidades del pueblo, es desviado o utilizado como si fuera propiedad del funcionario. Juegan con el pueblo, disponen los recursos del pueblo y eso se convierte en una cadena de complicidades que retardan y sabotean la gestión de un presidente que desconoce situaciones porque se le oculta información de acuerdo a los intereses de los implicados en alguna trama de corrupción.

Muchas veces cuando el presidente habla por la televisión, lo hace con tal seguridad porque cree que los problemas se están solucionando en las comunidades, sin embargo, sus palabras se contradicen cuando por alguna razón constata la realidad con lo que le informa la gente del pueblo. Si el presidente en la televisión da recursos para las obras en los diferentes estados: Carreteras, u otra obra desde hace meses ¿Por qué aun, por ejemplo, esas carreteras no han sido reparadas? Esto vale para muchos estados en el país.

Respecto al CLAP, ¿Por qué nunca le dan las cajas clap, más baratas, a ciertas comunidades y las mantienen comprando y pagando lo más caro? Y sin embargo, ¿Por qué en esas comunidades las cajas son vendidas de manera ilegal? Es decir, no hay cajas para ofrecerlas a través de la distribución normal, pero si hay para venderlas después que se ha comprado lo más caro. Alguien o algunos ponen a trabajar su ladrón que lleva o llevan por dentro. ¿Esto lo sabe el presidente?

Es por eso que la lucha contra la corrupción debe ser frontal, porque si el propio Papa reconoció su ladrón que lleva por dentro, ¿Quién dijo que los que manejan los programas del gobierno están exentos de tener el suyo? Por tales razones, el combate a la corrupción, debe ser la bandera del gobierno o del presidente, para tratar de aminorar tanta vagabundería, siempre y cuando se les aplique la ley a quienes han contribuido en parte a hundir nuestra economía, y de esa manera reprimir al ladrón que lleva por dentro cada funcionario responsable junto a sus cómplices, "caiga quien caiga".

 

 



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Jesús Rafael Barreto


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