El venezolano tiene la virtud de ser fiel y perseverante en sus ideales (XXXVII)

Digamos que nuestra raza tiene los genes de nuestros aguerridos indígenas y nuestros libertadores, por ello siempre se ha salido triunfante de situaciones graves, en las que cualquier otro ve es imposible lograr la victoria. El venezolano con recursos físicos bélicos bastantes endebles y rudimentarios y contando la mayoría de las veces con inferior número de guerreros, hace 200 años se venció a uno de los primeros imperios del mundo. España. Aquella confrontación fue larga, duró 16 años, pero se venció y el país quedo libre para que sus ciudadanos fueran los protagonistas de su propio destino. Sin embargo hoy, 2018, el Imperio gringo quiere dominarnos y hacer de este país y su gente lo que han hecho en otros diferentes países, en el mundo, destruirlos física y moralmente. Pero seguro que aquí no podrán triunfar, aun contando con cipayos, acompañado con su comparsa de gobernantes sumisos a su indigna y cruel voluntad.- Pero ahora, continuemos con la historia de un personaje que sin odio o mezquindad luchó para proveer a Venezuela de grandes triunfos en actividades civiles.

José Manuel Cagigal funda en 1831 la Academia Militar de Matemáticas, crea el Observatorio Astronómico de Caracas, es profesor de Literatura Universal en la Universidad Central de Venezuela en Caracas. En 1841, fue Secretario de la Legación venezolana en Londres, luego pasó a París, para regresar a Caracas en 1843; cuando se retiró de la vida pública y de las actividades docentes. En esa época escribió su Tratado de Mecánica Elemental, además del Curso de Astronomía y Memorias sobre Integrales entre Límites. En Caracas funda las cátedras de los Estudios Matemáticos y la de Ingeniería. Finalmente en 1846 se retira a su pueblo, Yaguaraparo, situado sobre las playas del golfo Triste. Sus restos fueron enterrados en Río Caribe, posteriormente trasladados a la Iglesia de San Juan de Dios en La Guaira. Además de todo lo anterior y a veces de manera simultánea, Juan Manuel Cagigal se distinguió por emprender una meteórica y ejemplar carrera pública y política, siendo: Juez de Imprenta, Director de Instrucción Pública, Diputado por Caracas y Senador por la Provincia de Barcelona en el Congreso Nacional, correspondiéndole participar en la redacción de la Ley Orgánica de las Provincias, y formar parte de la Comisión Evaluadora del Tratado Michelena- Pombo, que en 1833 intenta delimitar la frontera entre Colombia y Venezuela.

José Manuel Cagigal al culminar sus actividades públicas en Europa donde fue secretario de la legación venezolana en Londres y París entre 1841 y 1843, regresa al país afectado de su salud mental causado por el rechazo de su enamoramiento de la famosa cortesana francesa Marie Duplessis, que terminó siendo la Dama de las Camelias del afamado escritor francés Alexander Dumas. En fin, alejado del mundo real, Juan Manuel Cagigal se refugió en el pueblo sucrense de Yaguaraparo donde murió teniendo 52 años de edad, el 10 de febrero de 1856. En 1889 el entonces Presidente de Venezuela, Doctor Juan Pablo Rojas Paúl decretó su traslado al templo reservado para los venezolanos ilustres, por lo cual su osamenta fue exhumada de la Iglesia de Río Caribe donde reposaban desde su muerte, al lado de su madre y su padrastro, sin embargo según confirmaron investigaciones realizadas en 1952 por su biógrafo Don Ángel Grisanti para la Academia Nacional de la Historia, los restos de Juan Manuel Cagigal se extraviaron, más no su imborrable ejemplo de dignidad, entrega y trabajo para las actuales generaciones. Ante tales circunstancias, la madre de Juan Manuel, la cumanesa Doña Matilde Oduardo Bucet de Gran Pré se ve obligada a residenciarse en Cumaná con él y su hermano Alejandro, siendo amparados por el Capitán Don Juan Manuel Cagigal y Niño. Este personaje, por un lado promovió en 1813 el segundo matrimonio de la viuda de su primo con el célebre doctor español Alonso Ruiz Moreno quien está considerado como uno de los pioneros de la cirugía abdominal, Cesárea, en Venezuela; y por otro lado, tras renunciar en 1815 a ser el Jefe del Ejército Realista, siendo Capitán General de Venezuela, asumió por completo la tutela de su pariente teniéndole como su hijo.



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José M. Ameliach N.


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