Mi palabra

¡Dudamel, y la democracia del imperio!

"Toda traición es indigna y bárbara"

Voltaire

El mundo se encuentra lleno de grandes contradicciones, tan es así, que dos de las actividades más hermosas, y placenteras en la vida de cualquier ser humano: sonreír, y hacer el amor, no se pueden efectuar en el mismo momento. Expresé esa opinión, tratando de aderezar una amena tertulia de comienzo de año, y al instante se oyeron las carcajadas de dos mujeres, a quienes por encimita se le podían calcular, más de 70 años a cada una. Las risotadas de estas damas, espantaron el aburrimiento reflejado en el rostro de algunos de los presentes, acostumbrados a darle sabor a las conversaciones, cuando se encuentran pasados de "palos", con el ánimo templado por el alcohol. Lamentablemente la grave situación, y lo caro de las bebidas, ha hecho que el fastidio se apodere de muchas personas, y entran en un estado de monotonía, dando la ligera impresión de no saber disfrutar de otra manera, tantos momentos gratos de la vida.

La crisis del país, ha cambiado todo en la población; sin embargo, para algo debe servir en bien de la sociedad. Bien lo dijo Renny Yagosesky: "Cada crisis es una invitación a ingresar en el maravilloso mundo de las infinitas posibilidades". En toda actividad, podemos notar la manera de ver la vida, y buscarle salida a los momentos ingratos, porque la existencia es relativamente corta, para pasar parte de ella, con la cara destemplada, que no permite la más mínima relación de comunicación del buen vivir, incluso en fechas, cuando es indispensable la armonía, la solidaridad, y la sana convivencia humana.

Son incontables las frases de ilustres pensadores, el cual sirven para buscarle el buen sentido a la vida, a pesar de todos los obstáculos en el camino. El fallecido escritor José Saramago, nos dejó un pensamiento con un gran valor humano, propicio para los momentos que vive nuestro país: "Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos, sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir." Esta profunda reflexión, resumida en pocas palabras, nos ayuda a pensar en el futuro, dándole el justo valor a nuestra existencia, a pesar de los aprietos económicos, el cual muchas veces se convierten en barreras muy difícil de superar, por encontrarnos sumergidos en la más profunda oscuridad del capitalismo, donde todo tiene un interés monetario, inculcado desde niños en el seno del hogar. Por eso, todo tiene un valor, la mayoría de las veces, por encima de lo imaginable, hasta convertirnos en una sociedad, donde solamente cuenta el dinero por encima de cualquier cosa, y al hacerse difícil, bajo esta locura, como la que estamos viviendo, muchas personas entran en un estado de tedio, el cual tenemos que reemplazar por otras actividades que produzcan placer, bienestar, y motivación para seguir adelante.

Antes este panorama muy sombrío, no podemos dejarnos envolver por los que estimulan el desaliento, al incursionar en la política, convirtiéndose en piezas muy importantes de las clases dominantes, y del imperialismo, entre ellos podemos nombrar al destacado director de orquesta Gustavo Dudamel, quien ha tomado como residencia a los Estados Unidos, y desde el mismo vientre del monstruo hambriento, en cada oportunidad sale desafinando, engreído por una sociedad con dos rostros perfectamente marcados, y donde no todo el mundo, goza de los privilegios de una persona de su status. En cada declaración, busca congraciarse con las autoridades estadounidenses, profiriendo expresiones muy utilizadas, precisamente por quienes las pisotean; la última pieza de su rebuscado repertorio: ¡La democracia es la única forma de salir de esta situación! ¿Cuál democracia?

La señalada suspicazmente por el director de orquestas, ha dejado en los últimos días, más de veinte muertos por una ola de frio, y son precisamente los desamparados de ese inmenso país–Los Estados Unidos– los que pagan las consecuencias de las desigualdades, el cual cada día se profundizan más. Antes esa realidad, a la que no escapan países, el cual han permanecido atados a los designios de una potencia totalmente guerrerista, tenemos la obligación por demás patriótica de seguir el ejemplo de grandes personajes de nuestra historia, para crecer en cultura, deporte, y darle el verdadero sentido a la vida. Por algo el papa Francisco aconsejó, este sábado en la homilía en la misa de la Epifanía en la Basílica de San Pedro a los fieles con unas palabras muy orientadoras: "No se dejen engañar por el dinero, una carrera o el éxito material como si se tratara de la base de la vida. La gente a menudo se las arregla con tener salud, un poco de dinero y un poco de diversión".








 



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Narciso Torrealba


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