Definitivamente que la política en Venezuela la han convertido en un gran negocio. Tan grande tan grande que se dan el tupé no solo de menosprecian alcaldías y gobernaciones sino de burlarse de los pueblos como el caso zuliano que luego de estimularlo a votar por un programa de gobierno preñado de democracia, justicia, libertad y felicidad le dan una patada por el culo no por el orgullo de reconocer la ANC, sino porque la cuenta no les dio para tumbar a Maduro: si por orgullo fuera alertó un maracucho ¡¡coño!! "Pero si nosotros votamos por esa verga"
De nada vale diferenciar la política de la politiquería mientras la primera sirva de escalafón para el gran negocio. Un negocio donde el más insignificante marihuanero, ladrón o ratero se erijan por encima de la sociedad La política como ciencia ha sido desvirtuada en lo más profundo del concepto
La política, dijera el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa es: "un quehacer social o arte de dirigir por medio del cual la sociedad entera alcanza los beneficios indispensables para la felicidad"
Practicar la política alegremente para lograr beneficios particulares no es un acto político propiamente dicho sino un acto de politiquería. Ser político-dijo el maestro - es ser un hombre o mujer entregado al servicio de todos y comprometido con la realización de sus actos con el beneficio colectivo"
Tenemos así, al político y al politiquero; el primero entregado al servicio de todos y el segundo habilidoso para transformar aquello en un gran negocio para sí y su entorno. El gran negocio de vivir de la política sin importar un carajo la moral que tanto reclaman en la tribuna: "CON QUE MORAL FULANO "se gritan y acusan entre ellos como el ladrón que huye entre la multitud gritando ¡¡Allá va el ladrón!!! ¡¡¡Agarren al ladrón!!!
"No puede la dirigencia política mostrarse como ejemplo a imitar en lo que ha capacidad se refiere y ese divorcio de la dirigencia y las instituciones lleva al país por un despeñadero, y si en esa confusión pierden el apoyo popular lo único que nos queda habrá llegado la hora final para los partidos y de la democracia misma". Ironías …esto no lo dijo el maestro Prieto ni Simón Rodríguez…ja, ja, ja, lo dijo el pelucón Nicomedes Zuloaga (alias el Nico), al salir de la cárcel del junquito por ladrón 9-8-89.