Lucha de Clases o Diálogo Partidista

De entrada: Quienes se han educado con soportes marxistas, bien traducidos y/o "bien" corregidos[1], saben muy bien que los diálogos entre las clases burgoterratenientes y la de los trabajadores sólo funcionan bajo contradicciones propias de contrarios[2] siempre como luchadores, pero no antagónicos entre sí, o sea, bajo las condiciones de la llamada "paz burguesa" o las de esa paz sólo conveniente a las clases explotadoras, misma paz que el proletariado ingenuo o todavía desconcientizado ha creído que a él también le resultaría conveniente. Se trata de un grado de explotación capitalista ya muy elevado el cual no sólo subsume plusvalía material sino mental o ideológica.

Esa contrariedad, inevitable por razones dialécticas, dura hasta que el desarrollo en general de las fuerzas estructurales obrero-patronales fabriles, comerciales, financieras y de inquilinato, relaciones antagónicas, decimos, tanto técnicas como psicológicas, ideológicas y políticas o supraestructurales, hasta entonces unas relaciones "pacíficas", se quiebran y se hacen ya insoportables.

Para ese nuevo momento, la lucha deja de ser política; por ejemplo, deja de ser una diatriba, deja de ser una pugna o querella susceptible de zanjarse mediante diálogos amistosos, entre,digamos, psuvistas y adecos o copeyanos con disfraces de partidos políticos, siendo que todos ellos son sólo defensores de la clase burguesa y terrateniente nacional y de perogrullo internacional.

La lucha entre la burguesía y el proletariado no tiene nada que ver con patriotismo porque no somos ninguna colonia; somos simplemente una sociedad de un país libre bajo condiciones burguesas gobernada económicamente por capitalistas que, además, en Venezuela durante 100 años petroleros convirtió el ejercicio de capitalistas, propio de la burguesía mundial, en una seudoburguesía parasitaria y rentista.

Tampoco se trata de odios, ni de guarimberos, ni de terroristas[3], ni de fascistas, ni de violentos. De lo que se trata es de una lucha antagónica-libre de utópicos y desfasados diálogos-porque en esta guerra se gana, se abdica, o se triunfa. Ahora, es que una guerra abierta como la buscada por ellos tampoco nos convendría a ninguno, pero sí a la burguesía internacional, y, sin embargo, debemos dejar sentado que se trata de ,una lucha de clases, no de gentes odiosas y odiables.

Se trata de una lucha antagónica entre patronos y asalariados, entre capitalistas y proletarios, entre gente rica que no trabaja, y gente trabajadora y pobre. Se trata de trabajadores que ya no aguantan más explotación de parte de los capitalistas y terratenientes tanto nacionales como internacionales.

Bien, creemos que el venezolano medio, y en particular el más avanzado como son sus intelectuales y profesionales, todavía no saben comprender ni asimilar lo que significan las clases sociales capitalistas o burguesas. Creemos y queremos ayudar al despejo de semejante e importantísimo vacío revolucionario.

A tales efectos, una detallada inspección ocular y lectura de buena parte de mis entregas realizadas por este mismo medio les dejaría ver y entrever que ellas van dando cuenta de esta delicada materia de las clases sociales en capitalismo.

A manera de síntesis, ya que ni el propio Carlos Marx tuvo tiempo para definirlas, aunque dejó por escrito en El Capital que trataría el tema con más detalles, diremos que las clases sociales de nuestra estructura capitalistas son conglomerados-juntos, como socios, pero no revueltos-que contratan asalariados productores de plusvalía, siendo esta la fuente única de todas las rentas de los fabricantes, comerciantes, banqueros, terratenientes-rurales y citadinos-y del Estado burgués. Así las cosas, no nos tiene odio, sino miedo., Tienen miedo a perder lo que han usurpado durante siglos. Digamos que cuando ganemos esta guerra, no nos uniremos todos como una sociedad uniforme porque mientras exista una capitalista, o sea, una persona que fabrique y trafique con los valores de cambio de los bienes, con mercancías, serán nuestros más antagónicos enemigos.

 


[1] La mayoría de los libros de texto y sobre todo las importadas obras marxistas fundamentales de países, gobernados económica y políticamente por representantes de los intereses de la clase buegoterrateniente, como El Capital y El Manifiesto Comunista, han sido maquilladas con rigurosidad cirujana. Eso convierte a tales obras en libros de comprensión doblemente abstrusa, doblemente difíciles de digerir bien porque, además de las abstracciones de primer y segundo grados se suman los yerros que adrede le son incrustados de forma y fondo.

[2] Valga el pleonasmo.

[3] No en balde los asesinos tarifados o soldados asesinos comprados por los capitalistas-por la burguesía nacional e internacional, suele jactarse de decir por la TV: "mi profesión es terrorista", y hacerlo con risita burlona. con labios sonreídos. Ellos saben que los "apendejados" juristas y políticos venezolanos cargados de inocencia supina todavía hacen de un terrorista, de un fascista, de un guarimbero, algo diferente a un asesino y destructor del patrimonio público. Efectivamente, la próxima ANC corregiría el Código Penal, porque casuística y majaderamente incorporará estas modalidades de criminales, o sea, asimilará a simples asesinos en figuras diferentes a las de asesinos para así, supuestamente poder ser sancionados.



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Manuel C. Martínez


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