El diálogo como condición en el dilema de la oposición venezolana

Para quienes no tenemos dudas que el proceso político que con fuerza se viene impulsando en Venezuela desde la constituyente del año 1999, se inauguró un gran diálogo de la Venezuela otrora muda y silenciosa, que implicó grandes saltos cualitativos, que muestra a un país y un estado nación que se transforma en todos sus espacios vitales de política, economía y cultura, con impronta en las condiciones éticas y estéticas arraigadas en su historia, exige por fuerza de la realidad, esto es, por necesidad de las condiciones de situación, instalar el parlamento, la palabra, la coherencia que un sector, por voluntad de sus tutores (¿ amos?), se niegan, ante los ofrecimientos que le hacen para aupar el aceleramiento de quebrar el andamiaje estatuído sobre las bases móviles de la sociopolítica.

Ese sector más precisado que la topografía, pues en este país de 916445 km cuadrados, sabemos quienes se fueron adueñando de Venezuela en la construcción de su república, y que hoy ven perder sus privilegios, buscan con desespero en el odio, su única posibilidad de unidad, de allí, la imposibilidad de la política como racionalidad, como palabra en dilemas, debates y diferencias; imponiendo la negación del homoparlante y la puesta en escena del terror desde el homovidens.

Nada de diálogo porque sienten que al tener amo poderoso, el careo con los sujetos levantados y despiertos, con personalidad beligerante en el cultivo progresivo que inaugura el diálogo constituyente no es conveniente, ni ganarían nada, ante la coyuntura en que se metieron.

La ultraderecha como expresión de las acciones que a diario viene desarrollando en la cartografía histórica generalizada de la MUD y los(as) "tiratuallas", antes Coordinadora Democrática, antes AD-COPEI-Proyecto Venezuela, hoy le ha llegado su gran dilema: entrar en la política o quedarse en el foquismo de la contemporaneidad del homovidens del terror.

Esta segunda condición es su suicidio, Venezuela no es Ucrania, ni ninguno de los países arabes invadidos en nombre de la libertad y la democracia o los derechos humanos o crisis humanitaria, como suele actuar el poder más cínico del cual se alían todas las derechas, fascismos y socialdemocracias merodeantes de la casa blanca, así como todos los lobbys de "perritos simpaticos" que no son problemas para los Estados Unidos. En nuestra historia están las huellas profundas que nos alejan de semejante aceptación, de modo que esa opción evidentemente activada por la rancia derecha de la oposición venezolana, no tiene mas destinación que su sepultura como alternativa ante la revolución bolivariana.

la primera condición exige por los menos cuatro desafíos a saber:

1) Una construcción ética que los habilite como comunidad política, cuyas conductas no sean para "correr arugas", "hacerse los distraídos" o un mero papel de estar mudos o silenciar lo que es contrario al gentilicio venezolano, como todas estas lamentables situaciones de terror que se propician desde el homovidens de la antipolítica.

2) Asumir la militancia con un proyecto en debate y que convenza. ¿Dónde están las dos caras, las dos almas del proyecto político de la oposición a la revolución bolivariana?, me refiero al plano de la libertad y de la democracia; la libertad a estas alturas de la politización que vive nuestro pueblo no es una constricción a la "sociedad civil", esto es; fundaciones, partidos, ong, condominios. Quedarse allí, es expresión que se cansaron en un momento y vieron pasar sin hacer nada, las multitudes de que nos habló Negrí y que junto con Hart nos dijo de la configuración del imperio, del cual la oposición no entiende y por ignorancia, quizás, están en su sofware. En cuanto a la democracia hay que aseverar que con la constituyente como diálogo activado en 1999, constitucionalizó nuestra democracia como participativa y protagónica, de allí que en esta Asamblea Constituyente covocada por el presidente Nicolás Maduro hay una participación que trasciende el electoralismo heredado y se asume el protagonismo más allá de lo territorial, encarnando en los sujetos de transformación. Negar esto con frases como, "constituyente corporativista" o "sobre representación electoral" es no sólo una condición nimia de análisis sino una desubicación, como lo tiene la OEA y sus prosélitos(as), de creer que esta es una constituyente para la Venezuela de los ochenta del siglo pasado en el país.

3) Asumir algunas premisas para convencer en talante de compromisos con el país. Ninguna oposición al proceso político más importante en 207 años de vida republicana, puede venir por dicotomía, eso estaba bien para la cuarta república, cuando uno se cambiaba por el otro, sin que el otro dejara de ser el uno. Todo lo que hace la revolución, via políticas, teorías, acciones, reflexiones, tiene una respuesta automática y dicotómica de los que hoy se llaman opositores; la simplonería no es premisa que cala en un pueblo ya politizado, en gran medida movilizado y organizado con conciencia de sí y para sí, y que conoce sus avances, sólo negado por ínfulas que quieren ser argumentos. Si no tienen premisas argumentativas al calor de nuestra historia, no puede haber talante de compromiso con el país o con el pueblo. En la oposición está la bandera y el escudo como una decoración y nada de símbología de compromiso y de talante de historia, sus acciones hablan y conspiran contra su conspiración.

4) Visibilizar líderes (as), cuadros, dirigentes. Todos y todas son de corta duración, pues le falta la construcción de las tres primeras condiciones; un (a) antipatria ya no tiene cabida, pues el descaro de colocar su cuna en las garras del aguila imperial para que sus balbuceos y sonrisas salgan de quien les mece es un despropósito sin parangón. Deslatrarse de esto, parece no ser facil, pues los compromisos posiblemente hayan llegado a sus almas, de allí que lo novedoso de esta fase esté en que traidores y tiratuallas, quizás también en el mismo juego de compra y venta, ya comienzan a disputar esos espacios.

marcanofernandez@gmail.com



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Jesús Alejandro Marcano Fernández

Profesor titular de la Universidad Bolivariana de Venezuela UBV. Doctor en Educación en Uiversidad Pedagógica Experimental Libertador.

 marcanofernandez@gmail.com

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