Reflexión socialista

Aceptar algunas realidades, que no dejan de ser tangibles, no puede convertirse en un elemento de objeción sobre mi convicción socialista. No es el modelo que tiene problema, son los operadores o administradores del modelo los únicos responsables de los éxitos o fracasos que se le pueda atribuir a dicho modelo. Sincerar nuestra capacidad de gerencia bajo directrices que dictaminan valores y principios, significan la fuente proveedora de los aciertos que en términos de eficiencia y eficacia reclama el ejercicio gerencial socialista. En este sentido es preciso sincerar nuestras capacidades formales y empíricas, tomando en cuenta que bajo el modelo socialista se adiciona un elemento de solidaridad, que termina por humanizar la responsabilidad gubernamental. Aparece el ejemplo social en los líderes y la necesidad de imitar lo bueno de él, por parte de sus seguidores. Se está bajo la presencia de un regimiento de hombres y mujeres que son movidos por la idea y el ejemplo, la disposición de lucha por la defensa del modelo es un asunto de primer orden su manifestación es sincera y altiva.

Las realidades que mencionaba al inicio de este artículo, son aquellas que se siguen cometiendo, es el momento de las acciones contundente que impacten de manera positiva a la economía nacional. Es preciso repensar nuestras decisiones pasadas, por ejemplo por que esperar más para renegociar las expropiaciones, tantas líneas de producción que fueron paralizadas y hoy se encuentra sin aportar ningún tipo de bienes y servicios a la nación. Revisemos quienes de esos empresarios o dueños de terrenos se quedaron en Venezuela apostando por el país, ellos conocen de los procesos en sus líneas de producción. Por qué, no pensar alianzas estratégicas con ese sector privado, que seguro, quiere apoyar el relanzamiento del aparato productivo nacional. No debemos por ningún motivo temer a este tipo de decisiones, que sin duda alguna tributaran a la Venezuela potencia. Aquellas empresas o tierras que sus dueños emigraron, por no creer en Venezuela, saquémoslas a licitaciones nacionales e internacionales, según su capacidad productiva, y con ese dinero podemos inyectar a nuevos emprendedores o a la reactivación de líneas productivas paralizadas.

En cuanto a la seguridad busquemos a los mejores asesores, pero hasta que la economía no se encamine, la sombra de la delincuencia estará en la calle, esperando una víctima que no sabe quién puede ser. Una oportunidad como la que se conquistó con el Comandante Chávez, difícilmente se podrá repetir no esperemos que se nos haga tarde para reflexionar sobre el tema. No importa que para los amigos o camaradas no se tenga tiempo para atenderlo, pero si se debe tener tiempo para pensar en la idea y el modelo.



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Joselino Serrano


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