Fidel Castro en mi tránsito vital

No voy a hablarles de un hombre común

haré la historia de un hombre, de un animal de galaxia

es una historia enterrada, es sobre un ser de la nada

(Silvio Rodríguez)

En mi vida tuve dos etapas, o mejor dicho tres, con respecto a Fidel Castro, pero lo único cierto es que me ha acompañado toda mi vida de alfabeto. Primeramente, cuando se inició la campaña de “un bolívar para Cuba” cuando todavía los barbudos encabezados por Fidel, el Che, Cienfuegos, Raúl y todos aquellos jóvenes que marcaron el despertar de la historia en Latinoamérica.

Primeramente, cuando llegaron a La Habana, mi padre Silvestre, llevó a mi casa, y yo que he sido un devorador de libros toda mi vida, las hojeaba y contemplaba admirado como llegaban triunfalmente a La Habana, después de derrotar a la oprobiosa dictadura de Batista. Una imagen que nunca se me ha borrado es la del hijo de uno de los generales del depuesto dictador, quien tenía una colección de calaveras de los opositores al régimen y las usaba para sus “jueguitos de niño”.

La otra era una entrevista al comandante Fidel, con apenas 30 años, y a quien comparaban como demócrata con el sátrapa de Rómulo Betancourt, nuestro presidente para ese momento.

Luego, en su visita de agradecimiento al pueblo venezolano, quien recibió a Fidel en el aeropuerto fue el Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, pues por cuestiones de protocolo, por tener Castro Ruz rango de Primer Ministro, no lo podía recibir el presidente. Y luego el gigantesco mitín celebrado en la Plaza Caracas, si mal no recuerdo. Hasta allí duró la luna de miel, pues cuando en 1961, la revolución cubana se declaró socialista e inició la Reforma Agraria, y ya no se parecía a Betancourt, fue éste mismo que con su tristemente famosa “Doctrina”, la cual proponía no tener relaciones diplomáticas con ningún país dictatorial. Además de ello fue quien pidió la expulsión de Cuba de la OEA. También recuerdo que el canciller Ignacio Arcaya, en ese entonces, perteneciente a URD, se negó a ejecutar la orden betancuriana y renunció a su cargo, por lo que fue llamado el “Canciller de la dignidad”.

Naturalmente, por pertenecer el suscrito a una familia adeca, comenzamos a odiar a Fidel durante todo el resto de nuestra niñez, y recuerdo nítidamente a la famosa pitonisa, Jeanne Dixon, quien se hizo famosa por predecir las muertes de Juan XXIII y John Kennedy, todos los años daba como “fija” la predicción de la muerte de Fidel Castro. Naturalmente que cada año se daba su respectivo “culazo”.

Claro, en ese ínterin también aprendimos a odiar al Che Guevara, y a sentir lástima por el pueblo cubano, por contar con esa odiosa tiranía. Pero la verdad siempre aflora, y cuando nos tocó ir a estudiar a Barquisimeto, en 1972, ya como bachiller, y comienzan las clases en marzo de 1973, la profesora Zaida de Torres, es la primera que nos dice que en Cuba y en Viet Nam, hay unas revoluciones y que el socialismo es justo, y que el capitalismo es egoísta y nocivo para las civilizaciones, y comenzamos a ver al mundo de una manera diferente. Es para mí un año fundamental, porque en un transcurso de apenas 8 meses conozco en persona a Ali Primera, al “Gordo” Páez, a José Vicente Rangel, a Héctor Mujica con su imponente voz, al maestro Prieto Figueroa, y una serie de personas que nos enseñan que el mundo es diferente, y que hay una civilización por construir. Uno como todo principiante cree que todo eso se logra con hablar con la gente, con obras de teatro, con el canto popular, es decir, a través de la cultura, y desde esos días nos hemos casado con el movimiento cultural, el cual nos ha permitido conocer a personas realmente maravillosas, otras no tanto, pero como experiencia humana, ha sido un largo y hermoso camino.

Durante todo ese camino, Fidel Castro siempre ha estado presente, y la admiración que sentimos con ese “cojonudo” e inteligentísimo personaje no ha variado ni un ápice. A pesar de los errores que la revolución cubana puede tener, pero eso es otro asunto. Un pueblo que ha soportado 45 años de bloqueo criminal por parte de los EE. UU. No puede provocar otra cosa que admiración.

Luego nos toca conocer a los legendarios Douglas Bravo, Francisco Prada, Kleber Ramírez, y a los no menos admirados como Argelia Melet, Diego Salazar, a Elegido Sibada, el “comandante Magulla”, quienes también nos enseñan que el socialismo tiene que tener el rostro humano, donde lo más importante es la gente construyendo su destino, y no unas camarillas como las que se armaron en la Unión Soviética, y que culminaron con el derrumbe, no del socialismo, sino de esa óptica errada, en las cual “los haces luminosos” quienes todo lo saben y todo lo deciden.

Posteriormente, en 1992, surge un desconocido Hugo Chávez, de quien nunca habíamos oído nombrar, a pesar de que Adán Chávez, era militante del PRV-RUPTURA. Desde ese entonces, Venezuela comienza a ser otra, surge la esperanza, que se ve cristalizada apenas seis años y 10 meses después, en diciembre de 1998.

En nuestro programa “Contracorriente” que se transmitía por Radio Cabimas 1250 AM, nos dimos el lujo de ser los primeros en todo el estado Zulia, que entrevistamos a Hugo Chávez, inmediatamente después de ser sobreseído por el “eterno” Rafael Caldera. El 18 de diciembre de 1994, cuando encontramos a Hugo Chávez en Santa Marta, Colombia, éste venía de Cuba, donde culminó su visita en el teatro “Carlos Marx” de La Habana, y en el cual Fidel Castro lo recibió premonitoriamente con honores de jefe de Estado. Este hecho marca la visión cosmogónica de Fidel, cuando pudo vislumbrar que Hugo Chávez, no era “flor de un día”, sino que tenía la madera, aún sin pulir, para llevar a cabo todo ese vendaval de esperanza que recorre al planeta desde hace siete años.

En conversaciones con amigos siempre me pongo a sacar la cuenta de todos los mandatarios que han pasado por el mundo desde 1959: 9 presidentes norteamericanos, los períodos de la extinta IV República y los siete años de Chávez, cinco Papas, Un montón de primeros ministros británicos, miles de golpes de estado en los países del tercer mundo, y pare usted de contar. Hace apenas dos semanas presenciamos el discurso de Fidel, dos días después de que los eternos “pitonisos” de la ultraderecha anunciaban que estaba “entubado”. Alcanzamos a ver y oir la última media hora, y pudimos presenciar la claridad de pensamiento, la coherencia y todo ese cúmulo de datos que maneja como cualquier ingeniero, biólogo, economista, o cualquier otro profesional con un desparpajo que ya desearan muchos tener.

Todo ese ajetreo le pasó factura, y apenas ayer 31 de julio, delega por primera vez, el poder a un Consejo de representantes, y en su hermano Raúl Castro Ruz, la cabeza de la revolución. En Miami, las celebraciones de los gusanos no se hacen esperar, pero creo que les espera una gran sorpresa, hay Fidel para rato. Aunque alguna vez su alma abandone a su cuerpo, nada ni nadie le podrá quitar los revolucionao.

Y quienes creen que al irse Fidel, se derrumba el sistema, permítanme decirles que se pelaron, porque así como por años nos engañaron hablando de una oprobiosa y salvaje dictadura, como quieren hacer ver que existe en la actualidad en Venezuela, en la cual un pueblo, a veces a tropezones, a veces lidiando con los oportunistas y con los antiguos balandros de la IV República conversos y más chapistas que Chávez, estamos mirando y construyendo futuro con mucha fe, con mucha esperanza, y porque no decirlo: con muchos reales, que es el elemento que ha impedido en cierta medida que en Cuba la revolución no haya tenido los logros que nosotros en siete años estamos obteniendo.

Pero lo que es innegable es que el pueblo cubano, gramo a gramo, libra por libra, es un de los más capacitados, porque al igual que en Venezuela, las oportunidades se han abierto para todos quienes han querido hacerse profesionales capaces y con ganas de servir a su patria.

Es por eso, que hermanados, Cuba y Venezuela, avanzan hacia la verdadera liberación de los pueblos, que solo se logra cuando el fantasma de la ignorancia, la pobreza y la exclusión pueden ser derrotados.

Que viva por muchos años el comandante Fidel Castro Ruz, quien nos enseñó el camino y nos ha dado la poesía necesaria para creer que la humanidad si es capaz de labrar su propio destino.

Pedro Querales Cordero

pedroqueral@hotmail.com


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