La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla (I)

Tomado de "El Hambre se acerca". Lenin, Obras Escogidas.

Consideramos pertinente la siguiente acotación: Se trata de una angustiosa alerta que Lenin lanzó a los oídos y lecturas del pueblo, no necesariamente a los líderes de marras porque, mientras haya una semilla burguesa, su crítica, las evaluaciones, recomendaciones, alertas y medidas proletarias pueden y deben ser las mismas y hasta con mayor fuerza combativa por parte del pueblo ya que éste y sólo él puede combatir a la burguesía que es la contraparte del pueblo. Los líderes sólo fungen de transmisores.

Es así como extraemos partes imperecederas de las enseñanzas de Lenin, primer "Presidente" socialista del mundo moderno, a casi el Primer siglo de la Grande Revolución procomunista científicamente concebida.

"Una catástrofe inevitable se cierne sobre Rusia. El transporte ferroviario se halla en estado de increíble desorganización, que crece sin cesar….La afluencia de materias primas y de carbón quedará interrumpida. Cesará el suministro de trigo. Los capitalistas sabotean (dañan, paran, minan, frenan) deliberada y tenazmente la producción, confiando en que una catástrofe inaudita determinará la bancarrota de la república y de la democracia, de los soviets, y, en general, de las asociaciones proletarias y campesinas, facilitando de ese modo el retorno de la monarquía y la restauración de la omnipotencia de la burguesía y de los terratenientes… Los partidos y los soviets de diputados, obreros, soldados y campesinos han votado un sinnúmero de resoluciones en las que se reconoce que la catástrofe es inevitable, que está muy cerca, que se debe mantener contra ella una lucha desesperada, que es necesario que el pueblo haga "esfuerzos heroicos" para conjurar el desastre, etc.

Todo el mundo lo dice, todo el mundo lo hace constar.

Pero no se toma ninguna medida.

Llevamos medio año de revolución. La catástrofe está hoy más cerca. Hemos llegado al paro forzoso en masa. Figuraos: en el país no hay mercancías, el país perece por falta de víveres, por falta de mano de obra, existiendo trigo y materias primas en cantidad suficiente, ¡y en un país que se encuentra en esas condiciones, en un momento tan crítico, vemos a grandes masas en paro forzoso! ¿Se quiere mejor prueba de que durante este medio año de revolución (que algunos califican de gran revolución, pero que por ahora, sería más justo denominar revolución podrida), con una república democrática, con gran profusión de asociaciones, organismos e instituciones que se intitulan orgullosamente "democrático-revolucionarios", no se ha hecho en realidad nada serio, nada absolutamente nada, contra la catástrofe, contra el hambre? Nos acercamos con celeridad creciente al desastre, pues la guerra no espera, y el desbarajuste ocasionado por ella en todos los dominios de la vida del pueblo se hace más y más profundo.".

Sin embargo, basta con fijarse y reflexionar lo más mínimo para convencerse de que existen los medios necesarios para combatir la catástrofe y el hambre, de que las medidas a tomar son perfectamente claras y sencillas, perfectamente realizables, plenamente asequibles a las fuerzas del pueblo* y que si no se toman es única y exclusivamente porque su implantación lesionaría las ganancias fabulosas de un puñado de terratenientes y capitalistas."

Continuará.

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* Esas cursivas son mías; buscan resaltar el destinatario de las recomendaciones involucradas.

 



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Manuel C. Martínez


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